Andrea González Nader: "Ser activista no es un hobby, sino un estilo de vida"
Andrea González Nader es ingeniera en medio ambiente, directora de Ecoverde, una plataforma de comunicación ambiental, activista política y ambiental. Creció rodeada de plantas y animales, amando la naturaleza y todo lo que la compone, algo que sus padres le inculcaron en el hogar.
Aunque de niña soñaba con ser veterinaria, la vida la llevó hacia otra profesión, pero al igual que la primera, ligada con el cuidado de las especies. Gonzales decidió apostar por una carrera de la que poco se conocía cuando entró a la universidad, en 2005, sin embargo, sus expectativas por ayudar al planeta eran más altas que cualquier estereotipo.
“Se abrió esta carrera en ingeniería de medio ambiente. La gente me miraba como: ‘¿y qué vas a hacer?, ¿vas a inspeccionar el ambiente?’. Inclusive había una broma en la universidad en la época de mis papás, de que esta carrera era para gente que se fugaba de clases”, dijo durante una conversación con Revista Hogar para el segmento Chicas Reales.
Tras obtener su título, empezó a ejercer sus conocimientos en camaroneras, pero, aunque era un espacio que le permitía entender un ecosistema específico, sabía que necesitaba abarcar más. Por ello, el desarrollo sostenible se convirtió en la bandera que la condujo al activismo.
“Creo que ser activista no es un hobby, sino un estilo de vida que, de manera sostenible, es básicamente acomodar el cuadrito cuando puedes, y dar un poquito más sin que eso se convierta en algo abrumador, tal cual como la religión”, mencionó.
Mediante su gestión, González busca crear conciencia sobre el cuidado de los espacios naturales de Guayaquil, puesto que existen una serie de animales y plantas característicos de la ciudad que se encuentran en peligro de extinción.
“Es impresionante el impacto que tiene, a la misma gente de Guayaquil, que todavía hay monos, y que se están extinguiendo y que podemos salvarlos. Es algo que hemos desconocido hace mucho, y Guayaquil tiene que volver a abrazar”, dijo, y habló sobre lo irónico que podría resultar que la ciudad cuente con esculturas al mono y al papagayo, pero que sean especies que se están extinguiendo.
Para Andrea, lograr un cambio para la conservación del medio ambiente empieza con un pequeño gesto. Desde apoyar las causas brindando conocimientos profesionales, hasta recoger del suelo o dejar de consumir un producto que pueda resultar nocivo para el planeta.
“Todos peleamos de diferentes maneras, y necesitamos a todos en esto, dando un granito de arena”, mencionó.