De Chávez a Maduro: Así Venezuela bajó al inframundo

Los que lloraron a Hugo Chávez hoy derrocan sus estatuas. Del odio al amor solo hay un paso. También en política. ¿Cómo Maduro borró el legado de Chávez? Venezuela vive momentos críticos en medio de las cuestionadas elecciones en las que Maduro se proclamó su reelección.

Una multitudinaria procesión acompañó al cementerio al comandante Hugo Chávez Frías en 2013. En el artículo sobre su funeral, la revista Vistazo escribió: “Gracias al ataque pudo ganar todas las batallas del poder en Venezuela. Parecía invencible hasta que un descuido en la defensa de su cuerpo hizo que pierda la madre de todas las batallas contra un cáncer detectado tardíamente”.

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Once años después, indignados con el fraude electoral ejecutado por el sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, los venezolanos se subieron a tres de las cuatro estatuas erigidas en su honor y las descabezaron. ¿Cómo pasaron del amor y la reverencia al odio? Hay varias causas que están interrelacionadas entre sí.

La primera está en que el desempeño de Nicolás Maduro ha sido tan catastrófico que borró el legado de Chávez, aun en las clases populares. Chávez llegó al poder gracias al cansancio con los partidos tradicionales que se desgastaron por un cambio en los ingresos petroleros y la gran corrupción estatal.

Al igual que en su momento lo hizo Fidel Castro, quien inicialmente tuvo el respaldo de toda la población cubana, Chávez mostró su verdadero rostro en el timón. Perdió el apoyo de los sectores medios, pero mantuvo una conexión emocional con las clases populares por su retórica antiimperialista y la abundancia de programas sociales.

Dotado de un carisma y una conexión emocional, ausentes en su sucesor, Chávez gozó de la bonanza de los altos precios del petróleo, que se secó cuando ascendió Maduro.

A la caída de los ingresos petroleros se unió la ineficiencia de la administración de la empresa estatal PDVSA, a raíz de una huelga general en la cual Chávez descabezó a su plantilla general. Al llegar Chávez al poder en 1999, PDVSA producía 3 millones de barriles por día y, en 2023, se redujo 783,000. Sin ingresos petroleros suficientes, Maduro expropió empresas y aplicó un control de precios, lo que ocasionó hiperinflación, escasez de alimentos y servicios básicos (electricidad, agua, transporte) y de otros servicios como educación y salud pública.

Durante el gobierno de Chávez hubo gran corrupción, en especial en programas sociales y en obras públicas, como se ha ido descubriendo, especialmente por investigaciones judiciales en otros países: las estaciones del Metro hechas por Odebrecht, los programas de vivienda popular con Alex Saab, las cuantiosas donaciones de petróleo a Cuba y los países caribeños, a cambio de votos en organismos internacionales. La evidencia más reciente ocurrió en la sesión de la OEA, en la que los países caribeños no aprobaron la sanción al régimen por el fraude electoral.

En el gobierno de Nicolás Maduro, la corrupción fue generalizada. Junto a fuerzas extranjeras, también se incorporó el crimen transnacional. En 2013, Venezuela envió por vía aérea en vuelo regular de Air France, entre Maiquetía y París, 1.3 toneladas de cocaína.

No solo ha sido un país para el envío logístico de la droga, sino que también se ha convertido en productor en los estados de Zulia y Apure. El número dos en el poder de Venezuela, Diosdado Cabello, es considerado por las agencias antinarcóticos como líder del Cartel de los Soles. Y el hijo y sobrino de la esposa de Nicolás Maduro fueron detenidos por narcotráfico, tratando de vender 800 kilos de cocaína a un agente encubierto de la DEA en Haití.

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La administración de Nicolás Maduro se ha caracterizado por los fraudes electorales y por contrarrestar la voluntad popular cuando ha sido forzada a aceptar las pérdidas en los comicios. En 2013, se cree que Henrique Capriles, el líder de la oposición, triunfó por un margen estrecho, pero no pudo probar el fraude. En 2015, en cambio, el gobierno perdió las elecciones para la Asamblea Nacional, pero le hizo contrapeso creando una Asamblea Constituyente.

Las protestas por el fraude descarado volvieron más violento al régimen. Algunos líderes políticos fueron encarcelados, como el caso de Leopoldo López, quien logró escapar de prisión y ahora está exiliado en España. Las violaciones a los derechos humanos han sido tan constantes y atroces que personas de izquierda, como la expresidenta chilena Michelle Bachelet, comisionada para los derechos humanos, escribió un reporte en el que se habló de tortura y desapariciones forzosas.

Han ocurrido crímenes de lesa humanidad. La cárcel de El Helicoide, que estaría dirigida por cubanos, ha sido reportada como el centro más grande de torturas sistémicas y violaciones de derechos humanos en América Latina.

Tras las denuncias de fraude contra la candidatura de Edmundo González, apoyado por María Corina Machado, en Venezuela se ha detenido a unas mil personas y el gobierno está persiguiendo a Machado, quien ha pasado a la clandestinidad. Un reprise de lo que ha ocurrido en otras elecciones.

La oposición lanzó una plataforma digital con más del 80 por ciento de actas escaneadas que demostrarían la victoria de Edmundo González. El sitio web permite a los ciudadanos ingresar sus números de cédula para verificar los datos. Incluso se puede acceder a las actas de las mesas en las que votaron algunas figuras chavistas, y en la gran mayoría pierde Maduro.

El fracaso económico, político e institucional del régimen ha llevado a una crisis migratoria nunca vista en América Latina. La ONU sostiene que unos siete millones de venezolanos han migrado. Colombia tiene a dos millones de ellos, Ecuador a 400,000. Entre Maduro y Chávez, el país con las mayores reservas de crudo del mundo se desplomó económicamente. En 2012 tenía un PIB per cápita de más de 12 mil dólares. A 2024 esa cifra está por debajo de los 4.000 dólares. En este tiempo también ha perdido el 20 por ciento de su población.