Santo Domingo de los Tsáchilas, la provincia que se ordena para un futuro más productivo

Si bien la provincia generó una facturación de 3,307 millones de dólares en el último año, la economía informal ostenta gran relevancia.
Miguel Alvarado
EL CRECIMIENTO DE LA INDUSTRIA está limitado por el ordenamiento territorial. La vía a Quevedo es la alternativa de varias industrias que debieron salir de otros sectores dentro de la ciudad.

La planificación y ordenamiento territorial en Santo Domingo de los Tsáchilas condiciona el desarrollo industrial de la provincia. Aprovechar las vías a cantones aledaños es la oportunidad para seguir despuntando.

Hay un viejo refrán que dice “Ecuador es una tierra donde todo cambia y a la vez nada cambia”. Esa definición puede calzarle perfectamente a la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. En 15 años pasaron de ser un cantón de Pichincha a una provincia del Ecuador. En ese mismo tiempo, la población creció de la mano de su economía. Su facturación ascendió y llegaron nuevas inversiones. Pero los problemas que movilizaban la necesidad de la provincialización, como autonomía u ordenamiento territorial; todavía persisten, a pesar de tantos cambios.

En cifras, Santo Domingo de los Tsáchilas es la octava provincia con mayor facturación del país. Según cifras del SRI, en el último año allí se generaron 3.037 millones de dólares. Wilson Erazo, alcalde de Santo Domingo de los Colorados, la capital provincial, indica que el aporte es de 2,1 por ciento al PIB del país. Esto se debe principalmente al comercio. “Hay más de 15.000 establecimientos comerciales afincados aquí, eso refleja el gran potencial”, expresa el alcalde Erazo. Junto a La Concordia son los dos cantones que conforman la provincia.

De acuerdo con las cifras del SRI, la provincia venía mejorando sus ventas desde 2018, pero se frenó por la pandemia en 2020. Lo alcanzado en 2021 superó todos los registros. Félix Pilay, catedrático de economía de la Pontifica Universidad Católica del Ecuador – Sede Santo Domingo (PUCE-SD), explica que dicho crecimiento se debe a que la pandemia dejó desabastecido al mercado en general. “Eso obligó a una producción elevada en la provincia. Por ejemplo, en el sector agrícola. Sin embargo, para 2022 el crecimiento no será igual porque el mercado ya está equilibrado”, agrega Pilay.

Otro factor que influye en Santo Domingo es el comercio informal. Edgar Nogales, gerente general de Rhinoplast, una industria de envases plásticos, añade que la economía en la provincia tiene mucha influencia de la informalidad. “Se deberían revisar las ventas por RUC, por ejemplo. Solamente aquí hay más de 70.000 RUC que generan ingresos”, detalla.

Y aunque están bien, pueden estar mucho mejor. El desarrollo industrial de la provincia toma caminos improvistos por la falta de claridad en el ordenamiento territorial. Pilay (PUCE-SD) expone que el crecimiento de Santo Domingo ha sido desordenado y eso fue un rezago de surgir como parroquia rural de Quito y luego cantón de la provincia de Pichincha. “Se habla de definir las zonas industriales, pero eso cambia con cada administración”, afirma.

La ley faculta a los alcaldes a revisar y corregir el Plan de Ordenamiento Territorial de su jurisdicción. Incluso hay un presupuesto para dicho estudio. Entre los cambios de administración, las zonas industriales han sido establecidas en diferentes sitios, lo que ha causado que varias compañías tengan que mudarse urgentemente a otros lugares. Una de ellas fue Rhinoplast.

“El primer problema del industrial en Santo Domingo es que quiere crecer y no puede porque no se le dan las facilidades”, manifiesta Nogales. Su compañía se dedica a la fabricación de envases de plástico para alimentos y el agro. Para sus actividades requiere de abastecimiento de luz eléctrica, pero lo que se provee no es suficiente.

El alcalde Erazo asegura que “estos temas técnicos se están corrigiendo”. Además agrega que el nuevo plan de ordenamiento territorial está aprobado y en vigencia, que definen las zonas industriales, comerciales y residenciales. “Trabajamos para dar las condiciones de inversión. Para construir un hotel o un centro comercial, en Santo Domingo no se paga el valor de garantía”, añade. Justamente son dos proyectos que están en camino. Bombolí Shopping, un proyecto de DK Management (Quicentro o San Marino) será el primer centro comercial de la ciudad. Asimismo, la cadena de hoteles Oro Verde ingresará a la ciudad con una nueva marca.

Marcela García, presidenta de la Cámara de Industrias de Santo Domingo, argumenta que el crecimiento industrial de la provincia se asienta en la vía a Quevedo, antes de los peajes. Mientras que el desarrollo agroindustrial es muy fuerte en la vía a La Concordia. “Varias empresas se van a colocar allí, está proyectado que se levante el camal municipal”, agrega. Esto generará que en un futuro se hable de una gran sola ciudad, asegura Pilay (PUCE-SD). “Será similar a lo que ocurre en la provincia de Santa Elena, que no se sabe cuando uno está en Salinas, La Libertad o Santa Elena”, detalla.

Si bien la provincia generó una facturación de 3,307 millones de dólares en el último año, la economía informal ostenta gran relevancia.

CONTRADICCIÓN ZONAL

El comercio es la principal fuente de ingreso de Santo Domingo de los Tsáchilas. El año pasado les generó 1,916 millones de dólares. Según los consultados, la provincia es un punto importante de abastecimiento de productos y servicios para zonas aledañas. “Santo Domingo abastece a zonas como Quevedo, Esmeraldas, noroccidente de Pichincha, Pedernales, Jama y parte de Manabí. Esas personas impulsan el comercio de acá”, comenta Mercedes Sosapanta, gerente general de Comercial La Feria.

La compañía es la principal tienda de autoservicios de la provincia y se encuentra en planes de expansión. Tienen dos locales y planifican la creación de uno enfocado en el cliente mayorista. “Las grandes oportunidades que nos brinda esta ciudad también nos presenta importantes desafíos, como atraer nuevos clientes”, propone. No obstante, esa realidad comercial no se refleja en la administración pública ni política.

Hace 15 años Santo Domingo de los Tsáchilas ganó con la provincialización, pero hace 10 empezaron a perder con la creación de las Coordinaciones Zonales. Esta división del sector público anexa a la provincia con Manabí en la Zonal 4, cuya capital es Portoviejo. Es decir, si antes subían a Quito para realizar trámites, ahora deben bajar a la Costa para hacerlos.

Los consultados concuerdan en que al provincializarse aumentó el empleo en el sector público, pero no se ha despegado del todo. Nogales (Rhinoplast) fue el propulsor de la creación de la Cámara de Industrias. Él comenta que cuando surgió la idea se presentó el plan “Proyecta a Santo Domingo 2050”. En esa iniciativa se aspiraba generar 1.000 millones de dólares en inversión para levantar centros de micro y macro comercialización, Zonas Especiales de Desarrollo, Centros Logísticos y una Zona Franca. “Aspiramos a convertirnos en la tercera ciudad más importante del país”, menciona.

El plan tiene los elementos indicados para que se pueda efectivizar, pero falta mucho por hacer. Desde proveer educación superior (Santo Domingo no cuenta con una universidad propia, solamente extensiones), mejorar el ordenamiento territorial, hasta definir los objetivos de desarrollo en conjunto, entre el sector privado y público. Es un camino largo, pero necesario para, una vez más, cambiar las cosas.

En la vía a La Concordia se asientan varias firmas cárnicas, expertos proyectan que se la conocerá como "la ruta de la carne".