Defensa de Jorge Glas teme por la vida de su cliente: estaría en peligro su integridad física y psíquica

Glas, de 52 años de edad, ingresó en prisión a finales de 2017 y sólo gozó de 40 días de libertad por el hábeas corpus.
EFE y Redacción Vistazo
Glas regresó a prisión tras revocársele un recurso de hábeas corpus.

A pesar de que Jorge Glas permanece en la Cárcel 4 de Quito, donde no hay integrantes de bandas criminales, la defensa del exvicepresidente expresó este lunes su temor por la vida de su cliente ante el auge de la violencia en el sistema carcelario del país.

El equipo de abogados que forman la defensa jurídica internacional de Glas agregó en un comunicado difundido en Quito que la situación carcelaria y otros factores podrían poner en peligro la integridad física, psíquica y la dignidad del sentenciado.

El pasado viernes, Glas se entregó a la Policía y volvió a prisión. Inicialmente, iba a ser trasladado a la cárcel de Latacunga, pero después el servicio nacional penitenciario (SNAI) informó que sería reubicado por razones de seguridad en la Cárcel 4, de Quito.

Esto luego que la Corte de Justicia de la Provincia de Santa Elena revocara un recurso de hábeas corpus emitido por un juez de la misma jurisdicción que le permitió salir en libertad en abril pasado.

Glas, en prisión desde 2017, cumple dos condenas por casos de corrupción, de seis y ocho años, aunque su defensa sostiene que las autoridades judiciales han dilatado su derecho a recuperar la libertad tras cumplir ciertos requisitos que, según sus abogados, le permitirían acceder a esa garantía.

Además, consideran que es víctima de una persecución judicial "lawfare" dirigida por grupos de poder críticos a la gestión de Gobierno del expresidente Rafael Correa, que reside en Bélgica y que también ha sido condenado en Ecuador por casos de corrupción que niega.

"En función de todos esos hechos manifestamos que el lawfare pone en gran peligro el respeto a la dignidad, integridad física y psíquica de Jorge Glas", afirmó el equipo de abogados.

Según los letrados, "Glas paga la factura de la presión mediática y política en el marco del hábeas corpus y vuelve a la cárcel sin que se examine la realidad del peligro por su vida e integridad".

Glas, de 52 años de edad, ingresó en prisión a finales de 2017 y sólo gozó de 40 días de libertad por el hábeas corpus.

Ese recurso le fue concedido tras aceptar el alegato de la defensa sobre el delicado estado de salud de Glas, el cumplimiento de los periodos y condiciones de reclusión, y la situación de violencia dentro de las cárceles de Ecuador.

Las condenas judiciales contra Glas se enmarcan dentro de los sobornos pagados por empresas, entre ellas la constructora brasileña Odebrecht, para financiar irregularmente al entonces movimiento oficialista Alianza País.