Los beneficios de la chía
Nutricionista / cm_gallardo@msn.com
Una porción de semillas de chía, equivalente a dos cucharadas soperas contiene: 7 gramos de proteínas, 11 gramos de fibra (el 44 % del requerimiento de un adulto por día) y 189 mg de calcio, la misma cantidad que un vaso de leche.
La chía es una semilla milenaria poco o nada conocida en Ecuador hasta hace alrededor de una década pese a sus enormes beneficios nutricionales. Se cultiva en Ecuador, se la comercia localmente y se la exporta bajo estándares internacionales y satisfaciendo requerimientos específicos como cultivos orgánicos y clasificación kosher, entre otros. Actualmente es de fácil adquisición ya que puede encontrarse en supermercados y tiendas de alimentos. No hay justificación para dejar de probarla y hacer de su consumo un buen hábito alimentario.
Su nombre original es Salvia hispánica L, pertenece al grupo de las plantas herbáceas llamadas Lamiaceae. Es nativa del centro y sur de México, Perú y Guatemala; hoy también se produce en Argentina, Ecuador y Bolivia.
Esta semilla, hoy en día tan en boga, en la época precolombina, era uno de los alimentos básicos de los Aztecas y los Mayas, junto con el maíz, la semilla de amaranto y los frejoles. Los Mayas y Aztecas, utilizaban la chía en distintos preparados nutricionales y medicinales. La harina de chía, la utilizaban para hacer una bebida refrescante, a base de agua, azúcar, limón y chía, bebida que todavía hoy existe en México y se la conoce como “chía fresca”.
La semilla es de color negro, gris o negro con blanco, ligeramente ovalada y mide alrededor de uno o dos milímetros y tiene un sabor neutro. La chía es la fuente vegetal más rica en ácidos grasos Omega-3, ácido graso esencial para el organismo, ya que el cuerpo humano no lo sintetiza, y deben de ser incorporados a través de la dieta.
La porción de hidratos de carbono de la semilla está compuesta principalmente por fibra, es fuente de minerales como el calcio, hierro, magnesio y potasio. También es rica en proteínas, que contienen aminoácidos esenciales como la lisina.
Una porción de semillas de chía, equivalente a dos cucharadas soperas contiene: siete gramos de proteínas, 11 gramos de fibra (el 44 por ciento del requerimiento de un adulto por día) y 189 mg de calcio, la misma cantidad que un vaso de leche.
Entre sus beneficios están:
– Favorecen el aumento del colesterol HDL, conocido como el colesterol bueno.
– Actúa como protector cardiaco y hepático.
– Regula los niveles de azúcar en sangre.
– Favorece la digestión y el tránsito intestinal, gracias a su contenido de fibra.
– Favorece los procesos antiinflamatorios.
– No contiene gluten.
Las semillas se pueden consumir enteras o molidas. Se las consigue en las dos versiones, sin embargo, se la puede moler en casa con un mortero. Vale recordar, que las personas que tengan divertículos, no pueden consumir las semillas enteras, deben procesarlas, para no agravar el cuadro.
Existen distintas formas de incluir las semillas a la dieta diaria, aquí algunas recomendaciones:
– Colocar las semillas en un vaso de agua o jugo, remover y dejar 10-15 minutos, hasta que se forme una gelatina, esto se genera por la fibra soluble que contiene la semilla.
– Como agregado al yogur.
– Incorporadas en las ensaladas para darles un toque crocante.
– En batidos de fruta.
Hay que destacar que al igual que la chía, existen otras semillas como las de lino, ajonjolí, girasol, amapola y amaranto que aportan beneficios para la salud, ayudan a aumentar el colesterol HDL, (el colesterol bueno), promueven la motilidad intestinal, contienen antioxidantes y poseen acción antiinflamatoria. Cada una contiene ciertos minerales y vitaminas específicas por lo que es una buena idea alternar el consumo de todas estas semillas y no limitarlo a una sola.