Encuentro clave entre Joe Biden y Xi Jinping en Perú en la cumbre Asia-Pacífico; marcado por el regreso de la era Trump
Los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de China, Xi Jinping, llegaron a Lima este jueves para el que puede ser su último cara a cara, al margen de una cumbre Asia-Pacífico marcada por incertidumbres sobre el comercio global.
El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) representa a más de la mitad del comercio mundial y reúne a jefes de Estado y Gobierno de países con intereses tan dispares como los de EE.UU., China, Australia, Japón, Vietnam, Indonesia o Chile.
Xi arribó horas antes que Biden para inaugurar virtualmente el megapuerto de Chancay, una multimillonaria obra que financió china a 80 km al norte de Lima y que promete revolucionar el comercio entre China y Sudámerica.
La cita se extenderá hasta el sábado, cuando Biden y Xi se reunirán al cierre del Foro, en medio de una creciente tensión por la escalada de la guerra comercial entre las dos superpotencias, intensificada por el regreso de Donald Trump y sus llamados al proteccionismo comercial.
Creado en 1989, el foro APEC promueve el comercio sin barreras, un enfoque opuesto a la promesa de campaña de Trump de imponer un arancel de hasta el 60% a las exportaciones de China.
Trump, que arrasó en las elecciones del 5 de noviembre, amenaza con elevar los aranceles a todas las exportaciones hacia Estados Unidos, pero con más rigor las de China y su vecino México, lo que presagia nuevas guerras comerciales.
Xi marcó la jornada previa a la cumbre APEC con la inauguración del megapuerto de Chancay. Junto a su homóloga Dina Boluarte siguió a través de una pantalla gigante la entrada en operaciones de la primera fase de la terminal marítima.
"Debemos trabajar juntos para construir, gestionar y operar bien el puerto de Chancay (...) haciendo contribuciones importantes para promover la conectividad entre la región de Sudamérica y China", destacó el líder chino.
La obra, en la que Pekín invertirá en total 3.500 millones de dólares, acortará en diez días el transporte marítimo entre China y Perú, según Xi, quien lo definió como el "primer puerto inteligente y verde de Sudamérica".
Al tiempo que el presidente chino inauguraba la obra, el enviado especial de la Casa Blanca para América Latina, Brian Nichols, llamó a los países latinoamericanos a garantizar que la inversión del gigante asiático respete "las leyes locales" y proteja "los derechos humanos y el medio ambiente".
Estados Unidos enfrenta una creciente competencia económica de China en América Latina, donde tuvo una influencia hegemónica durante dos siglos.
Washington suele criticar la deuda que contraen los países alrededor del mundo en los proyectos concesionados a China.