“Los narcos quieren suplantar al Estado”, la advertencia del abogado Adrián Pérez
Adrián Pérez, abogado con varias especializaciones en Estados Unidos y España, tiene 32 años y una visión de los peligros que acechan al Ecuador alrededor del narcotráfico.
-¿Puede Ecuador perder su soberanía con el narcotráfico?
Si, porque estamos todos desunidos. Esto se ha visto, por ejemplo, en México, los narcos no solo no se contentan con vender droga en la calle. Lo que ellos al final del día quieren es suplantar al Estado. En Colombia, en los pueblos donde el Estado era muy débil, donde no proveía servicios, no proveía a escuelas, venía el narco, ponía su plata, se hacían caminos, se hacían escuelas y todo el mundo ¿a quién le debía la lealtad? ¿a la patria o al narco? Al narco, obviamente, porque la patria ¿qué hizo por ahí? Nada. Y el narco en cambio, era el que ponía la ley, ponía el dinero, ponía los servicios. Eso es algo que poco a poco está pasando. Lo que va a ocurrir es que van a aparecer estos otros microestados en lugares remotos y van poco a poco a convertirse en un Estado paralelo, en otro monopolio de la fuerza, en otra estructura que se va a declarar a sí misma como la legítima soberana de un territorio. Y ahí ya nos quedamos sin patria, nos quedamos sin país.
-El primer paso podría ser contaminar de lleno la política.
Ya está y lo estamos viendo con los escándalos que semanalmente salen. Eso se exacerbó bastante durante los 10 años del correato porque parte del financiamiento que ellos recibieron era, se sabe a voces altas, de las FARC y cosas así. Entonces probablemente el repudio a la Base de Manta, so pretexto de la soberanía, fue claramente un acuerdo para quitar de encima la base. Entonces tú le permites mayor circulación a los cárteles. La política está manchada de dinero de la droga. Cada vez se nos están cerrando las alternativas. Tenemos que reaccionar ahorita o vamos a acabar como México, como Colombia, con territorios controlados por narcotraficantes.
-Se acercan elecciones seccionales, ¿cómo los ciudadanos podríamos darnos cuenta de que tal o cual candidato está siendo financiado por dinero ilícito?
Eso es muy complicado. Me gustaría dar una mejor respuesta. El ciudadano promedio tiene que entender que la democracia depende de él. No depende de los políticos, no depende de los líderes de opinión. La democracia es una forma de gobierno que le pone todo el peso, toda responsabilidad al ciudadano común, al ciudadano promedio. Entonces si es que no tiene la conciencia de informarse, de averiguar cuál es el pasado de este político, cuáles son sus propuestas, qué tipo de futuro ofrece este proyecto, entonces la democracia no va a funcionar. El ciudadano tiene que tomar esa responsabilidad y tomarse el esfuerzo de leer los periódicos, de revisar las redes sociales, de hacer su propia investigación.
Hoy en día se habla solamente de derechos, sin entender que los derechos tienen obligaciones. O sea, son dos caras de la misma moneda. Si yo tengo el derecho al voto, yo tengo una obligación que es votar a conciencia y para eso tengo que tomarme, aunque sea unos minutos de mi vida, para ver qué es lo que está pasando en el país.
-Eso nos lleva a ver que uno de los problemas estructurales está en la educación que recibimos.
Sí, sí, sí, definitivamente es una pena ver la desigualdad que hemos permitido que haya en este país. Por ejemplo, Samborondón. Uno avanza 40 minutos más hacia adentro y uno encuentra una realidad completamente distinta. Entonces, cuando tenemos personas que viven realidades tan separadas y sin algo que realmente las una, que realmente las haga sentir como que somos parte de la misma comunidad, entonces tenemos hoy un problema gravísimo. En Ecuador realmente lo único que nos une es el fútbol. Es el único momento en que la gente, sin importar su clase, sin importar su educación, sin importar su raza, se siente que es parte de lo mismo. No se ha fomentado esta idea de una historia compartida... Son factores necesarios para crear una identidad colectiva nacional. Eso no lo tenemos y vamos poco a poco a empezar a sentir las consecuencias.
- Lo último que nos unió fue la guerra con Perú...
Sí, yo llegué al final. Obviamente las guerras son terribles, pero tienen ese plus, por así decirlo, de que unifican a la gente. Y yo pienso que hoy sí podríamos regresar a eso, porque sí estamos en guerra con el narcotráfico. Se necesita de políticos hábiles que le hagan ver al pueblo que en este momento la soberanía de nuestro país está en peligro.