La censura previa
Mientras abogados, burócratas y periodistas discutimos, la gente cada vez será más libre de hacer lo que quiera. Con la tecnología decidirá lo que quiere saber y lo que no le interesa.
¿Están los medios de comunicación obligados a cubrir todos los eventos que realicen los funcionarios y que estos consideren de interés público? Si un funcionario considera que su evento es de interés público y un medio no se lo registra, puede pedir una sanción o multa para ese medio?
Muchos creerán que las solas preguntas son absurdas. Pero en Ecuador la respuesta es SÍ, pueden hacerlo. Además lo dice la Ley.
Y lo acaba de dejar en claro la Superintendencia de Comunicación, o Supercom, al multar al diario La Hora por no haber cubierto el acto de rendición de cuentas del Alcalde de Loja, una capital de provincia ecuatoriana.
Hasta ahora ningún funcionario había considerado que si no le registraban su evento lo estaban censurando. Pero a este Alcalde se le ocurrió que sí y la Supercom le dio la razón.
Sin más detalles de la singular decisión, lo más grave es la puerta que quedó infinitamente abierta: cualquier funcionario, sin importar su rango, puede alegar interés público en sus actos y denunciar censura previa si un medio no se lo cubre. Y si no se lo cubre ninguno, puede hacer multar a todos los medios de comunicación de un país. Pero además, si le funcionó una vez, podrá seguirlo haciendo. ¿Qué le pasará a quien no cubra una rueda de prensa o una inauguración de este Alcalde? ¿O de cualquier otro alcalde o ministro o presidente del Ecuador? ¿Qué pasará si basándose en este fallo, todos los funcionarios demandan a todos los medios?
Con todo respeto y solo por sana lógica, es insólito que un funcionario pueda decidir lo que un medio debe o no debe cubrir y que pueda determinar lo que es de interés para el público y lo que no es. Los ciudadanos han confiado a los periodistas esa labor de seleccionar lo que puede ser interesante y tienen cómo castigarlos si creen que no cumplen bien esa función.
Pero al final lo que estamos es perdiendo el tiempo. Mientras abogados, burócratas y periodistas discutimos, la gente cada vez será más libre de hacer lo que quiera. Con la tecnología decidirá lo que quiere saber y lo que no le interesa. Ni siquiera verá televisión y menos aún, leerá periódicos.
Y ahí, en ese caso, ¿a quién va a demandar el Alcalde de Loja? ¿Y a quién van a sancionar si ya no hay medios?