Los retos de Daniel Noboa en la política exterior
El Ecuador pasará página de lo que todos esperamos sea el final de esta nueva época turbulenta en nuestra historia nacional, llega con el cambio de mando. Acortar de manera abrupta un periodo presidencial será siempre una medida extrema, pero lograr que esta transición se haya dado en el marco de la norma constitucional y no a través de la violencia en las calles constituye en sí mismo un avance para el país.
Un nuevo Gobierno representa siempre una esperanza de cambio para bien. El presidente entrante goza de buena popularidad fruto, en gran medida, de este deseo de todos de empezar a sobrellevar nuestros problemas como país. La historia eso sí, es muy clara en señalar que este noviazgo del pueblo con su nuevo mandante dura poco si no se empiezan a evidenciar estos cambios, algo que le será un reto en sí mismo a Daniel Noboa si tenemos en cuenta dos claras variables: el tiempo del mandato (solo 18 meses) y nuevamente una Asamblea opositora en donde muchos le apuestan al fracaso del Gobierno para satisfacer su agenda partidista de cara a las elecciones de 2025.
Por esto, el nuevo primer mandatario debe tener muy claro que sus condiciones de gobernabilidad son muy parecidas a las del presidente saliente. Anhelo tenga claro además, que mientras busque esta forma de lograr consensos con el Legislativo opositor a la interna, la manera de obtener resultados palpables se dará si logra enfocar gran parte de su razón de estado en un Gobierno hacia fuera, en donde el servicio exterior y su Canciller jueguen un rol predominante. El Ecuador debe aprovechar las coyunturas inmersas en los múltiples conflictos internacionales para presentarse como un socio serio, estable y a largo plazo si queremos que llegue la tan anhelada inversión extranjera directa.
Muy puntualmente, presentarnos ante el mundo como un país abierto al comercio internacional y a la suscripción de acuerdos internacionales, que busquen por una parte afianzar alianzas con socios estratégicos que nos ayuden a potencializar nuestra industria nacional en los sectores no renovables, petróleo, gas, minería, a la vez que busque la apertura del camino para nuestras exportaciones y ojalá no solo de bienes primarios agrícolas como el camarón, banano o flores. Buscar en concreto el dejar sentados los cimientos de esta tan retrasada y anhelada sustitución de importaciones por bienes con valor agregado.
Para lograrlo, debe rodearse de los mejores perfiles en lo técnico. Presidente, saludo el que gran parte de sus nombramientos sea gente joven, muy bien preparada y con una clara cuota de paridad de género. Su éxito será el de todos, por esto le presento esta columna que busca dejar en evidencia las prioridades, que su razón de Estado dentro de su flamante nuevo Gobierno debe tener.