La lista

Por novelería, en la fila del supermercado o en la peluquería, leo artículos de que hablan sobre dietas saludables, comidas exóticas y tratamientos que las mujeres de mi edad, tenemos que poner en práctica antes de que el estrógeno y la progesterona nos “jueguen una mala pasada”.
Verónica Oviedo Buendía - Escritora

Fue así como decidí hacer una lista con todos los consejos de salud y belleza que recomiendan los expertos para lucir como Jennifer López: beber ocho vasos de agua, ejercitarse una hora al día, tomar una ducha con esencias aromáticas, escuchar música relajante, leer un libro de meditación o autoayuda, preparar un batido verde con piña, por lo de la fibra y sus beneficios, respirar profundamente en cuatro tiempos, estirar la columna realizando suaves movimientos hasta alcanzar la punta de los pies, decir cinco veces al día “si quiero lo puedo lograr”, dar doce abrazos y finalmente aplicarse una mascarilla facial de miel y avena.

Revisé mi lista de principio a fin, me sentía nerviosa, pero al mismo tiempo emocionada. Una música multipropósito, parecida a la de la película “En Busca de la Felicidad”, daba vueltas en mi mente. Ingerir el primer vaso de agua, fue tarea fácil; sin embargo, la voz de mi hija me interrumpió de repente: “¡Mamá, el rollo de papel higiénico cayó en la bañera!”.

Abandoné el vaso y volé al rescate del papel que, en medio de una gran ola de espuma, desdichadamente... naufragó. ¡Era el momento ideal para escuchar música relajante! En esas estaba, cuando mi madre llamó pidiendo ayuda; su lavadora se había engullido su calcetín favorito y necesitaba con urgencia el contacto del técnico. Pospuse la música para otra ocasión y empecé a buscar el contacto mientras bebía los siete vasos de agua que me faltaban. De pronto, divisé a mi hijo intentando pintarle los ojos al perro con mi delineador y pegué un alarido; el agua dio un giro, salió con fuerza por mi nariz y perdí el aliento. Entre tos y lágrimas, finalicé la conversación sin muchas explicaciones. “Más tarde te cuento”, le dije y ella, afligida, se ofreció llamar al 911.

Una vez superado el incidente y con el perro a salvo, todo volvió a la normalidad. Después de culminadas las tareas matutinas, tomé una ducha. Trozos de papel flotaban aún en la bañera, encogí mis hombros e imaginé que aquellas motas blancas que tapaban la coladera eran las esencias aromáticas.

La tarde cayó de pronto y ya que mis hijos estaban distraídos, me escondí en el baño para colocarme, en santa paz, la mascarilla facial de miel y avena que había preparado. Entre travesuras, tareas escolares y visitas, se terminaba el día y yo no había completado ni la mitad de la lista, así que, decidí hacer lo siguiente: En la mañana, mientras me baño, abro la boca para beber toda el agua que puedo, cuando el jabón se resbala, estiro mi columna realizando suaves movimientos hasta alcanzarlo y después canto mi canción favorita. Corro desde la cocina hasta la habitación, así ejercito mis piernas y al mismo tiempo coloco la ropa limpia en los cajones.

Desayuno un batido verde, le añado piña y espero resignada que la fibra no haga efecto mientras manejo. Le regalo un abrazo a mi esposo al llegar a casa. Me miro al espejo y no me encuentro ni más bella, ni más saludable, pero sí algo cansada.

La próxima vez que lea uno de aquellos artículos, dudaré ponerlo en práctica, sabré que la lista fue hecha por una mujer escultural que tiene todo el tiempo del mundo para serlo... probablemente por Jennifer López.