Patricia Ochoa, viuda del general Gabela: “Ya no espero justicia, sino verdad” sobre el asesinato de su esposo
El documento final sobre el asesinato del general Jorge Gabela apuntó a un crimen planificado. Dos generales de la FAE, contemporáneos a él, habrían tenido motivación suficiente para silenciarlo.
El 24 de julio de 2023 cumplirían 39 años de casados. El calendario de celebraciones se detuvo súbitamente en diciembre de 2010, cuando el general Jorge Gabela fue asesinado. Pasaron casi 13 años para que su viuda, Patricia Ochoa, recibiera un informe oficial de 76 páginas. Este documento confirma lo que ella sabía. Que a su esposo lo mataron para silenciarlo, cumpliendo órdenes de agentes del Estado. Que un enjambre de funcionarios públicos se encargó de encubrir la verdad.
El segundo martes de julio, el perito argentino Roberto Meza entregó oficialmente el informe final con el resultado de la investigación que hizo en 2013, sobre las circunstancias que rodearon el asesinato de Gabela. En ese documento, concluye que dos altos oficiales de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), con rango de generales, tenían motivaciones suficientes para silenciar al oficial que cuestionaba públicamente la compra de siete helicópteros Dhruv. Establece además que la identidad de uno de los autores materiales de los disparos fue falsificada y hay indicios de que no fue asesinado, ya que habría ejercido el voto en comicios recientes.
Indicios de encubrimiento
El documento fue reconstruido por orden de la Corte Constitucional. Una comisión especial, integrada por el jurista Arturo Moscoso, la presidenta del Consejo de Comunicación Jeannine Cruz y el ministro de Deportes Sebastián Palacios, coordinó la tarea. Meza realizó la investigación en 2013 y al entregar la documentación le fueron retirados los insumos de trabajo y los documentos de sustento. La cláusula de confidencialidad le impidió hablar de sus hallazgos.
Ahora, tras el mandato constitucional, debió levantar toda la información, con base en una veintena de cajas de documentos de respaldo. No halló todos los papeles que le sirvieron de insumo en 2013. Pero sí logró documentar que el primer día de abril de 2008, el entonces comandante de la FAE, general Gabela entregó al presidente Correa una carpeta con indicios de fallas técnicas en los helicópteros. Él se oponía a esa compra.
El informe pericial no tiene, sin embargo, peso jurídico pero sí constituye el punto de inicio para que la Fiscalía investigue los hechos, bajo la hipótesis de un posible crimen de Estado.
La hora de la verdad
Patricia Ochoa se ha encanecido con la dignidad de una mujer íntegra. Que el contenido del informe final no le sorprende, diría minutos después de recibirlo de manos del perito. “Desde el instante en que esos hombres entraron a mi casa a dispararle a mi esposo supe la causa, ese seguimiento que habíamos vivido en algunos casos ya era acoso”.
“No puedo olvidar que mi esposo el último año se enfermó, tuvo presión alta. Sufrió acoso de todas las formas posibles; le siguieron un juicio de 10 millones por hablar en público de las deficiencias, cuando falleció nosotros heredamos ese juicio”. Ella no olvida que por su tesón se conformó un comité interinstitucional, en 2012. Que esa instancia contrató al perito Meza. “Cómo olvidar que me entregaron el informe sin firma ni sumilla, con 43 páginas”. El documento crucial fue alterado, ahora, fue reconstruido.
“No desistan porque en este país seguirá habiendo casos Gabela, esto es fácil cuando se encuentran jueces a la medida, que no encuentran peculado, a pesar de que hubo muertos en esos helicópteros”. Se refiere al proceso que, en la Corte Nacional de Justicia, no halló responsables ni irregularidades en la adquisición de los helicópteros. Eran siete, cayeron cuatro, dejaron al menos tres muertos.
No olvida los desplantes y las humillaciones que vivió por parte de “funcionarios que creen que van a tener funciones eternas”. Advierte que la justicia sirve al poder de turno. ¿Cuántos están presos por robarse una gallina, pero por sobreprecios en obras, cuántos? Al perder a su esposo, ella pidió justicia y verdad. De la primera, advierte que ya no espera nada. La segunda recién empieza a ver la luz.