Eliminaciones sin gloria para Alemania y Bélgica, fiasco para Ronaldo con Portugal, España muere con su juego de posesión: las sombras de un Mundial de Catar que sigue a la espera del partido que se recordará durante décadas.
¿Fin del 'tiki taka' español?
Hubo un tiempo en el que el 'tiki taka', ese estilo de juego basado en los pases y la posesión de la pelota, dominó el fútbol. Con el sello 'Made in Spain', fue la época gloriosa del fútbol español, con un título Mundial (2010) y dos Eurocopas (2008 y 2012). Pero la 'Roja' tenía entonces un ingrediente indispensable en el fútbol: dos goleadores de talla mundial como Fernando Torres y David Villa para concretar toda aquella posesión.
El 'tiki taka" versión Luis Enrique derivó aburrimiento. Contra Marruecos, el partido de la eliminación en penales en octavos de final, España sumó 967 pases completados para ejecutar un solo disparo entre palos y cero goles en 120 minutos de juego.
El veredicto de Luis Enrique en Twitch lleva a la ceguera: "He visto a los semifinalistas y no veo a nadie mejor que España".
BRASIL, UNA NUEVA DECEPCIÓN
Será la quinta final consecutiva que los futbolistas brasileños verán por televisión. Algo que no se veía desde la época posterior a Pelé (de 1974 a 1990).
Para Neymar se diseña quizá un destino a lo Zico, el de un gran jugador que nunca logró un título con la Seleçao.
Pero Brasil vuelve a creer para 2026 con un grupo de jóvenes talentos como Richarlison, Vinicius Jr y Rodrygo.
RONALDO, TRISTE DESPEDIDA
Llegó a Catar como superestrella y capitán de una selección candidata al título y se fue llorando, relegado al banquillo, eliminado en cuartos por Marruecos (1-0), y sin club en el que jugar a partir de enero, después de su divorcio con el Manchester United.
Es probable que incluso tenga que decir adiós también a su selección. Hombre de récords, le queda el consuelo que en Catar se convirtió en el primer futbolista de la historia en marcar en cinco Copas del Mundo.
BÉLGICA, GENERACIÓN ENVEJECIDA
Espectacular semifinalista en 2018, desesperante en 2022. Triste espectáculo ofrecido por Kevin De Bruyne, Romelu Lukaku y Eden Hazard, entre otros. La última ocasión para la generación dorada belga se convierte en un viacrucis entre tensiones internas, un seleccionador sobrepasado por la situación y un espectáculo indigno. Las increíbles ocasiones falladas por Lukaku contra Croacia (0-0), sinónimo de eliminación en la primera fase, tenían un aire de justicia inmanente.
Otro fiasco, el de la 'Mannschaft': por segundo Mundial consecutivo, Alemania quedó eliminada en la primera fase. Un hecho histórico y preocupante a año y medio de la Eurocopa en casa.
RÉCORD ANTIDEPORTIVO
En un Mundial pobre en amonestaciones y expulsiones, los jugadores de Argentina y Países Bajos dieron muestra de una rara agresividad en su duelo de cuartos de final, ganado en los penales por los sudamericanos. Con 18 tarjetas amarillas, quince de ellas durante el partido y las otras tres después, cuando ambos equipos se enzarzaron en disputas e insultos, se batió un récord de antideportividad.
Menciones especiales merecen los neerlandeses por su escasa elegancia a la hora de ir a desconcentrar a sus rivales durante la sesión de penales y por parte de los argentinos, el balonazo de Leandro Paredes contra el banquillo europeo y la burla a los rivales en el momento de sellar la clasificación.
Una situación que llevó incluso al habitualmente tranquilo Lionel Messi a insultar a un rival mientras era entrevistado en zona mixta, con su ya viral "¿Qué mirás bobo?".
CATAR, ANFITRIÓN SOBREPASADO
Jamás un país anfitrión de un Mundial había sido eliminado tras solo dos partidos disputados. Nadie sabía qué cara iba a mostrar el equipo catarí, que se preparó durante meses a puerta cerrada. Pero las dudas se disiparon pronto: a la media hora del partido inaugural, Catar perdía ya por 2-0 contra Ecuador y el estadio se vació, un triste espectáculo para el torneo más importante del mundo. Con siete goles encajados y uno solo a favor, los jugadores cataríes finalmente no estuvieron a peor nivel que el mostrado por sus seguidores.