En un año en que la economía del Ecuador tuvo la crisis económica más severa de su historia, con una caída proyectada del PIB del -8,9 por ciento, según cifras del Banco Central, la banca fue un puntal de estabilidad y confianza para millones de ecuatorianos.
Este es pronunciamiento de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), tras presentar las cifras del 2020, un año donde
las instituciones bancarias ofrecieron un alivio financiero a través de diferimientos, refinanciamientos, restructuraciones o novaciones a más de 2,1 millones de operaciones crediticias, de los clientes que se vieron afectados por la pandemia y no pudieron cumplir con sus obligaciones.
La Asobanca informó que a diciembre de 2020, los depósitos totales alcanzaron los 37.525 millones de dólares, con un crecimiento anual del 11,4 por ciento.
Por el lado de los créditos, la cartera alcanzó los 29.538 millones. Del total del financiamiento, 17.671 millones fueron destinados al crédito de la producción y 11.867 millones al consumo.
“Estas cifras son un reflejo de que la banca se mantuvo abierta y apoyando a las familias y a las empresas, incluso en medio de la crisis. Si la banca no hubiese logrado mantener este nivel de cartera durante el 2020, el decrecimiento de la actividad económica hubiese sido mucho mayor”, resalta la asociación.
Un dato importante, son las cifras de nuevos créditos otorgados el año pasado. Según las últimas cifras publicadas por el Banco Central, de enero a noviembre de 2020 la banca privada otorgó 21.105 millones de dólares en nuevos créditos.
Las cifras a diciembre no están disponibles todavía, pero la Asobanca estima que el monto total de colocación de nuevos créditos ascenderá a alrededor de 23.500 millones.
Adicionalmente, los bancos privados brindaron alivio financiero sus clientes durante los momentos más duros de la crisis generada por el COVID19, con el 36 por ciento de la cartera, que tuvo acceso a diferimientos, refinanciamientos, restructuraciones o novaciones.
A pesar de ello, la banca no fue inmune al shock económico del 2020. “Por ello las utilidades cayeron hasta diciembre en 62,3 por ciento en comparación con el año 2019. La rentabilidad bancaria a diciembre de 2020, medida con el indicador de rentabilidad sobre patrimonio (ROE), se ubicó en el 4,79 por ciento, es decir, entre los más bajos de América Latina”, informa la asociación.
Sin embargo,
a pesar de esta reducción, casi el cien por ciento de las utilidades generadas en el 2020 serán reinvertidas, para que de esta forma se pueda mantener un nivel apropiado de colocación de crédito y fortalecer sus niveles de provisiones.
Para el presente año, la banca tiene una visión optimista. Se ha logrado preservar la solidez y estabilidad en un año de crisis profunda, pero en el 2021 hay riesgos económicos y políticos que persisten.
“Se ha demostrado que, para tener una economía estable, se debe mantener una banca solvente con niveles adecuados de liquidez, capitalización, provisiones y utilidades. Esto permita brindar seguridad a los depositantes de que su dinero está a buen recaudo y que estará disponible para cuando lo requieran”, indica la Asobanca.