Desde el inicio de la pandemia y para precautelar la salud de la ciudadanía, las autoridades sanitarias y de producción emitieron una serie de procedimientos para prevenir y controlar los riesgos de propagación de COVID-19 entre los trabajadores de la industria acuícola y pesquera.
Los establecimientos de la cadena productiva acuícola a más de acogerse a estas disposiciones, también han impulsado sus propias medidas, a fin de evitar el contagio entre su personal y proteger al producto y a los consumidores. En
Exportquilsa, por ejemplo, se puso mucho énfasis en la realización de pruebas PCR y rápidas periódicas al personal, toma de temperatura al ingreso y salida, señalización para el distanciamiento, fumigación, desinfección en expresos y en todas las áreas, así como difusión de sus protocolos de bioseguridad.
El gerente general de la empresa, Andrés Sánchez, cuenta que sus empaques son almacenados en bodegas que se desinfectan externa e internamente antes de ingresar al proceso. Sus contenedores son fumigados y desinfectados a diario por dentro y por fuera, a fin de eliminar cualquier virus o bacteria.
“Nuestro deber es garantizar la exportación de productos frescos y seguros a todas las mesas del mundo, por ello velamos por la seguridad y salud de nuestros colaboradores quienes son parte fundamental en toda la cadena de producción”, manifiesta Sánchez.
A pesar de ser nueva en el negocio exportador (un poco más de un año), en 2019, Exportquilsa se ubicó en el top 20 de empacadoras con 17.157 millones de libras vendidas. En el presente año sus productos llegaron a Asia, África, Canadá, Estados Unidos y Europa.
Para
Zambritisa, el cuidado de los empaques es vital en su operación, por esta razón la empresa solo está adquiriendo insumos de compañías certificadas y que brinden garantías de desinfección de sus productos. Su gerente, Álvaro Morales, explica que se ha establecido un protocolo de llegada en bodega para el material, allí se lo almacena en pallets plásticos y se los desinfecta con amonio cuaternario o alcohol antiséptico, según sea el caso. Al momento de exportar se desinfecta todo el contenedor antes de cargarlo y a medida que ingresa el producto se desinfectan los empaques fila por fila.
Desde que inició la pandemia, Zambritisa ha invertido más de 50.000 dólares en temas de bioseguridad. En su planta ubicada en Durán se vigilan las normas de distanciamiento y que el personal esté correctamente equipado con mascarillas, caretas de protección visual y trajes especiales. Además, se hace control de temperatura diario y pruebas periódicas de COVID.
Morales cuenta que la pandemia y los bajos precios del crustáceo han llevado a la compañía a reducir sus costos y a bajar su producción entre un 30 y 40 por ciento. Asimismo, las restricciones impuestas por China al camarón ecuatoriano le afectaron, pues su producto se dirigía en un 50 por ciento hacia este destino.
A raíz del COVID las exportaciones a China se paralizaron –recuerda el Gerente- y las autoridades de ese país no querían desaduanizar las cargas que estaban por llegar. Esta situación produjo la caída de los precios de las cargas ya vendidas, bajando entre el 30 y 40 por ciento el valor del contenedor, algo que les ocasionó grandes pérdidas. “Nosotros estamos paralizados con China, estamos buscando otros mercados alternativos en Europa, Estados Unidos y Sudamérica”, menciona.
Controles
Actualmente,
el Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, a través de la Subsecretaría de Calidad e Inocuidad, realiza inspecciones permanentes a los establecimientos de la cadena acuícola para asegurar que estén cumpliendo con los protocolos y control de riesgos de contagio de COVID-19 entre los trabajadores en la industria.
“La cadena de exportación de camarón cumple con los requisitos sanitarios más exigentes, gracias a la aplicación del Plan Nacional de Control Sanitario, mismo que está basado en los principios de APPCC (HACCP) y Buenas Prácticas de Manufactura, así como las normativas internacionales”, expresa el
viceministro de Acuacultura y Pesca, Andrés Arens Hidalgo.
Para las empresas que exportan a China adicionalmente se han definido medidas específicas en lo que respecta a protocolos de bioseguridad para el personal, control del producto, así como limpieza y desinfección de contenedores. Las medidas instan a tener un cuidado especial para el personal que está en contacto con el producto y los empaques, así como de las bodegas de almacenamiento y de los contenedores en donde se va a cargar el producto a exportar.
Más información en el especial de Acuacultura de Enfoque