Presidente Noboa recorre Manta para supervisar operativos de seguridad y decomiso de drogas
El presidente de la República, Daniel Noboa Azin, supervisó el decomiso de 1,5 toneladas de droga, en una acción que el Gobierno llama "un duro golpe al terrorismo". Lo hizo este sábado 8 de agosto de 2024 en Manta, provincia de Manabí, zona donde se ha levantado una fuerte ola de violencia en las últimas semanas.
En un comunicado, la Presidencia de la República informó de que el Bloque de Seguridad, a través de la Armada de Ecuador, interceptó el viernes una tonelada y media de droga, cuyo tipo no ha especificado, y 18 galones de combustible subsidiado transportados en embarcaciones hacia Manta.
El primer mandatario verificó el procedimiento respectivo con el cargamento decomisado y con las personas aprehendidas: "Tenemos una captura importante. Y seguimos trabajando en nuestro enfoque que no solo es decomisar droga sino salvar vidas", dijo. La droga hallada está valorada en 20 millones de dólares, "lo que resulta un gran golpe a la estructura de los grupos narcotraficantes que trataron de ingresar droga a través de Manta", reza el escrito.
La fiscal encargada de este operativo en Manta, Johanna Cobeña, explicó que las unidades navales detectaron a dos embarcaciones pesqueras a 169 millas náuticas al noreste de Manta. En una de ellas se encontraron 80 bidones de combustible subsidiado, de 18 galones (68,1 litros) cada una que, según fuentes de inteligencia naval, servía para abastecer al barco que transportaba la droga.
Como resultado del operativo se detuvo a siete personas que ahora se encuentran en manos de las autoridades competentes. El presidente cumplió su agenda este sábado en Manta, donde esta semana el mandatario pidió que los comandos principales de la Policía y el Ejército tengan sus bases temporales en esa urbe.
La espiral de violencia se desató en enero pasado cuando el Gobierno se aprestaba a avanzar en el llamado 'Plan Fénix', con el objetivo de recuperar el control de las prisiones. Esa violencia también se trasladó a las calles hasta convertir a Ecuador en uno de los países más violentos de la región, con 45 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes en 2023.