Íñigo Errejón: quién es el diputado español acusado de violencia machista
Íñigo Errejón, quien hasta hace poco ocupaba el rol de portavoz de Sumar en el Congreso español, renunció a su cargo tras ser acusado de violencia de género por varias mujeres.
Errejón ha estado profundamente ligado al ámbito político desde sus primeros años. Según reseña el portal El Confidencial, sus padres le transmitieron ideales progresistas enfocados en la justicia social. Su padre, José Antonio Errejón, trabajó como funcionario en la Administración General del Estado español y fue parte del Partido del Trabajo de España, mientras que María Ángeles Galván, su madre, ha sido una activista feminista.
El exdiputado estudió en los colegios públicos Infanta Elena y Camilo José Cela y se licenció en Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid en 2006.
Según un informe de Infobae, Errejón realizó varias investigaciones durante su doctorado en instituciones como la Universidad de California, la Universidad de Bolonia, la Universidad Central de Venezuela y el Instituto de Altos Estudios Nacionales de Ecuador. Su doctorado se extendió por tres años, desde 2006 hasta 2009.
Durante sus años universitarios, se vinculó con movimientos de izquierda asociados al anticapitalismo y la desobediencia civil.
En este periodo, conoció al exdiputado socialista Pablo Iglesias, con quien participó en manifestaciones contra el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, el G8, y también en protestas contra la guerra de Irak y los atentados del 11-M.
Miedo a no ser creídas, temor al agresor, vergüenza, cuestionamiento, restar importancia a la agresión, no querer pasar por un procedimiento judicial revictimizante e incluso la culpa son los motivos que llevan a las víctimas de violencia sexual a no denunciar los hechos.
La psicoterapeuta especializada en trauma Chelo Álvarez, secretaria de la Asociación de Psicología y Psicoterapia Feminista, explicó a EFE que las víctimas tienen "mucho miedo a que no las crean, a un procedimiento judicial que en muchas ocasiones es largo y revictimizante"; que sienten culpa y vergüenza y se ven en riesgo de ser señaladas y cuestionadas por romper el silencio.
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La magistrada y exdelegada del Gobierno contra la Violencia de Género Victoria Rosell incidió en que las instituciones deben pensar en ese miedo de las víctimas –al agresor, a las consecuencias de la denuncia–, "que tiene mucho que ver con no confiar en que te vayan a proteger".
Rosell recomendó a las víctimas que guarden todas las pruebas y que vayan a un centro sanitario tras una agresión para que puedan preservar pruebas biológicas por si en el futuro quieren interponer denuncia.
Las expertas precisaron que cuando el agresor sexual es un hombre poderoso, las víctimas lo tienen más difícil para dar el paso.
Álvarez señaló que cuando los agresores tienen poder y relevancia pública (futbolistas, cineastas, políticos), la víctima sabe que va a entrar en un proceso de señalamiento, objeto de persecución de los medios de comunicación y juicio público.
La psicoterapeuta incidió en que hay que respetar siempre las decisiones y los tiempos de las víctimas, tanto si quieren contarlo o denunciarlo como si no, y subrayó la importancia de que existan servicios especializados a los que acudir.
#ATENCIÓN | En Ecuador una de cada tres estudiantes universitarias ha sido víctima de algún tipo de violencia. Este es el caso de Eliana, quien denuncia a su exprofesor de Derechos Humanos en #Cuenca. ▶️ https://t.co/UPHbCJtZC9 pic.twitter.com/NK5AqQuZ5X
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