A Kiara Rodríguez, la atleta paralímpica que ganó una medalla de bronce en los juegos de Tokio, la esperan en su casa con bombos y platillos. La madre de la deportista, Lilian España, aseguró que está muy orgullosa de ella y que, junto a familiares y vecinos, están planeando una sorpresa para cuando retorne a su hogar, en Guayaquil.
Kiara le regaló al país la tercera medalla en la historia de los Juegos Paralímpicos. Además, es la octava medalla que un atleta ecuatoriano consigue en el marco de las olimpiadas -generales y especiales- y la tercera mujer en ganar tal reconocimiento en las paralímpicas, después de las hermanas Poleth Méndez y Anaís Méndez.
“Estoy muy feliz, me siento muy orgullosa de ver a mi hija cómo sobresalió en su deporte”, declaró España “aquí cerramos la calle, estuvieron todos mis vecinos, mi familia, hermanos... para qué. Hubo mucho apoyo”.
La madre de Kiara dijo que cuando la joven de 18 años recibió su medalla, hubo gran algarabía en el barrio, y entre gritos y cantos en conmemoración a la campeona, la gente celebró hasta entrada la madrugada.
El que Kiara llegara tan alto era una esperanza que Lilian guardaba en su corazón desde que supo que su hija iba a ir a los Juegos Paralímpicos de Tokio. Y es que desde entonces ya le llamaban “Kiara la campeona”.
LOS INICIOS DE KIARA
La joven atleta tiene orígenes humildes. Nació en Guayaquil, el 12 de diciembre de 2002. Su madre ha indicado que, durante el parto, el médico le fracturó la clavícula a la bebé al jalarle el brazo izquierdo, lo que derivó en que Kiara desarrolle parálisis braquial.
Esta condición afecta su movilidad superior y debido a ella, la futura atleta tuvo que acudir a rehabilitación desde los cuatro días de nacida hasta los dos años de edad, cuando pudo recuperar la movilidad en los dedos de las manos y las muñecas.
Kiara creció en una familia monoparental, es decir, su madre crió sola a ella y a sus hermanos. Pese a ello, nunca le faltó cariño, aseguró España. A los 11 años, cuando estaba en la escuela, Rodríguez jugaba voleibol y fue seleccionada por la Federación del Guayas, pero desistió la oferta por problemas de transporte.
“No tenía quién me la llevara porque ella estaba muy pequeña, entonces yo le dije ‘Mija, no va a ir porque no tengo quién me la lleve’. Yo trabajaba. Me dijo ‘Ya mami, no importa’. Cuando ya estuvo en el colegio, me dijo ‘Mami, llegaron unos profesores y me preguntaron si quería ir a la federación’ y yo le dije ‘bueno como tú ya conoces la federación, ahí anda’”, expresó España.
Kiara se enamoró del salto de altura y empezó a entrenar a los 14 años. Según su madre, el primer entrenador, José Bernardo Valdés, fue de mucha ayuda para desarrollar la carrera deportiva de la joven. Él le pidió a España que la deje entrenar todos los días, incluyendo sábado y domingo cuando la mujer tenía que trabajar y no quiera dejar a su hija sola en casa.
“Desde que entró le vio el futuro a ella”, contó España a Vistazo “Dijo ‘ella es una chica que se va al mundial’”.
Efectivamente, en 2018 Kiara participó en el Open Internacional Lotería Caixa, y ganó el primer lugar en salto de altura. Asimismo, ganó el oro en el Grand Prix Mundial de Brasil y Francia y tres primeros lugares en el Open Paranacional, que la clasificaron a los Panamericanos 2019.
También obtuvo el oro en el Mundial Junior de Paratletismo en Nottwil, Suiza, y el Mundial de Para-Atletismo de Dubái, que la clasificó a los Paralímpicos de Tokio 2020.
“La vamos a recibir con todos los brazos abiertos. Estamos esperándola con ansias. Los vecinos me dijeron ‘vecina, aquí vamos a cerrar la calle porque la llegada de Kiara va a ser espectacular’. Llegar allá donde ella está es algo grande”, dijo entre risas su madre.
En el podio junto a Kiara se subió la neo zelandesa Ana Grimaldi (oro) y la rusa Aleksandra Mogochai (plata). Durante su participación, Rodríguez marcó su nuevo récord personal: 5,63 metros. Según la madre de la atleta, ella ha dejado claro que se quiere dedicar profesionalmente a este deporte.