Dayanara, pop urbano y empoderamiento femenino
Ella no tiene tiempo que perder. Se levanta a las cinco de la mañana todos los días y a las seis está lista para su entrenamiento en el gimnasio. Toma clases de canto tres veces a la semana, a pesar de haber estudiado desde los once en el conservatorio, porque “siempre hay algo nuevo que se puede aprender”. Se alista todos los días como si hubiera un show que presentar, porque su agenda está cargada: conciertos, entrevistas, grabaciones o alguna actividad que siempre le demanda estar en personaje. Pero la verdad es que Dayanara siempre está en personaje.
Con su pelo liso y largo, su look tan colorido y unas botas que la hacían ver más alta de esos 1.72 m que ya tiene de estatura, así me recibió para conversar un lunes por la mañana. Su sonrisa es cautivante y puedo asegurar que carga el lugar con muy buena vibra. Dayanara es intérprete de canciones como “El Menú”, “El Desquite”, “Adictivo” y “Me lo creí”, tema que tiene más de 30 millones de visitas.
Determinante y con mucha claridad para expresarse, dos características que hablan de una mujer inteligente y que sabe lo que quiere. “¿Eres perfeccionista?”, le pregunto.
“Soy muy perfeccionista con todo, con mis looks, con mis videoclips, con mi música, al momento de entrar a un estudio de grabación... Mi primer tema, Pobre y triste, que lo grabé en el 2017, tengo una anécdota con ese tema, y es que lo grabé aproximadamente nueve veces. Nueve veces entré al estudio porque sentía que algo faltaba... Ya tenía a los productores locos, pero a mí me gusta que las cosas queden muy bien y mucho más con mi música, que sé que es algo que no únicamente me tiene que gustar a mí, sino que le tiene que llegar a la gente, le tiene que inspirar.
Su seguridad, un camino por recorrer
A sus 26 años, es una mujer que se destaca frente a la mirada de los otros, más allá de su belleza, irradia una energía de plenitud y confianza que solo me permite decirle: “Demuestras mucha seguridad. ¿Tú te sientes así?”, a lo que ella responde. “En realidad no. No soy una mujer tan segura, y lo he dicho abiertamente, y me gusta expresar eso porque creo que es parte de mostrarle a la gente una imagen real de Dayanara. Desde niña pasé por muchas inseguridades con algunas cosas en el colegio, me acomplejaba mucho por mi color de piel, por mi estatura, porque me sentía muy alta y no me gustaba ser tan alta, y demás cosas que me acomplejaron en mi niñez... hoy te puedo decir que el momento donde más segura me siento es en el escenario. Es como una Dayanara segura todo el tiempo, desde que me subo, agarro un micrófono, nada me puede tumbar, pero la del día a día sí tiene sus inseguridades, tengo mis conflictos, todavía cositas que me acomplejan, pero creo que las voy tratando con el tiempo”.
Cualquiera diría “no lo puede creer”. Una mujer que, sin duda, se ve hermosa ante los ojos de los demás, difícilmente pensaríamos que podría tener inseguridades, pero Dayanara, desde su experiencia, aporta a otras mujeres por medio de sus canciones. “Yo canto mucho al empoderamiento femenino y de una u otra manera también es como darme ese mensaje yo misma todos los días y darles a las mujeres ese toque de seguridad”.
La artista nos recuerda que la falta de confianza es más común de lo que creemos, y que su evolución es lenta y muy íntima “Yo creo que ya es un proceso personal que cada uno decide y va aprendiendo y vienen pasando cosas en el camino que te alimentan esa seguridad, pero no es de la noche a la mañana, yo lo sigo viviendo y me gusta expresarlo... es una búsqueda interna. Y obviamente rodearte de gente positiva que no reste, sino que sume. Una pareja que esté ahí para poner el hombro, para darte esa tranquilidad, no inseguridades”.
Su amor, su constante apoyo
Y precisamente eso es lo que ha hecho su compañero durante los últimos ocho años, Jonathan Estrada, actor, cómico, productor, manager y, desde hace dos años, su esposo. “Jonathan fue la persona que me dijo ‘¿Sabes qué? Yo voy a invertir en ti. Vamos a lanzar tu primer tema, no me importa si estás con terror, pero si tú no te animas a hacerlo ahora no lo vas a hacer nunca’. Y me dijo, ‘yo tampoco he sido nunca manager de un artista, pero vamos a hacerlo’, entonces nos lanzamos juntos de la mano a la locura... para los dos fue una primera experiencia, para mí ser solista y para él de ser manager”.
