Las actividades industriales representan menos del dos por ciento del uso y aprovechamiento del agua en el Ecuador, con algo más de 49.000 litros por segundo de caudal autorizado, de acuerdo con el Registro Único de Autorizaciones de Agua hasta febrero del presente año.
Sin embargo, el impacto negativo que pueden generar en las cuencas hidrográficas es considerable si realizan un consumo desmedido del recurso, si provocan contaminación con sustancias químicas o si devuelven a los afluentes el agua sin el tratamiento adecuado.
Varias empresas conscientes de esta realidad han enfocado sus acciones para la protección del líquido vital, no solo para cuidar el ambiente y a las comunidades cercanas a sus plantas industriales, sino también para garantizar el suministro de este recurso para sus procesos productivos.
La ensambladora de vehículos GM OBB del Ecuador aplica esta filosofía corporativa. La compañía cuenta con un sistema de gestión integral de agua, que promueve su consumo responsable y el tratamiento del cien por ciento de las descargas residuales industriales y las asimilables a domésticas.
El tratamiento del líquido residual se realiza a través de sistemas de ultrafiltración y ósmosis inversa, lo cual permite obtener un agua apta para ser reutilizada en el proceso productivo de la empresa.
“Estas iniciativas permiten generar una reducción promedio en el consumo de agua potable de un 40 por ciento por unidad fabricada”, asegura Juan Carlos Landázuri, director de Manufactura y Calidad de GM OBB del Ecuador.
Un paso complementario en esta visión ambiental fue la implementación de un proyecto para la protección y restauración de páramo en el Área de Conservación Hídrica Paluguillo, que tiene 863 hectáreas de extensión. En el lugar se sembraron 6.000 plantas nativas.
Landázuri asegura que mediante este apoyo en la reserva se pudo mantener el caudal, de 109 litros por segundo, y la calidad de agua del río Carihuayco, que se conecta con el sistema hídrico Guayllabamba que abastece al norte de Quito.
Un trabajo articulado de conservación también realiza la compañía Coca-Cola, basado en su meta, establecida en el 2010, de devolver a la naturaleza el cien por ciento del recurso hídrico que se utiliza en la producción de sus bebidas.
Fue así como nació el programa Agua por el Futuro que se desarrolla en las cuencas hidrográficas que abastecen a las ciudades de Quito, Cuenca, Gualaceo e Isidro Ayora, junto con el embotellador Arca Continental, con el apoyo técnico de The Nature Conservancy y de los gobiernos locales.
“Bajo el concepto de reabastecimiento de agua, se ejecutan varias acciones para la protección de los ecosistemas naturales, restauración por medio de reforestación de las zonas degradadas y cercado de corredores de vegetación ribereña para proteger las fuentes de agua que abastecen a las ciudades”, explica Sandra Alencastre, directora de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Sostenibilidad para Coca-Cola Ecuador y Perú.
Hasta la fecha, se ha logrado intervenir 937 hectáreas, devolviendo a la naturaleza más de 880 metros cúbicos de agua, lo que representa más del cien por ciento del recurso que utiliza la compañía en las bebidas para consumo. También se ha beneficiado a 475 familias a través de las acciones del programa.
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A la dinámica de eficiencia hídrica también se suma Grupo Surpapel, integrado por las empresas Repapers, Surpapelcorp y Productora Cartonera SA, que son parte de la industria de papel y cartón del país.
El Grupo cuenta con una planta de tratamiento de agua, que le permite recuperar el 80 por ciento del recurso que usa en sus procesos productivos. Además, como usa papel y cartón reciclados como materia prima en la fabricación de bobinas de papel, logra un ahorro hídrico importante.
“Se consume de 60 a 70 metros cúbicos de agua por cada tonelada de papel cuando es de fibra virgen, y apenas 10 o 12 metros cúbicos cuando es de material reciclado, es decir, el consumo durante el proceso de producción es menor en una proporción de seis a uno”, asegura Damián Baeza, gerente general de Productora Cartonera.
Así, Grupo Surpapel recude su consumo de recursos naturales y aporta a la economía circular, lo cual demuestra la sostenibilidad de sus operaciones.