Verónika Sálomon: “El amor no se divide, se multiplica”

Nos recibe en su departamento para esta sesión fotográfica, se trata de su tercera portada con revista Hogar, pero en esta ocasión es diferente, no es solo para hablar de su faceta creativa o empresarial, sino para conversar de lo que ella señala es lo más importante de su vida, su familia. La diseñadora de joyas Verónika Sálomon posa junto a sus dos hijos, Helena y Ricky, en estás páginas y nos confiesa que es el ejemplo de su propia mamá lo que la ha llevado a ser la mamá que ella es. “Realmente la educación en valores, en estructura, en trabajo, en constancia, en entrega, todo lo aprendí de ella”, nos dice sobre su mamá y socia Marta Lía Sánchez.

Y es que, para esta creativa, que aprendió de su mamá sobre el diseño de joyas, el buen ejemplo es fundamental y es la forma en que anhela sus hijos, Helena y Ricky, también aprendan, por esa razón cuida sus acciones, además que asegura que desde el nacimiento de Helena empezó a trabajar en convertirse en un mejor ser humano.

“Ser mamá es lo mejor que he hecho en mi vida, es algo que superó mis expectativas sobre lo que es sentirte realizada”, nos asegura esta mujer que ha podido estudiar psicología, tener su negocio propio, trabajar en lo que le apasiona, viajar a hermosos destinos e inclusive competir en carrera de patines, y aún así lo que más destaca como hito en su vida es el nacimiento de sus hijos.

Cambios en la vida

Tras la llegada de su segundo hijo ella asegura que “el amor no se divide, se multiplica”, además señala que entre los cambios que hizo junto a su esposo para cuidar su familia están el tener buenos hábitos de alimentación, pasar tiempo de calidad juntos, así como también ser sostenibles para cuidar el planeta.

“Ellos son los que me hacen luchar y no rendirme, transforman un día cotidiano en algo maravilloso”, comenta Vero, quien decidió ser una mamá muy presente, por lo que ella no descarta que sus hijos la acompañen a sus actividades, desde ir a su trabajo, hasta ir a entrenar. “No es que el tiempo se multiplica, para nada, pero lo optimizas cuando haces las paces con que puede ser buena en todo, pero lo perfecto es lo opuesto a lo hecho, es más una de las cosas que me enseñó la maternidad es la flexibilidad”, nos cuenta, a la vez que resalta el compromiso de su esposo por ser un papá muy presente con el que comparte la labor más importante de sus vidas.

Un país para permanecer

A sus 39 años, esta mujer que nació en Colombia, pero se convirtió en ecuatoriana de corazón nos asegura que este es el país en el que quiere quedarse por siempre, pues aquí conoció al que es el amor y su compañero de vida, con quien tiene 17 años de relación, pero también aquí emprendió su negocio y es el hogar de sus hijos. Además, mientras otros niños anhelan viajar a parques de diversiones, sus hijos recuerdan como su viaje favorito aquel que hicieron a la Amazonía y sueñan con pronto ir a Galápagos, aquel mágico lugar en donde mamá y papá se casaron.

Por otra parte, Verónica nos narra que Ecuador fue su inspiración para crear joyas en las que la paz y la violencia son el eje, debido a lo que está viviendo el país, y nos revela que va a participar en una bienal latinoamericana y aunque no puede dar mayores detalles aún, lo que sí nos cuenta es sobre el próximo relanzamiento de la imagen de su joyería, la cual se destaca por ser una de las más relevantes de América Latina pues tiene certificación de carbono neutro.

Verónika agradece a su maternidad el poder ser más productiva, pues para pasar tiempo con su familia ha reducido la cantidad de horas de trabajo, lo que la ha beneficiado en la parte creativa, generando joyería contemporánea, aquella que deja de ser solo joya, para convertirse en arte. “Yo creo que la joyería va más allá de un simple accesorio; cuenta la historia de la humanidad”, dice esta empresaria cuyas creaciones sustentables en su momento se ganaron un espacio en el New York Fashion Week antes de la pandemia. “Es maravilloso mostrarle al mundo de lo que estamos hechos y de lo que somos capaces de compartir en un país tan chiquito como Ecuador, pero que tiene muchísimas cosas por mostrar y nada que envidiarle a los demás”, finaliza.

Verónica y sus hijos

Con Helena comparte el gusto por la mineralogía, algo que estudiaron juntas y por ello a través de las redes sociales de la joyería tenía los “miércoles minerales” en los que compartían historias. “Ella quería que le contara y en lugar de contarle cuentos le contaba las historias de las piedras”, señala sobre su niña a la que define como su luz que la ilumina, una niña observadora, disciplinada y hermosa.

De su pequeño Ricky nos dice que es su Kriptonita y lo define como un sol cálido y lleno de energía, que conecta con las personas y que le ha enseñado a ser más cariñosa.

Para ellos Verónika anhela un futuro de libertad y felicidad, haciendo aquello que les apasiona.

Helena Martínez Sálomon

Helena tiene 10 años... lo que más admira de su mamá es “lo buena y detallista que es”. Nos cuenta que su recuerdo favorito junto a mamá fue su viaje en familia a la Amazonía por ser una experiencia inolvidable. Además, cuando le preguntamos qué palabras usaría para describirla, nos responde diciendo que es “bella, buena e inteligente”. Y que de ella ha aprendido “a comer bien” y a comer de todo, y que eso le ha servido para no enfermarse.

Ricky Martínez Sálomon

A sus siete años este niño de risa contagiosa nos dice que lo que más disfruta hacer con su mamá es ver películas juntos. El momento más bonito fue ver caer la nieve y nos descubre que fue ella la encargada de buscar la sonrisa del muñeco de nieve. Además, lo que más le gusta es el café que le prepara su mamá a quien define como divertida y cariñosa.

Créditos

Fashion Film por Bryan Guim @bryanriot. Maquillaje: Ileana Vasquez @ilemakeup. Peinados: Carolina Aguirre @carolinaguirre32. Vestuario para Verónika: Landa @landashop.ec / Veralover @veraloverec. Chaqueta de flores por Josué Perea @josueperealopez. Vestuario para los niños: Vero Carbo @verocarbo_official. Flores por @violetagye.. Joyas por Joyería Martalía @martaliajewelry