Los desafíos de AlexandraVela en el Ministerio de Gobierno
El Ministerio de Gobierno concentra dos vertientes disímiles: la política y la seguridad pública. “Eso es lo que existe al momento y hay que trabajar en ello”, explica Alexandra Vela, figura de primer nivel durante más de tres décadas en la política nacional y que en los últimos años se dedicó a la cátedra universitaria. Sin embargo, ha decidido volver a la arena porque “es una situación de crisis tan grave, que es indispensable que todos apoyemos al Gobierno Nacional en temas vitales para el país porque de eso depende nuestro futuro”.
“Los viejos soldados nunca mueren, tan solo desaparecen en el firmamento”, (McArthur). Igual que los viejos soldados, para los políticos con estirpe “no existe la retirada”, como sostenía el presidente ecuatoriano de las grandes sentencias verbales Carlos Julio Arosemena Monroy.
Alexandra Vela Puga, la flamante ministra de Gobierno es una política de estirpe, que desde 1979 en que Ecuador regresó a la democracia ocupó cargos importantes de elección popular como legisladora y asambleísta constituyente y de designación como secretaria de la Administración.
En la última década se dedicó a la cátedra universitaria pero ha decidido volver a la política activa porque “existe una situación tan grave, tantas crisis juntas, que creo que es indispensable que todos apoyemos al gobierno en los temas que son vitales para el interés del Ecuador, porque de eso depende nuestro futuro”.
Y el bautizo en la tarea ha sido a sangre y fuego. Le estalló una revuelta carcelaria que dejó 22 muertos y la sensación ciudadana de que la violencia es ubicua, y la Asamblea aprobó una resolución contra el regreso del Ecuador al CIADI, donde se resuelven las controversias entre inversionistas, condición vital para que se produzca el shock de inversión que espera el presidente Lasso para reactivar la economía.
Son los gajes de quien debe concentrar en sus manos dos áreas disímiles: la seguridad y la política.
“El Ministerio de la Política es uno y el de la Seguridad es otro, pero en este momento este Ministerio tiene ambos y debe manejarse en esta forma. En los escasos días he visto que hay una profesionalización muy grande en la Policía, con planes y programas en el área de la seguridad definidos. Sin embargo, el tema de la seguridad nacional y pública es muy complejo y su incidencia afecta la vida de todos los ecuatorianos. Es un tema que necesita de una respuesta de carácter integral”.
Asegura que la penetración del crimen organizado es enorme, pero que además la violencia se ha vuelto generalizada. “Existe no solo en el espacio público sino en el espacio privado. Con la pandemia hemos encontrado un incremento muy grande en los niveles de violencia familiar, en los ataques contra la integridad física, psicológica, en el femicidio. Cuando hay una violencia generalizada que atraviesa transversalmente la sociedad, no podemos tomar la punta de la servilleta y pensar en que con limpiar la mancha, se ha solucionado el problema del resto. Cuando la violencia es tan generalizada significa que hay un cambio cultural, donde hemos normalizado y aceptado este tipo de comportamiento. Esto no es normal y debemos hacer un inmenso esfuerzo todos y desde todos los ámbitos para modificar esta conducta”.
Sin embargo, considera una exageración pensar en que Ecuador se ha convertido en un narco Estado. “Lo más importante es que no lleguemos a eso. Es un riesgo que no debemos correr. Hay que presentar el problema de la violencia de manera global, encontrar sus causas y trabajar en las soluciones”.
Para los fuegos de la política, Vela tiene el panorama definido con mayor precisión. Ha convocado a todos los bloques que integran la Asamblea Nacional. “No se trata de un diálogo abierto donde todo el mundo viene a decir lo que le parece sin una línea de orientación. Ese ejercicio será con base a las líneas del programa del gobierno que fue votado en las urnas por la mayoría del pueblo ecuatoriano”.
En ese diálogo, según la Ministra, los temas principales serán: “La reforma política, la reactivación económica y una adecuada redistribución del ingreso para tener una sociedad más justa y equitativa”.
Entre los temas de esas pláticas no estará la resolución adoptada por la Asamblea en contra de que el país vuelva al CIADI. “La Corte Constitucional ha determinado que este convenio no es uno de aquellos sobre los cuales la Asamblea deba pronunciarse. De manera que la resolución carece de efecto jurídico. Lo que tiene es un efecto político que demuestra a los inversionistas del exterior, que dentro de la Asamblea existe un grupo de asambleístas que difieren de la decisión y que pertenecen a los partidos populistas o de tendencia de izquierda”.
En cambio, la ministra Vela busca encontrar puntos de acuerdo que “permitan avanzar en temas fundamentales que deben ser resueltos en un plano de realidad. No podemos llegar a acuerdos ideales, hay que enfrentar una realidad. Existe una crisis y hay que encontrar un camino para salir de ella”. Es un desafío inmenso debido a la polarización ideológica que tiene el país, pero tanto políticos como estudiantes coinciden que Alexandra Vela es una mujer con una gran capacidad para llegar a consensos.
“El Ministerio conversará con todos los bloques. Es complejo por la realidad actual y por las diferencias idelógicas que existen. Hay desconfianza mutua en algunos casos, desconfianza que es necesario dejar de lado y construir una relación entre gobierno y oposición. Para alguien como yo, que viene de las filas demócratas cristianas, la oposición es una institución muy importante para la democracia, que fue reconocida en la Constitución de 1998. Sin embargo, esa oposición tiene reglas en un régimen democrático y es necesario que entendamos esa pedagogía para movernos dentro de ese espacio”.
Y uno de los requisitos de esa pedagogía “es no llegar con posiciones, porque si se llega con una posición y no se mueve, el diálogo no existe. Necesitamos que haya actitud de buena fe, respeto mutuo y la disposición y voluntad política para llegar a los acuerdos necesarios para que al país le vaya bien, porque en el país estamos todos: el Ejecutivo, los partidos que están apoyando al Gobierno y los partidos de oposición. La línea roja en ese diálogo es el interés del Ecuador y sus ciudadanos y alrededor de eso podemos entendernos. Es indispensable que nos entendamos”.
Ella refleja esa actitud de respeto y buena fe que quiere en sus conceptos para encarar la reforma política. Habiendo sido constituyente de la Asamblea de 1998, encuentra aspectos positivos en la Constitución de Montecristi.
“Hay partes completas y hasta textos de la Constitución de 1998 en ella. No obstante, en la Constitución de Montecristi existe una base importante sobre las garantías. No solo es garantista sino que establece los mecanismos para que se pueda llegar a que sean efectivos”.
Su principal defecto está en que el diseño es altamente concentrador de poder. “Es hiperpresidencialista y algunas instituciones que se plasmaron en esa Constitución son altamente negativas para el manejo del Estado”. Cita el ejemplo del Consejo de Participación Ciudadana entrampado por las atribuciones que sele concedió.
“No está en condiciones de encontrar salidas a las crisis que se han producido como en el caso de la Contraloría. Es un diseño que no puede persistir”. Es necesario arreglar la relación entre la parte dogmática y la parte orgánica de la Constitución para que exista armonía. “Hay que encontrar los mecanismos para que fluya. Alrededor de esos temas habrá que plantear una reforma”.
Para avanzar en la seguridad y el diálogo, Vela necesitará ser un relojero suizo, minucioso en los detalles, algo difícil de aplicar en un ambiente donde la dimensión de los problemas exige soluciones rápidas sin ir a la raíz de los asuntos. Para ese desafío cuenta con armas poderosas: convicción profunda, talento, preparación y experiencia en lograr acuerdos.
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