¿Qué pasó con el Banco del Pacífico?
Cuando la Revolución Ciudadana llegó al poder, el Grupo Financiero Pacífico tenía además del Banco del Pacífico, a la almacenera Almagro, Seguros Sucre, el Banco del Pacífico Panamá y el Pacific National Bank de Miami. En 2022, sobrevive la almacenera... A eso se suman una serie de decisiones políticas que entre 2008 y 2020, minaron el patrimonio del banco.
En el primer Enlace Ciudadano de 2008, el presidente Rafael Correa criticó los elevados sueldos que recibían unos españoles que administraban el Banco del Pacífico y argumentó que lo mismo lo podían hacer los ecuatorianos y por menos valor. Pocos días después, el gerente del Banco Central anunciaba que se cambiaría la administración del banco pero que se mantenía la decisión de venderlo.
Así, Félix Herrero y Roberto González, el 14 de febrero de 2008, terminaron su romance de casi siete años con el Pacífico. Ellos llegaron en 2001 con la misión de rescatar un banco que había salido mal herido de la crisis bancaria. “Dejamos un banco que era el primero en eficiencia, rentabilidad, cobertura, provisiones, solvencia patrimonial y liquidez”, recuerda González.
Pero entre 2008 y 2020 los gobiernos de Correa y Moreno lo vieron como banco público y no como el banco privado que legalmente nunca dejó de ser. Cuando la Revolución Ciudadana llegó al poder, el Grupo Financiero Pacífico tenía a su haber no solo al llamado “banco banco”, sino también a la almacenera Almagro, Seguros Sucre, Banco del Pacífico Panamá y Pacific National Bank de Miami. En 2022, sobrevive la almacenera. ¿Qué pasó?
Sospechas de lavado
En 2011, una cadena ordenada por la Secretaría Nacional de Comunicación, desmintió publicaciones periodísticas que daban cuenta que el Pacific National Bank habría realizado operaciones inusuales y que falló en el control antilavado de dineros.
Lo cierto era que la Oficina del Controlador de la Moneda de EE.UU. le impuso al Pacific National Bank, una multa de siete millones de dólares precisamente “por incumplir con normas de control de lavado de dinero”. El hecho tuvo un par de antecedentes que publicó diario El Universo: “Durante los exámenes realizados a finales de 2009, la OCC encontró que el banco no cumplió con varios requerimientos y no se corrigieron las deficiencias. Al final de 2010 se encontraron las mismas deficiencias, pero además aparecieron otras...”.
Eso no fue todo. En noviembre de 2011, Correa ordenó al Banco Central del Ecuador que de manera gratuita transfiera el 100 por ciento del paquete accionario del Banco del Pacífico a la Corporación Financiera Nacional (CFN), una entidad históricamente cuestionada en sus manejos financieros. El argumento fue que la CFN: “requiere para el cumplimiento de sus fines contar con la infraestructura que le permita dar mayor viabilidad a sus operaciones”.
Lo siguiente fue el ultimátum de la autoridad norteamericana para que se venda el Pacific National Bank. Para unos esto se dio como corolario de las sanciones ya impuestas al banco y a cinco miembros del Directorio. Según la versión oficial, fue en respuesta al traspaso de acciones, ya que la CFN no calificaba como potencial propietaria de un banco en EE.UU. Esto último pudo arreglarse derogando el decreto, cosa que no se hizo.
La venta se perfeccionó el 30 de octubre de 2014 por 42 millones de dólares, cifra muy similar al valor de su patrimonio. El comprador fue un fondo de inversiones, con sede en Connecticut, Estados Unidos. Adiós Pacific National Bank.
Igual fin tuvo el Banco del Pacífico Panamá que operaba desde 1980 dando facilidades a exportadores e importadores ecuatorianos. Se dijo que la decisión de venta se la tomó en 2013 y que al año siguiente se traspasaron las acciones a un fideicomiso Dos años después, Vistazo revelaba que este banco había arrojado utilidad en rojo en 2016, según la Superintendencia de Bancos de Panamá. La venta se concretó en octubre de 2018 cuando fue adquirido en 17 millones de dólares, a 24 meses de plazo, por Pacific Blue Ocean Holding, integrada por nueve inversionistas ecuatorianos que le cambiaron el nombre a Pacific Bank.
El otro integrante era Seguros Sucre que se separó del banco, se unió a Seguros Rocafuerte que también estaba en poder del Estado y terminó liquidado en medio de escándalos financieros de directivos que hoy son enjuiciados en Ecuador y Estados Unidos.
