200 años después: lecciones y retos de una Independencia
“La historia no es la que es, es la que te cuentan” sostiene el novelista Mikel Herrán, por esto para muchos nuestro comienzo cultural es ya cuestionado y depende del prisma con el que lo queramos relatar. ¿América fue descubierta? o fuimos sin más conquistados y una vez obtenida nuestra anhelada independencia, con el nacer del nuevo país y su consiguiente flamante contrato social: ¿nacimos desde el inicio todos con la concepción de igualdad ante una misma ley? O como míticamente lo sostuvo Orwell, también en esta granja unos siempre fueron más iguales que otros.
Hoy es y debe ser un día muy especial para todos los ecuatorianos. Celebramos el hito de llegar a 200 años de vida republicana y democrática, algo no menor dentro de un pequeño país que ha luchado -y lo sigue haciendo- para sobrellevar todas las adversidades con las que ha tenido que lidiar, en donde dos siglos después, todavía todo está por hacer.
A pesar de ello, Ecuador es un maravilloso y mágico lugar en la mitad del mundo, que sigue siendo bendecido con bastos recursos naturales y en donde pese a todos los tropiezos, su mayor riqueza sigue siendo su gente.
La verdad es que no nacimos iguales ante la ley, tuvimos que luchar por obtener nuestra independencia y al tenerla, esta nació con muchos de los pecados culturales originarios que nos fueron impuestos. Pero lejos de permanecer inertes, se siguió luchando y lo que presenciamos fue el nacimiento de nuevas conquistas sociales, todas con el anhelo de obtener igualdad de derechos y sin más para ser considerados como iguales, hombres y mujeres, negros, indios, cholos, mestizos y extranjeros, todos aún aprendiendo a convivir bajo un mismo manto territorial, en una lucha constante para que sea en paz y en igualdad de oportunidades.
Hoy el Ecuador es una nación con fronteras plenamente definidas, que ha logrado firmar la paz con sus vecinos y que vive en armonía plena dentro del concierto internacional, que sigue luchando con taras históricas como el racismo y la inequidad por falta de oportunidades, y ahora contra nuevos enemigos comunes como el narcotráfico y el crimen transnacional. Un país, repito, en donde está todo por hacer, lo digo como algo positivo, que debe seguir lidiando con los mismos retos, obstáculos y bifurcaciones de siempre como políticos corruptos y malos gobernantes que buscan exclusivamente satisfacer sus necesidades personales. Pero que en donde también están los honestos, los que quieren trabajar y luchan por demostrar que los buenos somos más, que así como luchamos en su momento por repeler a un colonizador, nos podemos hoy también juntar para hacerle frente a la inseguridad y a la falta de oportunidades.
Albert Einstein brillantemente lo dijo, no hay nada más permanentte que el cambio, 200 años después: ¿qué cambios buscamos para nuestro país, en donde vivimos y en donde esperamos que nuestros hijos quieran aún vivir? En honor a nuestro pasado histórico libertario y para construir ese país que desde siempre hemos anhelado, tenemos que aprender a involucrarnos en la toma de decisiones de nuestra sociedad y saber elegir bien a nuestros representantes. ¿En qué debemos aferrarnos para conseguirlo?, para mí empieza y termina con una palabra: educación.