Logros ajenos ¿Te alegran o te frustran?
En la actualidad, son muchos los canales informativos por los cuales se conocen las historias detrás de lo que la sociedad define como “grandes resultados”, y ciertamente es inspirador. Sin embargo, es importante reconocer con qué lentes los estamos mirando, ya que también existe la realidad de muchas personas que, frente a logros ajenos, restan valor a los propios, creyendo que lo que han conseguido hasta ahora no es tan relevante o importante como lo que otros sí.
Así lo demostró un reciente estudio realizado por la red multinacional de servicios profesionales KPMG International Limited, que detectó en 3 de cada 4 mujeres sentimientos de duda respecto al éxito alcanzado. Y un 56% de las encuestadas confesó que ha tenido miedo de no haber estado a la altura de las expectativas, o de que las personas a su alrededor no crean que fueron tan capaces como se esperaba.
¿Pero cuál es el origen de este sentimiento de inconformidad que conduce a la comparación? La psicóloga clínica, Arianna Córdova, explica que el sentir que se tiene todo lo que siempre se quiso debe ser una cuestión muy individual. Es decir, la definición de éxito no es un asunto colectivo, y los logros de cada persona no deben ser comparados con los de alguien más, por más cercano que este sea.
La plenitud con la que se viva debe responder a que la persona se sienta satisfecha con sus propios éxitos, los mismos que cobran valor, no porque hayan cambiado algo a escalas mundiales, necesariamente, sino porque impactaron de una manera positiva la vida de alguien, y ese alguien puedes ser tú mismo.
“Aunque generalmente existe el deseo de lograr algo más, como si lo que se tiene no fueran ya logros”, señala la especialista. Y la consecuencia es que se genera algo parecido a un bucle entre la autodescalificación y la frustración. Por un lado, sientes que no eres tan bueno como para ganar o merecer el reconocimiento que otros tienen, pero por otro lado tampoco encuentras la motivación correcta para ir detrás de tus sueños.
La psicóloga comenta que este tipo de sentimientos parten desde la posición que nos enseñaron a tomar frente al fracaso o al error. “Desde pequeños, vamos interiorizando que equivocarnos no es una opción”, agrega. De esa manera, es como a lo largo de nuestra vida podemos llegar a darle mayor importancia a las cosas que no hemos hecho o intentado, y a subestimar los aciertos.
Tu mayor éxito es lo que ya has alcanzado
Desde una perspectiva psicosocial, la experta asegura que muchas veces se trata de un patrón que persiste en el pensamiento de las personas, que es el no aceptar que una tarea fue completada con éxito. Ya que se suele resaltar más “lo que se pudo haber hecho mejor, lo cual no está mal, pero tampoco debería ser lo más importante siempre”, asegura.
Es necesario considerar que una de las dificultades más grandes en la construcción social de cada individuo es la creencia de que todo debe salir bien al primer intento, y por esto quizás se dejó de emprender o intentar algo nuevo, ya que la posibilidad de ser juzgado era menor. Sin embargo, esto también pudo desencadenar miedos que fueron, y son, paralizantes al momento de tomar acción en determinada oportunidad, lo que conlleva a la acumulación de “cosas no alcanzadas”, explica la experta.
Comportamientos que generan frustración
En estos casos, la psicóloga destaca la presencia de dos conductas que deben ser consideradas al hablar de frustraciones acumuladas a causa de la constante autodescalificación.
Por un lado, ubica a las personas que se encuentran en un lugar cómodo por mucho tiempo, donde la rutina no les permite cuestionarse con frecuencia las motivaciones reales por las que están haciendo, o no, determinadas cosas. Y por ende, corren el riesgo de experimentar sentimientos de culpa por “no haber alcanzado lo que otros tienen” en el futuro.
Por otro lado, se refiere a quienes todo el tiempo tienen el deseo de hacer algo nuevo, lo cual es válido, siempre y cuando se procure tener la motivación correcta. Es decir, “si lo que voy a hacer es sólo para sentir que yo también estoy al nivel de otros y busco ser feliz con lo que, aparentemente, hace feliz a otros, me expongo a generar frustraciones en mí”, advierte la doctora Arianna.
La especialista en psicología también sugiere prácticas que promueven la autovalidación, pues asegura que la búsqueda del éxito total es más angustiante que ser feliz con lo que se va alcanzando poco a poco: