¿Qué es la pobreza menstrual y por qué afecta a miles de adolescentes en Ecuador?

Redacción Vistazo
La pobreza menstrual afecta a las poblaciones indígenas, barrios urbano marginales y zonas rurales.

Durante años los estigmas y tabúes, que existen sobre la menstruación han ocultado una problemática que afecta a las niñas y adolescentes en varios aspectos de su vida: salud, educación y bienestar emocional.

La gestión de la menstruación es una posibilidad que no está al alcance de todas, una situación que debe ser discutida apropósito del Día Mundial de la Salud Menstrual que se celebra este 28 de mayo.

¿QUÉ ES LA POBREZA MENSTRUAL?

Catalina Vaca, representante de Plan International Ecuador, explica que los periodos menstruales de las mujeres implican tres condiciones: tener acceso a insumos sanitarios, educación sobre higiene menstrual y sexual e infraestructura para gestión de los desechos. Entonces, la pobreza menstrual es cuando no hay acceso a ninguna de estas cosas.

“Existen muchas mujeres que no cuentan con los recursos para comprar los insumos mínimos que requiere la menstruación, sobre todo aquellas familias que viven con un dólar al día. Tienen que priorizar entre la alimentación o la higiene menstrual”, indicó Vaca.

En Ecuador se estima que las mujeres gastan un promedio de 42 dólares solo en toallas sanitarias al año, que es un costo alto especialmente en aquellas familias con ingresos básicos y en las que hay más de dos mujeres.

“Las desigualdades sociales que existen en el país provocan que muchas niñas y adolescentes que no cuentan con los recursos necesarios gestionen su menstruación con métodos no adecuados o, incluso peor, no puedan gestionarla y su vida se vea afectada, por ejemplo, dejando de asistir a la escuela”, dijo Rossana Viteri, Directora de Plan International Ecuador.

El problema radica principalmente en las poblaciones indígenas, barrios urbano marginales y zonas rurales; que carecen de recursos y no cuentan con la información necesaria para abordar esta situación natural, pero a la vez estigmatizada.

SILENCIO CON IMPACTO NEGATIVO

La menstruación es un tema tradicionalmente silenciado, lo que ha generado un impacto negativo en las niñas. Muchas de ellas llegan a sentirse avergonzadas de hablar sobre su ciclo menstrual, lo que puede tener consecuencias en su salud.

Catalina Vaca comenta que en Ecuador aún existen patrones machistas que ven al hombre como un ser de mucha fuerza y valentía. Mientras, a las mujeres se las concibe como débiles y parte de esa supuesta fragilidad tiene que ver con la menstruación.

“Existen tabúes de que en esa época las mujeres tienen un menor rendimiento o pueden tener afectaciones en su salud y eso hace que los hombres las vean de manera distinta, que no están en las mismas capacidades”.

Las familias tampoco hablan abiertamente del tema, lo que genera dudas principalmente en las adolescentes que empiezan a conocer su cuerpo.

Si las mujeres tuvieran toda la información para estar preparadas, el tema se vería como algo natural. No es ni siquiera una enfermedad, en este periodo las mujeres tienen un sangrado, que puede ser llevado con naturalidad si cuenta con las medidas adecuadas”, dijo Catalina Vaca.

AFECTACIÓN EN LA EDUCACIÓN DE LAS NIÑAS

La pobreza menstrual tiene un gran impacto en la educación de las niñas, ya que a menudo se ven obligadas a faltar a clases cuando están en su período.

Una investigación de Plan International en Uganda e Indonesia, por ejemplo, ha encontrado que aproximadamente la mitad de las adolescentes no van a la escuela cuando están menstruando, perdiendo hasta 24 días de escuela al año.

A esto hay que añadir que las faltas por problemas menstruales son injustificadas, entonces se generan llamados de atención o calificaciones bajas hacia las adolescentes.

Por otra parte, el estudio encontró que el 39% de las colegialas han sufrido abuso verbal de los compañeros de clase durante su periodo. Según la experiencia de Plan International en Ecuador, situaciones similares ocurren comúnmente en el país.

“Los compañeros pueden burlarse en el caso de que vean una mancha en el uniforme. Además, algunas instituciones educativas no tienen baterías sanitarias en buen estado. Las chicas pierden privacidad, deben esconderse para cambiarse de toalla sanitaria”, señaló Catalina Vaca.

Según el organismo, esta problemática en el ámbito escolar termina por afectar el bienestar emocional de las niñas y adolescentes; “muchas de ellas se sienten rechazadas, aisladas y no tienen información en materia de salud sexual y reproductiva, para entender su ciclo y asimilarlo como un proceso natural”.

¿QUÉ SE DEBE HACER PARA COMBATIR ESTA PROBLEMÁTICA?

Plan International garantiza la salud menstrual de niñas y mujeres distribuyendo kits de higiene con elementos para la gestión del ciclo menstrual, la producción de material educativo e implementación de capacitaciones sobre la menstruación, un trabajo al que se puede contribuir a través de https://plan.org.ec/donar.

“También enfocamos nuestros esfuerzos en promover el uso de productos alternativos y eco-amigables, como la copa menstrual y las toallas sanitarias reutilizables”, comentó Rossana Viteri, portavoz de la organización.

Desde el inicio de la emergencia sanitaria, Plan International ha donado cerca de 44.500 kits de alimentos y 8.000 insumos de higiene a alrededor de 298.000 personas en Ecuador.

Además, impulsan campañas educativas para desmitificar los tabúes y prejuicios que existen alrededor de la menstruación.

Por su parte, Catalina Vaca indicó que el Gobierno debería implementar una estrategia sobre educación sexual en las escuelas y colegios, para sensibilizar a docentes y familias sobre la menstruación.

Así mismo, “el Estado debería asumir de manera gratuita los insumos con dispensadores, especialmente, en las poblaciones más pobres”.