Justicia enferma

Editorial

El Consejo de la Judicatura destituyó a un juez que debía juzgar el caso de dos de sus vocales por tráfico de influencias y lo hizo entre gallos y medianoche, haciendo pasar dos votos como mayoría de los cinco votos que deben darse. Y uno de los magistrados que votó, según la grabación hecha pública, se encontraba en estado etílico, pues no podía articular con claridad su voto. Sin embargo, lo más grave fue que su presidente Wilman Terán justificó la decisión argumentando que hubo mayoría pues de tres vocales votaron, dos. Terán distorsionó la realidad, primando sus creencias personales y emociones frente a los datos objetivos.

Esta escena lamentable confirma que la justiciadel país está al borde de la metástasis, pues los encargados de vigilar que los miembros de dicha funciónoperen de acuerdo a las normas, son los primeros enromperlas, y no solo eso, sino que amparan a quieneslas han violado. En consecuencia, la sociedad se enfrenta al crimen sin garantía de que los derechos individuales serán protegidos y de que no habrá impunidad para los que delinquen.

Para recuperar la institucionalidad judicial, es imperativo la renuncia de los miembros del Consejo de la Judicatura, que han perdido la confianza de la sociedad y de su misma institución, comenzando por el propio Pleno de los jueces de la Corte Nacional. Los seres humanos hacen a las instituciones y las instituciones a la sociedad; gente deshonesta y mentirosa no puede dirigir instituciones que rigen sociedades. Ecuador se merece una mejor justicia.