Alfarería de Valdivia: el legado
Hace pocos días en el Festival de Artesanías de América, una joven de 34 años nacida en la comuna de Valdivia, recibió un reconocimiento internacional por la excelencia artesanal del Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares, CIDAP, y es que el trabajo realizado por Arte Orrala, liderado por Jennifer Orrala, tiene una historia que nace desde el barro y la antigua cultura Valdivia.
La joven que aprendió de alfarería desde niña y consigue el barro en los alrededores de su comuna nos habla de cómo su vida dio un giro gracias a que volvió a la raíz.
Ella aprendió a modelar barro con sus manos desde pequeña y mientras estudiaba su ingeniería en gestión y desarrollo turístico quiso implementar lo aprendido en su clase de marketing en el negocio familiar. “Yo crecí en una familia de alfareros. Mi papá es alfarero, él trabajó junto a Emilio Estrada en el descubrimiento de la cultura Valdivia en 1956, y bueno desde pequeña he modelado el barro con mis manos con la ayuda de mi papá. Nosotros todavía conservamos esas técnicas que utilizó la cultura Valdivia hace más de 4.500 años antes de Cristo. Y pues, este legado, yo lo he tomado con mucha responsabilidad para que no desaparezca y poderlo transmitir a la próxima generación de mi familia. Es así que la nueva generación, tres son mis sobrinos, ya están involucrados en este arte”, nos cuenta.
Manteniendo la técnica
Ella narra que su papá Juan Orrala es nativo de Valdivia y que, a sus 14 años tras el descubrimiento en el que estuvo muy de cerca con los arqueólogos colaborando, por curiosidad o quizás por instinto, empezó a moldear barro y con el pasar del tiempo se dedicó a realizar réplicas artesanales de la cultura de las venus ecuatorianas. Esto inspiró a la joven, la menor de seis hermanos, a tomar las riendas del taller de cerámica. “Decidimos mantener la técnica ancestral de elaborar las piezas, pero con diseños exclusivos y creaciones de nuestra autoría. Fue en un aula de clases que nace la idea de Arte Orrala”, explica.
Antes de eso, sus hermanos que habían trabajado también en cerámica, lo fueron dejando porque la venta de artesanías decayó y tuvieron que buscar otras alternativas para sostener a sus familias y su padre también dejarlo por lo que Jennifer tuvo que dejar su trabajo en una empresa pública para tomar la posta del legado familiar.
El trabajo que inició hace siete años y como emprendimiento hace tres, actualmente cuenta con nueve personas de la comuna, del sector llamado “La nueva unión”, un lugar con falta de recursos, por lo que desde el emprendimiento busco generar un impacto social. “Había jóvenes que no estaban estudiando, que no estaban realizando ningún tipo de oficio, así que los hemos reclutado y les estamos enseñando las técnicas de la alfarería. Ellos trabajan con nosotros dentro del proceso, porque no es un proceso rápido, ya que demora entre 27 días, la elaboración de nuestras artesanías. Además, tiene varias fases y etapas, empezando con la preparación del barro. Nosotros hacemos una mezcla especial de barro, sea este de orillas de ríos o de montaña”, comenta.
Para conseguir que las piezas sean también utilitarias deben cuidar la mezcla idónea para que resista altas temperaturas, ya que la idea es que las cerámicas puedan usarse en el microondas.
Las piezas que solo son elaboradas de barro y agua, una vez amasadas y moldeadas son decoradas y secadas naturalmente, en tiempo de sol se secan en cuatro cinco días, pero cuando hay días de llovizna o frío, demora mucho más, entre nueve y doce días. Luego se le dan los acabados, la pintura, la pulida y la quema.