“¿Qué admiras en él?”, le pregunto. “La nobleza de Jonathan es impresionante. Él es una persona muy despojada, se desprende fácilmente para ayudar a los demás y lo digo no únicamente por cómo él me ha ayudado a crecer como ser humano, como persona para alimentar esta seguridad, que él ha sido fundamental, sino también lo que él ha hecho conmigo como artista”. Y ¿qué crees que él admira de ti? “Le pregunté eso hace poco, porque soy muy preguntona, y me dijo que le gusta mi inocencia, mi ingenuidad que se mantiene. Él me conoció a los 18 años, entonces me dice que hay ciertas cosas que no se pierden en mí, que eso le gusta”.
Te vas a casar por la iglesia ahora en enero... ¿Quieres ser mamá en algún momento de tu vida? “¡Sí, yo soy niñerísima! Me quiero tomar unos años, con Jonathan hemos conversado de que al menos unos 4 o 5 años todavía. Me quisiera tomar un poquito más de tiempo pero él me lleva diez años y me dice que no quiere ser abuelo, así que creo que en unos 5 años aproximadamente ya decidiré ser mamá, pero es algo que me apasiona mucho, que me emociona, muero por ser mamá”, responde.
La chica neón
Si a las personas las definiéramos con un color, a Dayanara tendríamos que definirla por todos. Y, sin lugar a dudas, nos iríamos por el neón. “Tú abres mi closet y es un arcoíris, igual los zapatos, pero mi mamá me cuenta que ya es algo que viene en mí desde chiquita. O sea que desde los cuatro años me ponía plumas, tú ves mis fotos que a veces he publicado y es con sombreros, plumas, colores, que no me combinaban para nada, pero el punto es que me encantaba el color” ... “Yo siento que los colores neones denotan un poco mi personalidad, que soy bastante extrovertida, muy colorida y muy cariñosa”, se define.
Estuviste en los Latin Grammy, ¿cómo eso te ayudó? “Fue algo lindo para mí, no estuve nominada ni presenté un premio, pero haber estado en la alfombra a mí me ayudó mucho porque pude conversar con otros artistas que he admirado muchísimo tiempo. Conversé con Rosalía, con Carlos Vives, y obviamente yo les cuento un poco de mi historia, de mi proceso y me aconsejan, me dan tips, y te ayudan a tener paciencia”.
¿Estás mostrando tu música en el exterior? “Bueno, estamos trabajando en eso. Este año hice mucha más música que cualquier otro. Lancé mucho contenido y el próximo año igual. Creo que algo que potencia mucho eso son las colaboraciones, que no son fáciles de conseguir. Eso es lo que intento explicarle a mi país y a la gente que me sigue, y yo les digo que estoy trabajando para que eso pase, pero no es algo que sucede de la noche a la mañana, es algo que lo vas buscando”.
“¿Eres feliz?”, la cuestiono, y ella sin dudar contesta “Sí, soy feliz. Y es algo que aprendí a responderlo después de la pandemia. Después del Covid mi papá casi se me va, estuvo muy grave, como dos meses en terapia intensiva y siento que fue algo que me sacudió mucho, me causó mucho dolor en su momento y que me enseñó a responder que sí. Una vez me acuerdo que estaba en un semáforo y vi a dos niños que estaban vendiéndome caramelitos. Les pregunté lo mismo y ellos me dijeron que eran muy felices, me lo respondieron inmediatamente. Entonces desde ahí me hice una promesa y dije “Nunca más voy a titubear cuando me pregunten si soy feliz, porque estoy viva, tengo donde movilizarme, porque tengo qué comer, tengo a gente que me quiere... Sí, soy feliz, muy feliz”, asegura.
Tu mensaje para las mujeres
“Yo les diría que nunca dejen de soñar. Y que sigan preparándose. Tarde o temprano te va a llegar la oportunidad y lo peor que nos podría pasar en la vida, al menos yo lo diría por mí, es que llegue esa persona, que me toque la puerta y yo no esté lista, porque me dediqué a pensar que no me iba a llegar la oportunidad y te va a llegar, pero tienes que seguirte preparando, seguir soñando y seguir trabajando hasta que eso se haga realidad”.