Con cabeza dura, la salud no dura
“La calidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos”(Marco Aurelio), el problema es que muchos de nosotros seguimos aferrados a pensar de cierta manera que llega a ser tóxica y nos daña.
El ser humano en sí, debería ser simple, pero nos enredamos en una red de complejidad sin darnos cuenta de que somos creadores de hábitos. Los hábitos también se instauran en nuestro pensamiento. Nos habituamos a seguir creando la misma vida que queremos modificar. Esto es contradictorio y es real, nos quedamos estancados en una idea que nos carcome.
Muchas veces nos despertamos e inmediatamente pensamos en los problemas, esto nos lleva a un recuerdo, nos lleva a personas y a sentirnos como nos sentimos. Ni siquiera hemos empezado el día y ya estamos desganados. Estamos programados automáticamente y repetimos el ciclo permanentemente. Hasta alcanzar los 35 años nos hemos programado para ser como somos a través de nuestro pensamiento. Lo que separa a la mente consciente de la mente subconsciente es la mente analítica, por tanto, la meditación no es una práctica de moda, es una práctica ancestral para reprogramarnos.
En ocasiones, el ser humano cambia después de una tragedia real. Si somos afortunados y no la hemos vivido, ¿por qué esperar para cambiar? Muchos de nosotros hemos pasado por traumas, cuánto más fuerte es el episodio traumático, el cerebro se centra en ese recuerdo basado en una experiencia altamente emocional. Si permitimos que la reacción emocional (período refractario) dure horas o días, se convierte en “humor”, si la mantienes durante semanas o meses se llama “temperamento” y si mantenemos la misma reacción por años,se convierte en un rasgo de personalidad. Conocemos mucha gente amargada, seguramente no era así en su infancia o adolescencia, pero hubo un detonante que la cambió para siempre... Y no es justo.
Debemos saber que cuando sucede un evento traumático, el cerebro se pone alerta y segrega hormonas. De esta manera, la población pasa el 70 por ciento de su vida en modo alerta y el cuerpo se acostumbra a sentir temor. Las emociones envían al cuerpo un shot de energía y si las emociones son negativas, se segrega la misma química en el cerebro que hace actuar al cuerpo que es la mente inconsciente y no reconoce que estas emociones son debido a un evento pasado, asimilándolas como un evento actual, por tanto, nuestro sistema inmune baja, nos enfermamos, nos debilitamos, nos reducimos.
Lo más difícil del cambio es no actuar igual que actuaste ayer, salir de la zona de confort y es el paso inicial parar reprogramarnos.
Es complejo hablar de este tema cuando hay tantas necesidades y urgencias, pero la salud mental también es prioridad. Mens sana in corpore sano, mente sana en cuerpo sano, frase acuñada por el poeta romano Décimo Junio Juvenal, que hoy por hoy cabe modificarla a Corpore sano in mens sana, cuerpo sano en mente sana.
Tienes el poder de dominar lo que piensas, tienes la capacidad de escoger a lo que pones atención, tienes la responsabilidad contigo mismo de darte cuenta hasta cuándo quieres seguir causándote daño por tu forma de pensar.
Respira hondo, huele la cáscara de la mandarina, mira a tus hijos, agradece y abraza la vida: HOY.