Bodega de cartera mala
El haber asumido cartera de bancos en mal estado ha sido un karma con el que ha cargado el Banco del Pacífico desde que en medio de la crisis bancaria fue obligado a fusionarse con lo que quedaba del Banco Continental. Esa fue la primera ocasión en que sus índices de cartera vencida se dispararon. Eso, junto a los millones que debió prestar al entonces moribundo Filanbanco, llevaron al quirófano al que, en tiempos de su gestor Marcel Laniado de Wind, fue el banco más moderno y eficiente del país.
En 2001, el gobierno de Gustavo Noboa decidió contratar una administración extranjera y alejarlo de la política. Entonces llegaron dos españoles, Félix Herrero y Roberto González. Las pérdidas sumaban 40 millones de dólares. Tras reducir personal y vender activos improductivos, en 2004 se rejuveneció la imagen del banco, se bajó las tasas de interés de los préstamos hipotecarios al 10 por ciento anual y se cautivó a jóvenes empresarios de clases media y media alta. A inicios de 2007 el patrimonio ya era de 150 millones de dólares y técnicamente estaba listo para la venta.
En el camino, entre 2008 y 2020 al banco le fueron apareciendo varias goteras. La mayoría consecuencia de la absorción de cartera de entidades asfixiadas. Del Instituto Ecuatoriano de Crédito Educativo y Becas (IECE) recibió unos 320 millones de dólares. Adicionalmente el banco empezó a ofrecer préstamos educativos al 7,8 por ciento a 24 años. Hoy es una cartera con pocas garantías y con altos índices de morosidad. Los deudores lucharon en la Asamblea por una ley que les permitirá pagar hasta en 20 años. Según el asambleísta Manuel Medina de Pachakutik, son 9.200 personas que adeudan 64 millones de dólares.
El casi desaparecido Banco Ecuatoriano de la Vivienda también le endosó al Pacífico 23 millones de dólares en cartera de mala calidad, en 2013. Adicionalmente, el banco empezó a otorgar créditos para vivienda al cinco por ciento anual y a 12 años plazo. A septiembre de 2021 la morosidad de la cartera de vivienda de interés público era cercana al 10 por ciento. Emprendedor Pacífico y Reactívate Ecuador son otras líneas de crédito con intereses bajos que no han representado beneficios para el banco. Solo en 2020 se desembolsaron 101 millones de dólares con tasas en su mayoría al cinco por ciento. La morosidad más alta porcentualmente corresponde a la microempresa: casi 24 por ciento según reporte a septiembre de 2021.
El banco no puede revelar el nombre de los deudores por sigilo bancario, pero se conocieron detalles de uno de ellos. “Resulta que el presidente de turno es hincha de un equipo de fútbol y favorece un contrato de publicidad y le da un crédito que nunca lo pagan. Eso en mi opinión es un acto de corrupción”, dijo el presidente Guillermo Lasso a 4Pelagatos. En la misma nota se da a entender que se trata del club cuyo remodelado campo deportivo tomó el nombre del banco. Se supo que los intereses del crédito eran compensados con los auspicios del banco. La entidad afirma que ya ha retirado ese y también otros auspicios que le significaron 20 millones de dólares en dos años.
Tapando huecos
Las provisiones son los parches en dinero efectivo con los que un banco tapa los huecos. A diciembre último el Pacífico había destinado 260 millones de dólares a este concepto, según los informes de diciembre de 2021 publicados por la Superintendencia de Bancos.
Para el presidente ejecutivo Roberto González, que volvió al banco en agosto pasado, en 2022 se necesitará provisionar 200 millones más. “Es decir 400 millones en dos años”. El porcentaje de cartera mala es el doble del promedio del sistema financiero.
El otro gasto importante se dio en 2021 y fue por la reducción de un tercio de empleados. Las indemnizaciones demandaron 20 millones de dólares. También se cerraron 18 oficinas en cuya operación se perdían dos millones cada año. El banco estima que, con la estructura optimizada en todas las áreas, este año ahorrará 70 millones en gastos operativos. Y, aseguran, está nuevamente listo para la venta en no menos de su valor patrimonial que es de 820 millones de dólares.
Si todo marcha como se planificó el nuevo dueño se haría cargo este mismo año. Solo se espera que quien lo compre sea un banco internacional de prestigio y que mantenga el nombre debido al valor de la marca. Nadie quiere decir: Adiós Banco del Pacífico.