La gran debilidad del Gobierno de Guillermo Lasso: estrategia política
El presidente Guillermo Lasso posesionó a cuatro ministros, tras el duro embate que significaron los 18 días del paro nacional, dejando pérdidas por más de mil millones de dólares. Los cambios se realizaron en Economía y Finanzas, Educación Superior, Vivienda, y Transporte y Obras Públicas.
Pero los cuatro ministros no son tan nuevos. De hecho, ya habían ejercido otras funciones dentro del Gobierno. Pablo Arosemena Marriott pasó de la Gobernación del Guayas al Ministerio de Economía. Darío Herrera fue designado como nuevo ministro de Transporte y Obras Públicas, tras ejercer como ministro del Miduvi.
María Gabriela Aguilera ascendió al puesto de ministra, luego de ser la segunda al mando del Miduvi. En cambio, Andrea Montalvo fue nombrada secretaria de Educación Superior. Antes se desempeñó como subsecretaría general de dicha institución.
¿Estos movimientos son suficientes? Patricia Estupiñán, directora editorial de Revista Vistazo, afirmó en entrevista con Ecuavisa, que los cambios no resuelven una de las mayores deficiencias de la actual administración: la estrategia política.
“El reciclaje oxigena en una parte, en que a lo mejor Pablo Arosemana, que es un excelente comunicador, pueda vender mejor las decisiones en el reparto de esa escasa torta que es el presupuesto estatal”, señala la analista.
Sin embargo, en la ceremonia de posesión, Guillermo Lasso aclaró que estos movimientos obedecen al cumplimiento de etapas y no a la coyuntura. Para Estupiñán, el problema es el momento en el que suceden, justo después de la paralización.
“Lo que ha acontecido es producto de una falta de estrategia política de parte del Gobierno. Una estrategia no clara, ambigua y que va, sube, baja y cambia”.
Agrega que esta deficiencia se evidenció desde el inició del mandato, cuando intentó un acuerdo con el correísmo, sabiendo que alrededor del 30% de las personas que lo respaldaron no querían el regreso de la Revolución Ciudadana. Luego buscó una alianza con Pachakutik y el BAN, pero no la cuidó y operaron en su contra.
Estupiñán también cuestiona por qué no hubo asesores que resuelvan los reclamos indígenas antes de las movilizaciones, sobre todo la focalización de los subsidios.
“Cuando empezó el paro, como no tuvo estrategas para desactivarlo antes de que estallara, ya durante la paralización, tuvo un zigzag terrible. Primero los militares se toman la casa de la cultura para cortarles la posibilidad a los indígenas de tener un sitio de estadía, luego ingenuamente lo ceden y ahí se consolida el paro, se vuelve más violento”.
En las negociaciones, en cambio, Guillermo Lasso dijo que no negociaría con Leonidas Iza y al poco tiempo el ministro de Gobierno acudió a la mesa de diálogo.
“Eso es no tener estrategia política”, dice la analista, quien recalca que la estrategia no requiere tener un ‘hombre del maletín’, sino “inteligencia para saber por dónde van los tiros y cómo esquivar las balas”.
Para Estupiñán el problema es que Guillermo Lasso no cuenta con asesores que le adviertan las cuestiones políticas.
“Lo bueno es que no hay escándalos de corrupción. Eso es perfecto, por eso votamos. Pero tampoco hay ejecución y él sigue encasillado. Me parece que en su equipo cercano no tiene alguien que le diga, por ahí no van las cosas”.
En los últimos meses, los ministerios han tenido varios cambios de autoridades. Algunos renunciaron y otros fueron despedidos. Entre marzo y abril, al menos cinco ministros salieron de sus puestos, una parte afirmó que no estaban de acuerdo con la nueva visión del Gobierno.