Marca registrada
Jennifer señala que aprender la historia también es parte del proceso, además tuvo grandes maestros. “Para mí, crecer en una familia que se dedicaba mucho a estudiar la cultura, ya que mi papá, aunque no haya obtenido un tercer nivel académico de estudios, es una persona a la que le ha gustado leer e instruirse mucho, además que ha trabajado con diferentes arqueólogos. Adicional a eso, tuve mucha influencia también por mi madrina, la doctora Karen Stoffer, que fue quien descubrió la pieza de “Los amantes de Sumpa”.
Este proyecto también se convirtió en su propósito de vida, actualmente Arte Orrala tiene un año y medio como marca registrada y fue Mario Costales, su profesor y mentor de marketing en la universidad, el que le ayudó a desarrollar la marca, el isotipo y la temática, así como también a capacitar al personal, algo que ha sido un gran desafío. “Involucrar a las nuevas generaciones sí ha sido un poco complejo porque los jóvenes buscan ser youtubers o tiktokers, porque esa es la onda, no hay quien diga que quiere ser alfarero, entonces se trata de llegar a ellos y hacerles ver que esta es la continuidad de un legado ancestral y que tenemos esa responsabilidad en nuestros hombros”, afirma esta ceramista que además está ayudando a que niños de su comuna vayan a la escuela.
ADN con historia
En el taller se realizan elementos decorativos y utilitarios con las mismas técnicas, pero con diseños propios que tienen significado, por lo que se mantiene su ADN precolombino, comenta la ceramista, quien además explica que cada uno de los diseños son avalados por el arqueólogo Eric López, en la península. “Con él trabajamos el porqué del diseño, su origen, cómo lo usaban nuestros antepasados”, señala y nos da el ejemplo de un plato decorativo en el que se ve un pez que se llama “guato”, que por su inmensidad y ferocidad era considerado por los antepasados de Valdivia como un guardián de tesoros; el arqueólogo quien hizo una investigación sobre el pez indica que uno de los dioses designo al guato para cuidar una de sus más grandes creaciones que eran los mullos, las spondylus.
Jennifer, quien es la primera y única alfarera certificada por el Ministerio de Trabajo en la provincia de Santa Elena, cuenta que por eso realizaron una colección inspirada en esos mullos, se trata de una edición con el sello precolombino de las spondylus. “Aquí todo tiene su significado, nos inspiramos en detalles precolombinos para piezas actuales”, nos dice esta artista que encontró en la artesanía y la historia de su familia una forma de emprender y apoyar a su comunidad.
Conociendo más de Arte Orrala
El padre de Jennifer fue quien le enseñó la historia. Él apoyó al arqueólogo Emilio Estrada, descubridor de la cultura Valdivia, una de las más antiguas del continente americano, en la clasificación de los vestigios de cerámica. Además, por años fue guía del museo que se encuentra en la comuna.
El taller, ubicado en la ciudadela Nueva Unión, fue construido desde cero y para enseñar la metodología de 4.000 años atrás, se reclutó a los sobrinos de Jennifer y otros jóvenes de la zona.
El equipo de “Arte Orrala” también realiza talleres a grupos extranjeros en Casa Ayangue y allí muestran el proceso y las técnicas que utilizan, usando la mezcla especial de la zona.
En el 2022, los productos de Arte Orrala fueron premiados como Artesanía Ancestral por parte del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, un reconocimiento por conservar la metodología ancestral y seguir enseñando estos saberes a las nuevas generaciones.
La experiencia en barro a turistas extranjeros fue premiada por el Ministerio de Turismo como Idea Innovadora 2023.
El taller experiencia de la Nueva Unión es el único taller certificado de alfarería de la provincia de Santa Elena.
Los productos en Guayaquil se pueden encontrar en Gourmet Market en Plaza Navona de Samborondón. Próximamente tendrán página web, pero por el momento se manejan por Instagram donde está todo el catálogo. En la península de Santa Elena están en Tuukay Coffee en el malecón de Salinas, en el Farallón Dillon de Ballenita, y en Casa Ayangue en Ayangue. De lunes a viernes atienden bajo agenda en el taller de la comuna.