La inspiradora historia de Juan Manuel Correa: sobrevivió a un mortal accidente y ahora brilla en la Fórmula 2
Juan Manuel Correa, el arte de empezar de nuevo.
La historia de ‘JuanMa’, como algunas personas lo llaman, con el automovilismo nació desde muy pequeño. Su padre es fiel seguidor de la Fórmula 1 y otras competencias relacionadas, por lo cual lo incentivó a practicar ese deporte.
A los siete años, el entonces niño subió por primera vez a un kart, un pequeño vehículo utilizado para practicar el karting, la modalidad base en la formación de pilotos. Nunca más soltó el volante.
Su pasión se fortaleció al mudarse a Estados Unidos, donde participó en varias competencias locales de karting. También fue a Europa y después empezó en la Fórmula 4. Desde entonces, su ascenso fue meteórico, subió hasta la Fórmula 2 y había probado un carro de la Fórmula 1.
EN INSTANTES CAMBIÓ SU VIDA
Sin embargo, la carrera de Juan Manuel quedó paralizada en agosto del 2019. Durante una competencia en Bélgica, chocó con el auto del francés Anthoine Hubert, quien segundos antes sufrió un accidente.
“Perdí el control de mi carro porque los restos del primer coche se habían metido debajo del mío, entonces ya no podía curvar”, relató el joven a Vistazo.
El terrible impacto provocó la muerte del francés, mientras el ecuatoriano inició una carrera, esta vez por salvar su vida. Pasó dos semanas en un coma inducido tras un fallo pulmonar y sus piernas quedaron gravemente afectadas, sobre todo la derecha.
Los médicos le sugirieron amputar la pierna o someterse a 25 cirugías para reconstruirla, él decidió la segunda opción, pero eso le costó alrededor de un año y medio de tratamiento.
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ESPÍRITU DE LUCHADOR
“Siempre traté de tener una mirada positiva, lo cual fue muy difícil en algunos momentos”, narra Juan Manuel, quien sufrió depresión. Al mismo tiempo que curaba su pierna, también empezó un proceso psicológico para encontrarse a sí mismo.
Recuerda que en esos momentos centró su mentalidad en no dejarse caer en un hueco de oscuridad, ni presentarse como una víctima, sino aceptar la realidad. Dijo: “Tengo dos opciones: hago lo mejor que puedo con estas nuevas cartas que me ha dado la vida o me derrumbo”.
“Ahí fue que mi espíritu de luchador tomó el control y dije: ‘Tengo que salir de esto de una u otra manera’. De hecho, comencé a encontrar el disfrute de tener un reto tan grande”, comentó el joven piloto.
Agrega que al inicio del accidente consideró retirarse, pero luego pensó que tendría que volver a la vida normal. Ahí se dio cuenta que el automovilismo lo hacía feliz e iba a luchar hasta volver a las pistas.
Los médicos le habían dicho que la recuperación tardaría alrededor de tres años, pero él, en un año y cinco meses, ya estaba bien. Incluso manejó nuevamente un vehículo.
“Me sentía de vuelta en casa, super cómodo, pero también me di cuenta del nivel tan alto en el que estaba previo al accidente. Mi cabeza tuvo un reinicio, había perdido mucha habilidad. Me di cuenta que esto no iba a ser tan fácil”.
Juan Manuel tuvo que bajar una categoría para recuperar su rendimiento, volvió a la F3, pero ahora ya compite en la F2. Dice estar en un mejor rendimiento que antes del accidente. Es una persona más madura y su perspectiva de la vida cambió por completo. “Más allá de mi carrera como piloto, para mí es importante mi familia, estar con las personas que quiero”.
SU SUEÑO SIGUE EN PIE
En lo que queda de la temporada, el piloto ecuatoriano correrá en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) como parte del calendario de la Fórmula 2. Así mismo, viajará a Baréin para el Campeonato Mundial de Resistencia (WEC, por sus siglas en inglés) y es embajador del Gran Premio de México.
Su plan para el próximo año es continuar en F2, pero la meta de llegar a la F1 no se ha terminado. Es un sueño que quiere cumplir, pero ahora se lo toma con calma. También desea destacar en otras carreras del automovilismo como Le Mans (Francia).
‘JuanMa’ es consciente que en algún momento puede ocurrir otro accidente, pero es un peligro que está dispuesto a asumir. “Cuando estoy en carrera no puedo darme el lujo de pensar en los riesgos”.
Aún tiene dolor en el tobillo derecho, pues quedó sin cartílago, pero puede caminar perfectamente. Lleva una vida normal e increíblemente está de vuelta. “Todo en la vida pasa, no importa que tan feo sea”.
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