Gustavo Petro y el futuro de Colombia
Sin importar quién hubiera sido el nuevo inquilino de la casa de Nariño, Colombia hoy iba amanecer polarizada. Pero ahora que ha ganado por primera vez en toda su historia la extrema izquierda, el país amanece además, expectante y con una dosis elevada de desasosiego, fruto propio del temor a lo desconocido y a la historia que persigue al hoy presidente de esta hermana nación, un economista exalcalde de la capital que también fue exguerrillero de la milicia armada del M-19.
¿Se viene el Castro-Chavismo? ¿Ingresa al país cafetero por la alfombra roja los tentáculos del socialismo del siglo XXI? Todo esto está por verse y para ello hay que estar atentos al ABC del manual:
1. Decapitar a las altas cúpulas de las Fuerzas Armadas.
2. Enemistarse y acallar a la prensa libre e independiente.
3. Implementar una política clientelista a base de subsidios directos para mantener alineadas a sus bases más militantes.
El hecho cierto es que hoy el Ecuador se convierte en la isla de centro derecha en todo el callejón interandino, expectante al último resultado de lo que ocurra en Brasil, en donde si se cumplen las previsiones, Lula volverá a ser presidente.
En Chile, Boric ha visto un desplome en su tasa de aprobación, algo que le puede fácilmente suceder a Petro y convertirse en presa también de sus propias promesas de cambios radicales hechas en campaña. Las Fuerzas Armadas finalmente tendrán (lamentablemente) un rol protagónico y demostrar estar a la altura de la historia, siendo fieles garantes de la imposición del estado de derecho en este país.
En todo caso, el pueblo soberano ha hablado, celebro y me alegra ver cómo el balotaje se lo vivió en paz. Aplaudo además, el que habrá una transición pacífica de poder, un hecho no menor para una democracia que se adentra en lo desconocido. Felicito al nuevo presidente electo, al tiempo de transmitirle mis propios miedos y temores, reconociéndole que el solo hecho de constatar que un prófugo de nuestra justicia es su asesor de comunicación, ya habla muy mal de usted.
Por el bien de este país hermano y de toda la estabilidad en la región, recordemos que tenemos muchos temas extremadamente sensibles que tratar, como migración, seguridad, lucha anti drogas y cooperación internacional como motor de un desarrollo por solo poner unos ejemplos, le deseamos de corazón lo mejor. Colombia votó por un cambio radical y lo acaba de obtener, el peso de la historia está ahora en sus hombros.