El 2020 fue un año de desafíos y desaceleración para la industria textil ecuatoriana. El Covid-19 obligó a muchas empresas a cambiar su línea de producción habitual a una de insumos y prendas de protección para afrontar la crisis sanitaria, categoría que si bien les permitió oxigenar en algo sus ingresos no alcanza para cubrir su facturación.
A decir del presidente de la
Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE), Javier Díaz, la pandemia evidenció lo esencial que es esta industria para la política sanitaria del país. El directivo señala que las empresas del sector aportaron notablemente con productos para minimizar las posibilidades de contagio, en especial con la confección de mascarillas reutilizables de tela. Incluso
el gremio impulsó la aprobación de un Código de Práctica con el INEN, para que las industrias implementen normas especiales para la confección de las mascarillas reutilizables de tela.
“También promovimos que las empresas formales de nuestro gremio obtengan el registro sanitario de la Arcsa para comercializar el producto en el mercado interno”, señala.
Patricio Moreno, gerente general
Indutexma, cuenta que la única forma que pudieron retomar sus actividades fue adaptar su oferta a la nueva realidad, con tecnologías aplicadas en textiles, tales como telas antifluidos, antibacteriales, protección UV y secado rápido.
Este año la compañía prevé enfocarse en la fabricación de tejido plano y de punto, cuyo valor diferencial será su textura, tecnología, diseños y colores.
“Potenciaremos nuestra nueva línea de estampación digital, lavado y tintura en prendas, tejidos con hilos metálicos, productos orgánicos y reciclados, todos enfocados al segmento que consume moda”, enfatiza.
La producción de Indutexma se comercializa principalmente en el mercado nacional a cadenas de retail, catálogos y confeccionistas en general, un menor volumen se exporta a Colombia. Para este año la firma busca incrementar este porcentaje.
Indutexma ofrece tejidos con estampación digital y procesos aplicados a textiles.
Otra empresa que busca recuperar sus niveles de producción es
Francelana. La compañía especializada en la fabricación de telas para uniformes escolares, corporativos, ropa de trabajo, formal y casual, sufrió un gran revés el año pasado después de que muchos de sus clientes, especialmente colegios y oficinas, cancelaran sus pedidos.
Su gerente general, Philippe Mayer, afirma que,
en el 2020 solo se pudo exportar el 25 por ciento de su producción. La empresa ofrece al mercado telas para ropa de trabajo, para uniformes escolares, de la policía y del ejército, tanto en Ecuador como en los países vecinos.
“Vamos a reforzar nuestra presencia en este segmento, pero requerimos que el Estado, a través de las compras públicas, privilegien la adquisición de productos fabricados localmente. Nuestros productos son de alta calidad y en estos momentos de crisis, es indispensable un patriotismo económico para hacerle bien al país”, reseña.
Retos
Este año el sector tiene el gran reto de formular nuevos modelos de negocios y estudiar el comportamiento y demanda de los consumidores, para ofrecer productos acordes a las necesidades de la nueva normalidad.
La industria, asegura Javier Díaz, requerirá producir muchos otros productos para atender la demanda, por lo que el enfoque estará en determinar qué es lo que los clientes requerirán, tomando en cuenta que en el 2021 muchos hogares contarán con menos recursos, no habrá clases presenciales por algunos meses, que varias oficinas todavía no abrirán, y que las tiendas minoristas, distribuidores mayoristas y grandes centros de expendio a nivel nacional, mantendrán restricciones de aforo de personas.
“El mayor reto que tienen las empresas es subsistir, no solo este año, sino también en el 2022. La expectativa es que el 2021 al menos ya no sea un año tan malo como el pasado, pero somos muy conscientes que una reactivación plena del sector llevará más tiempo, por lo que este año tendremos que seguir bregando para mantener estabilidad financiera en las compañías, y procurar sembrar unos nuevos cimientos para el futuro del sector”, afirma el directivo de la AITE.
Según estimaciones del Banco Central del Ecuador, este año esta actividad industrial crecerá un 4,7 por ciento.
Proyecto sectorial
Insertar a la industria textil ecuatoriana a las grandes cadenas globales de valor, fomentar un cambio de modelo productivo y mejorar las condiciones productivas y de competitividad para incrementar los niveles de exportación son algunos de los objetivos que aspira lograr el proyecto sectorial que llevan en conjunto la AITE, CORPEI y la empresa colombiana
INEXMODA.
Varias organizaciones han unido sus fortalezas para diseñar e implementar un plan que, a más de involucrar a todos los actores de la cadena, impulse la mejora competitiva del clúster textil y de la confección ecuatoriano y la internacionalización de productos.
Dato:
45% fue la caída en las ventas de la industria textil y confección en el mercado interno hasta octubre de 2020. Según la AITE, las exportaciones descendieron en un 52%.