Las nutrias van a volver
Estaba en la carretera que va para Putumayo, bajé de un bus y caminé doscientos metros hasta donde me esperaba Guillermo con su canoa. Embarcamos y navegamos veinticinco minutos por el río Aguarico, el tiempo necesario para descubrir que las nutrias ya no pasan por ahí y que tampoco hay peligro de que algún reptil me sorprenda. Se fueron. Esas aguas ya no son hogar y se convirtieron en canales de conducción de metales pesados.
Con experiencia (él) y desatino (yo) atamos la canoa a una piedra y comenzamos el ascenso de una pequeña colina que nos llevó hasta una casa en medio de la selva. La construcción no era prolija pero su diseño era notoriamente planeado en acople con la naturaleza, como pidiéndole espacio y permiso. Sentado en una roca estaba Aurelio, dueño de la casa, abuelo de Guillermo y uno de los últimos hacedores de lanzas del pueblo Cofán. Mientras lo veía elaborar minuciosamente cada lanza me di cuenta que no hablaba español sino a´ingae, lengua cofán. Guillermo nos hizo de traductor y así pude conocer que ahora no cazan, porque no hay animales, y construye lanzas para venderlas a cinco dólares a los turistas que Guillermo conoce e invita a su comunidad.
Era la invitada especial de una comunidad Cofán que con orgullo me mostraba las tradiciones que aún conservan, me contaban sus sueños y me enseñaban felices el sistema de agua limpia que tienen gracias a Trudy Styler, la esposa de Sting, el líder de la banda The Police. Trudy, a través de su fundación, ha logrado que varias familias de la Amazonía ecuatoriana tengan agua limpia y consumible. Pero no había sido invitada para hacer turismo. Estaba allí porque Guillermo quería hablarme de esperanza y espíritus invisibles.
Cuando uno conoce la Amazonía lo primero que descubre, después del calor y la humedad, es que la selva está atravesada por tuberías y llena de nuevos habitantes vestidos con uniformes de tela jean. Van con sus camionetas por todas las carreteras y tienen cuentas de consumo en los pocos restaurantes de la zona. Te das cuenta también que los indígenas de la zona han aprendido perfectamente la pronunciación de una palabra: convenio. Y es que eso es lo que suscriben las comunidades con las empresas que se dedican a la explotación de recursos. Estos convenios establecen los derechos, obligaciones y tipo de relaciones que existirán entre las poblaciones y la empresa; y, constituyen la principal prueba documental de las grandes compañías para sostener su discurso de integración, consenso, participación y conocimiento con los nativos.
La comunidad de Guillermo se resiste a formar parte de este nuevo modelo de supervivencia, al que muchas poblaciones han debido someterse ante la falta de animales para cazar y la contaminación de sus tierras y aguas, es la única opción que encuentran para subsistir. Guillermo me dice que ellos, aunque saben que les va a costar un poco más, no quieren formar parte de esta matanza de la naturaleza. Conoce de otras comunidades que han desarrollado proyectos alejados del petróleo y la minería y que han logrado sobrevivir. Eso mismo quiere para los suyos.
Mientras me cuenta su plan de desarrollo comunitario me dice que sueña con que los espíritus invisibles de la selva vuelvan. Que antes los sentían, hasta cuando él era pequeño, pero que luego –cuando el agua se volvió negra- decidieron irse. Los espíritus invisibles son los espíritus de cada árbol, animal y cosecha que tenían. A ellos se refiere cuando me habla de que la naturaleza está viva y que con la tierra tienen una conexión íntima.
Cuando la lluvia empezó estábamos bajando uvas y guabas de los árboles. Tomamos unas cuantas y nos sentamos a ver el terreno en donde quiere construir cabañas y brindar hospedaje. Planea tener listas tres en unos meses y visitar a otra comunidad que ya ha tenido éxito con este modelo de desarrollo y aprender de ellos. Está convencido de que las nutrias van a volver.
El nuevo Ministro de Turismo, Niels Olsen, tiene un compromiso confeso con el desarrollo del turismo rural y comunitario; así como el Ministro de Ambiente y Agua, Gustavo Manrique, lo tiene con el cuidado ambiental y el crecimiento sostenible. Si este dúo trabaja en conjunto, estoy segura que las nutrias van a volver.