La casa que vio crecer a Richard Carapaz en Ecuador se alista para recibir a una multitud de personas que el domingo acompañarán a su familia a empujar desde la distancia al campeón olímpico para que se alce con su segundo Giro de Italia.
A través de una pantalla gigante seguirán junto a la familia de Carapaz la evolución de la decisiva contrarreloj de Verona, en la que el ciclista ecuatoriano debe recortar el minuto y 25 segundos que lo separan del australiano Jai Hindley, quien este sábado le arrebató el maillot rosa en la Marmolada.
En esta amplia pero humilde casa enclavada en el corazón de los Andes ecuatorianos, muy cerca de la frontera con Colombia, los padres de Carapaz desbordan una mezcla de regocijo y nervios ante la posibilidad de que su hijo agrande su leyenda como una de las figuras más grandes en la historia del deporte ecuatoriano.
"¿Cómo no me voy a sentir el padre más feliz del mundo siendo el padre de un campeón como Richard Carapaz? Gane o no gane, Richard ha demostrado muchas veces que es un campeón", destaca a Efe Antonio Carapaz, quien recuerda que este domingo 29 de mayo es además el cumpleaños de su hijo.
"Es un orgullo de nuestro país y de toda Latinoamérica. Nos ha sacado muchas lágrimas de emoción al verlo participar. Le rogamos a Dios y a la virgen santísima que siempre lo acompañe para verlo nuevamente campeón del Giro", añadió.
A la casa de los Carapaz llegarán en peregrinación seguidores de todos los puntos del Carchi, la norteña provincia de Ecuador que nuevamente se ha volcado con su paisano, como en 2019 cuando se alzó con su primer Giro de Italia y el año pasado cuando ganó la medalla de oro de ciclismo en ruta en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Incluso los familiares y amigos del ciclista han preparado un paseo en bicicleta de 51 kilómetros, desde la parroquia de Julio Andradre hasta la casa de "Richie" para llegar a ver el desenlace del Giro de Italia.
Toda la casa tiene elementos alusivos a la "Locomotora del Carchi", como se le conoce a Carapaz, al encontrarse desde una estatua suya en el patio a unos aros olímpicos en la entrada, sin olvidar una camiseta de su triunfo en Tokio 2020 o una colección de bicicletas y uniformes que ha llevado a lo largo de su carrera.
En la cocina, la madre de Carapaz, Anita Montenegro, cocina sobre un tradicional fogón andino a leña después de que la nueva actuación de su hijo en el Giro parece haberle devuelto las fuerzas tras una delicada operación médica.
"Parece que nos ha revivido", admite a Efe Montenegro, quien deseó que Richard pueda celebrar su cumpleaños con otro triunfo histórico en Italia.
"Nos llama siempre avisándonos de que está bien y que roguemos al señor y a todos que nos sumemos a que él triunfe", agregó la mujer, que camina con dificultad luego de su intervención quirúrgica.
Todos los días, tanto Antonio como Anita juntan sus manos frente a la imagen de Jesucristo que preside el porche de la casa para lanzar una plegaria en favor de Richard, al que de nuevo quieren ver de vuelta en casa con el trofeo del Giro para que todo el Carchi festeje por todo lo alto, como ya ocurrió en 2019.