Cuidado con el síndrome por estrés electoral
¿Sabías que existe el Síndrome por Estrés Post Electoral? Este se manifiesta con sensaciones de desánimo, desesperanza por el futuro, rabia, negación, depresión, euforia y aparece luego de la culminación de un proceso electoral, cuando se han anunciado resultados.
El concepto fue acuñado luego de la derrota de John Kerry ante George W. Bush en el 2004 en Estados Unidos. Después de las elecciones, los diagnósticos de ansiedad o depresión aumentaron en un 10%.
Al inicio de un proceso electoral, los candidatos se dan a conocer, presentan sus propuestas, se acercan a la población y participan en debates con el fin de sumar adeptos y seguidores. Con todas estas acciones, se genera en los ciudadanos una especie de ilusión de cercanía emocional hacia ellos, lo que puede derivar en altas expectativas hacia sus candidatos preferidos.
Con la culminación de las campañas y el proceso electoral, es posible que el candidato deseado no llegue a proclamarse ganador. Para los seguidores de ese candidato, esta derrota, puede implicar el desarrollo de una “depresión post electoral”.
Lo que viene luego es una serie de manifestaciones psico-orgánicas que se manifiestan como algo muy parecido a un cuadro de ansiedad. Entre sus síntomas principales se encuentran: aislamiento, ira, irritabilidad, desinterés, amargura, inapetencia, insomnio, pesadillas y preocupaciones excesivas acerca del futuro del país y del propio.
Hay que tener en cuenta que, pesar de que este síndrome no se considere como un diagnóstico psicológico, se ha podido comprobar que luego de una derrota electoral del candidato preferido, una persona puede sentirse invadida de desánimo ante la vida, falta de confianza en los gobernantes y su desempeño, cierta indignación o rabia con los que celebran el triunfo y también una marcada apatía.
Esta condición temporal pasará por las mismas fases del duelo que consisten en: Negación, Ira, Depresión, Negociación, Aceptación, Resignificación y Esperanza y cuya prevalencia dependerá de ciertos factores como la personalidad ansiosa o depresiva que lo podría alargar incluyéndole síntomas orgánicos como taquicardias, colon irritado, presión torácica, alergias.
También incidirán algunos aspectos como las expectativas sobre la obtención de un trabajo u oportunidad de desarrollo, así como si haya existido un patrocino o aportación tanto financiera, como de tiempo entregado.
Por otro lado, la actitud positiva, que es un arma muy poderosa para lograr transitar de forma dinámica estos procesos, podrá amortiguar la afectación, siempre que además se pongan en práctica estas recomendaciones:
Retomar las actividades normales de la vida: el trabajo, iniciar una acción en la que se pueda desarrollar habilidades o talentos o así mismo retomar rutinas que hayan sido trastocadas por la campaña o proceso electoral.
Reducir o dejar de consumir por período de horas, redes sociales o noticias. Es normal que, durante las primeras horas o días, las noticias sean el acompañante fiel y todas las conversaciones giran en torno a este mismo tema. Pero cuando estas van incitando a la desunión o agresividad, será mejor sustituirlas por actividades como el deporte o la lectura que logren generar mejores y satisfactorias sensaciones.
Finalmente está prohibido pelearse con familia, amigos, compañeros de trabajo o vecinos, a causa de temas políticos o electores. La historia nos hace notar que las figuras políticas terminan llegando a acuerdos o incluso a ser amigos, por lo tanto, no es recomendable dañar relaciones que son fundamentales para nuestro desarrollo social y salud mental.
Recordemos que el Ecuador nos necesita a todos y nos necesita todos los días, nos necesita en unidad, trabajando con un enfoque positivo, y aportándole el bien preciado de la paz, que siempre nacerá primero en nosotros mismos.