Tim Ballard: “Los niños de Dios no están a la venta”
En un español bastante fluido, Tim Ballard bromea diciendo que el director de la película “Sonido de libertad” lo hizo lucir como un héroe por motivos cinematográficos, pero que en la vida real fue su esposa la que no le permitió renunciar a que rescatase a varios niños que eran víctimas del tráfico de personas.
Fue durante de un preestreno especial de la película, realizado en Guayaquil, Ecuador, que este activista, autor y exagente del departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos supo expresar que aunque en la pantalla el actor que lo personifica, Jim Caviezel, es quien toma las decisiones, la historia fue más compleja, pues como padre de una gran familia, tanto él como su esposa tuvieron que hacer sacrificios para poder seguir ayudando y es que según dice firmemente: “Los niños de Dios no están a la venta”.
LA IMPORTANCIA DE CONTAR LA HISTORIA
Cuando le preguntamos por qué decidió contar esta historia nos dice: “Yo sabía que el mundo no sabía lo que significaba luchar contra la trata de personas. Fue una sorpresa muy grande para mí, porque cuando yo empecé en el gobierno estadounidense en el 2002 el mundo no sabía lo que era la trata de niños y una de las razones por las que el gobierno empezó a fijarse fue porque como ciudadano privado yo pude gritar lo que sucedía, algo que como agente anteriormente no podía. Entonces es importante contar la historia porque esto ayudará a que más personas luchen contra esto y podamos rescatar más niños”.
Nacido en Utah, el exagente dedicó buena parte de su juventud al Departamento de Seguridad Nacional (HSI), como especialista en Delitos de Internet contra Niños y como agente encubierto para el Equipo de Asalto de Turismo Sexual Infantil de Estados Unidos; tras renunciar a este trabajo para poder continuar ayudando, Ballard y su esposa fundaron “Operation Underground Railroad” (OUR) y The Nazarene Fund, una organización sin fines de lucro que busca frenar el tráfico de menores en varios lugares del planeta.
UN MOMENTO ESPECIAL
Este padre de nueve, contó además que el año pasado pudo colaborar con el Gobierno de Ecuador para desmantelar una red de tráfico, por lo que para él era importante hacer un preestreno especial en este país, al igual que se hizo en Colombia, que a su vez es el escenario donde transcurre el filme.
Uno de los momentos más emocionantes para Tim durante la promoción de este proyecto cinematográfico lo vivió durante la función realizada en Bogotá, donde pudo reencontrarse con algunos de los niños que rescató hace diez años, 15 de ellos, ya hoy jóvenes, estaban en la sala de cine, se le acercaron, se abrazaron, se hicieron fotos con el hombre al que consideran su salvador. “Ese fue uno de los primeros rescates que hicimos y creo que nuestro trabajo sí ha funcionado porque ellos pudieron seguir con sus vidas Hoy muchos se han formado profesionales, tienen familia, hijos, trabajos buenos. Esta es la esperanza, que las cosas sí pueden cambiar”, manifestó.
DURA REALIDAD
Tim compartió que la razón por la que cambió el enfoque de su trabajo: de rastrear y capturar a pedófilos y traficantes, a rescatar a los niños víctimas de estos, fue el poder salvar vidas.
Pero para él siempre hay trabajo pendiente, uno de ellos es el caso de Gardy Mardy, un niño haitiano secuestrado al que buscó en un operativo privado, sin apoyo de las autoridades. Hasta el 2023, antes del estrenó de la cinta, este hombre dijo en una entrevista al Daily Mail de Londres: “Siempre buscaré al niño. Llevamos 10 años tras él y todavía tengo esa promesa con Guesno Mardy, él es su padre”.
Fue durante la búsqueda en Haití, justo tras dejar atrás su trabajo como agente, que logró reunir el dinero para hacer una operación encubierta. Así fue como, haciéndose pasar por comprador, llegó a un falso orfanato en Puerto Príncipe, en 2014, y pudo “comprar” a dos hermanos, los cuales luego fueron adoptados por el mismo Ballard y su esposa.
Y es que tras filmar esta transacción ilegal, con esa evidencia, consiguieron que las autoridades de dicho país intervinieran en el lugar clandestino, logrando rescatar a 28 niños y aunque entre ellos no se encontraba Gardy, su papá Guesno, terminó adoptando a ocho de los menores salvados.
UN TEMA SENSIBLE
Aunque el filme trata con mucha sutileza el mismo, Tim se cuestionó en su momento si el contar sobre el rescate de una niña podía ser muy sensible y revictimizante, por eso comentó, “tenía miedo, no entendía cómo era posible hacer una historia con un tema así sin evidenciar escenas crueles y horrorosas como es la realidad. Pero Alejandro Monteverde y Alejandro Verástegui (director y productor) lograron algo fuerte sin necesidad de mostrar explícitamente los abusos. Sabía también que debía sumarse un actor que pudiera traer algo de luz en esa oscuridad y cuando al casting llegó Jim Caviezel fue como algo espiritual, él es de los intérpretes que dice más con sus ojos que con su boca. Él está convencido de lo que dice en la película. Esa frase que es la marca del filme: “los niños de Dios no están a la venta”, la hace muy suya. Sin duda, fue el actor ideal para el rol”.
Y es que para este hombre de contagiante energía, seguir visibilizando lo que viven muchos menores en el mundo es fundamental para evitar que siga sucediendo.
CONOCIENDO MÁS DEL HOMBRE
En su faceta de agente privado Tim lleva más de 10 años y ha colaborado con más de 30 países, siendo Colombia, México y Ecuador los países latinoamericanos en lo que ha podido ayudar.
Fue en su juventud que durante su trabajo como misionero mormón en Chile aprendió español, luego lo perfeccionó en la universidad mientras estudiaba ciencias políticas.
Aunque Tim ya no tiene contacto con los dos hermanos cuya historia es retratada en “Sonido de libertad”, nos cuenta que aún guarda la medalla de San Timoteo que recibió de ellos, además nos contó que se mudaron a Estados Unidos, pues al haber sido abusados por ciudadanos estadounidenses la ley los ampara.