Engorroso concurso

Editorial

El Consejo de Participación Ciudadana eligió como defensor del Pueblo a Ricardo Morales Vela, luego de un concurso plagado de irregularidades y sospechas. La Comisión Ciudadana encargada de seleccionar a los finalistas escogió a varios que estaban inmersos en procesos judiciales graves. Además, al final hubo un impasse interno entre el Consejo y la Comisión, que puso como ganador a alguien que había sido eliminado por el Cpccs.

¿Por qué ha resultado tan engorroso este concurso y qué intereses hubo detrás? Según la Comisión Anticorrupción del Guayas, la selección interesaba porque es una vía para influir en el control de la justicia. En el entramado creado en Montecristi, la Defensoría del Pueblo tiene representación en el Consejo de la Judicatura. Por ende, la posibilidad de mover los hilos para que los procesados y condenados en los mayores casos recientes de corrupción, insistan en la revisión de sus sentencias y logren impunidad.

Ricardo Morales Vela se ha definido como un funcionario técnico, que ha ocupado cargos en los gobiernos de Rafael Correa y de Guillermo Lasso. Sin embargo, por la desconfianza en el concurso, será examinado con mayor rigor ciudadano para que cumpla con las obligaciones de un Defensor Público. Para ello deberá actuar con independencia política, exhibir sabiduría legal, apego a la ética y empatía, además de gran capacidad de organización y trabajo.

No obstante, con su designación ha quedado en evidencia, lo absurdo que resultó la creación del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, institución que no tiene razón de existir.