Cooperativas de ahorro y crédito, el motor financiero de Tungurahua
De la mano indígena, las cooperativas de ahorro y crédito se fortalecieron en Tungurahua. Generaron confianza y buenos resultados, que les permitió expandir su marca y operaciones.
Para buscar una solución a sus problemas financieros, 38 jóvenes indígenas se agruparon en el Parque 12 de Noviembre de Ambato y discutir qué hacer. Era 1997 y en el país ya se avecinaba una crisis bancaria. Pero para ellos era indiferente porque sentían cómo el sistema financiero tradicional los excluía y rechazaba. Entonces crearon su cooperativa de ahorro y crédito. “Mushuc Runa nació para los pueblos indígenas y rurales porque no eran sujetos de crédito en el sistema bancario nacional. Ellos desconocían el mercado que representa el sector indígena y rural”, explica Luis Alfonso Chango, gerente de la cooperativa.
Antes de la crisis bancaria, el sector tenía una concepción elitista. Cecilia Chacón, catedrática experta en economía popular y solidaria, recuerda que los requisitos para apenas disponer de una cuenta bancaria eran muy difíciles de cumplir para las comunidades indígenas. Para créditos era casi imposible. “Solicitaban recomendaciones, un depósito de garantía, y demás requisitos. Por eso las cooperativas sirvieron como una salida de emergencia a los cánones del sistema financiero nacional. Ajustó el camino al acceso a créditos. Prestaban el servicio y los clientes cumplían con sus obligaciones pagando puntualmente”, detalla.
A medida que las cooperativas crecían, en 2008 pasaron a ser reguladas por la Superintendencia de Bancos. Sin embargo, tenían limitaciones. “No gozábamos de los servicios financieros como la emisión de tarjetas. Era ilógico porque nosotros manejamos el mismo negocio que la banca: intermediación financiera”, manifiesta Estuardo Paredes, gerente general de la Cooperativa San Francisco. Para 2011 se creó la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria, específicamente para el control de las cooperativas. “Ahí nos dimos cuenta de la magnitud del negocio cooperativista”, añade.
Desde entonces, los servicios financieros fueron regulados y se amplió su oferta. Las cooperativas tienen la facultad de emitir tarjetas de débito o crédito, así como de crear cuentas corrientes. “No tenemos ninguna limitación. Cuando llegué acá mi idea era convertir la cooperativa en banco, pero ahora no hay necesidad”, señala Paredes (San Francisco).
Por su parte, Chango (Mushuc Runa) reconoce que las normativas de regulación les permitieron realizar mejor sus operaciones, aunque tomó tiempo adaptarse. “Nos pedían que los miembros de la directiva tengamos un título profesional. Pedimos un plazo de seis años para entrar a estudiar, así me gradué de abogado”, recuerda.
No obstante, el secreto del gran rendimiento de las cooperativas de ahorro y crédito se centra en la cercanía que tienen los socios con la institución. De acuerdo con las estructuras de las cooperativas, estas no cuentan con clientes, sino con socios. Cada uno forma parte de la institución y de las decisiones a través de sus representantes, que forman parte de la directiva. “Eso se genera por la relación constante del equipo de trabajo en territorio”, indica Paredes (San Francisco). Además, la cooperativa cuenta con la política de que los trabajadores de las agencias sean personas de la zona porque son conocidos de los socios y se fortalece la confianza.
Incluso los propios gerentes tienen contacto directo con los socios. Chango (Mushuc Runa) se remite de nuevo a la crisis y cómo fue la oportunidad de dar mayor seguridad a los clientes. “Explicamos que ustedes dejaban el dinero en los bancos y no conocían al gerente. Ahí nació mi marca personal: “Yo soy Luis Alfonso Chango, gerente de Mushuc Runa cooperativa de ahorro y crédito, y me encuentran en la comunidad de Echaleche””, rememora.
El aporte de las cooperativas para la economía tungurahuense se evidencia en los segmentos crediticios. Tungurahua es la cuarta provincia con mayor colocación crediticia. De acuerdo con las cifras de la Asobanca, la cartera bruta de las cooperativas en Tungurahua llegó a los 1.073 millones de dólares en 2021. De ese total, el 46 por ciento corresponde al microcrédito. Los consultados estiman que la cifra está equitativa para las comunidades indígenas.
El fútbol ha sido otra de las estrategias que han utilizado las cooperativas de ahorro y crédito para ampliar su mercado. Desde el patrocinio a los equipos de la primera división del fútbol ecuatoriano, hasta la conformación de clubes propios han permitido que las marcas de las cooperativas se fortalezcan y expandan su presencia. Si bien sus puntos fuertes están en la Sierra, aspiran llegar a la Costa. Su vocación les da la seguridad de seguir brindando oportunidades financieras a quienes las necesiten.