La ternura: una comedia de enredos que vas a amar
Una premiada comedia de situaciones mal interpretadas que genera altas dosis de humor entre amores posibles en situaciones imposibles llega al Teatro Sánchez Aguilar.
Inspirada en los textos del famoso dramaturgo William Shakespeare nace “La ternura", una comedia romántica ganadora del premio Max de las Artes Escénicas en 2019, donde los enredos y los malos entendidos están asegurados.
Es, también, una historia que muestra cómo los padres hacen lo posible por proteger a toda costa a sus hijos del sufrimiento... siendo esta la labor más complicada y a veces frustrante. El Teatro Sánchez Aguilar produce dos obras anuales donde, desde cero, logran levantar el telón con éxito. “Tutti Frutti”, fue la primera, siendo ahora “La ternura”, su nueva estrella por brillar.
Hablando con el director
Para iniciar nuestras entrevistas, conversamos con el célebre director, Pepe Bablé, quien viene de una familia teatral; sus abuelos fueron reconocidos actores al igual que sus padres. Sus hermanos y él también ha sido gente dedicada al teatro con notable éxito. A partir de los 23 años sintió que su talento se iba más para dirección escénica y por ello empezó a dirigir.
Su agenda es bastante ocupada, en los últimos dos años, el reconocido maestro, ha dirigido siete espectáculos. Entre sus obras más recordadas están, la de Arístides Vargas, “Flores arrancadas a la niebla”; “Mariquita aparece ahogada dentro de la cesta”, del autor español, Marcel Arrondo.
Su llegada al Teatro Sánchez Aguilar se da gracias a su amistad con el maestro Ramón López Barranco. “Yo fui quien lo impulsó a venir a Latinoamérica en los años 90, y a partir de ahí nace la gran relación que él tiene con el teatro y las artes latinoamericanas. Hasta hace dos años seguía atrás mío para que me viniese a trabajar con él, pero aparte de dirigir, era uno de los orquestadores del Festival Iberoamericano de Cádiz, lo cual me restaba tiempo. Ya cuando me jubilé, me volvió a invitar, y hoy aquí estoy”, manifestó feliz el director.
Cálidas experiencias en Guayaquil
Alfredo Sanzol, autor y director español tomó como referencias las obras cómicas más significativas de William Shakespeare y las adaptó para el teatro contemporáneo. “Siento que hemos logrado poner en escena una obra fresca, divertida, llena de enredos cómicos, que tiene algo de barroco, pero también mucho del sentir guayaco, por lo que el público va a disfrutar”, asegura Bablé.
De acuerdo al maestro español, durante los dos meses que ha pasado aquí, en Guayaquil, ha descubierto grandes gemas, tanto teatrales como actorales, con los que espera concretar trabajos a futuro. Defensor del teatro iberoamericano por años, asegura irse muy contento con todo lo experimento dentro del arte cultural citadino.
Al hablar sobre un día en su vida, nos comentó, “Previo a un estreno, para mí son días de 24 horas de constante pensamiento, ya que es una gran responsabilidad, para mí es como un parto, ya que hay que procesarlo día a día hasta esperar que nazca la criatura, y cuando lo haga, esperemos que lo haga sana, rozagante y con mucha vida”. Finalizó sonriente.
Lucho Mueckay – El Patriarca
El reconocido actor teatral, con 45 años de experiencia en las tablas, es el genio fundador de la Casa del Teatro Sarao, y se confiesa feliz de poder ser dirigido, “Aquí no tengo que preocuparme por las luces, vestuarios, coreografías, etc., aquí solo tengo que concentrarme en el papel de actor”. En su vida profesional se destacan obras como “No puedo verte triste porque me mata”, “Crónica de luto cerrado”, y la aplaudida, “Diario de un loco”, que volverá a poner en escena para celebrar los 35 años de Sarao.
De acuerdo al dramaturgo, la pieza posee todos los elementos para ser un éxito. “Siento que desde lo técnico, la elaboración de los personajes, y el cúmulos de intrigas que dan origen a la comedia de enredos, te permite crear.
Yo soy muy partidario del buen humor, y en pocas obras he visto este nivel de ironía con calidad que creo que va a desatar muchas risas”, destacó el actor y continuó, “En este equipo hemos logrado integrarnos, hay mucha camaradería, estamos en un nivel de confianza, en el que nos ayudamos mucho y eso muy importante, hay una hegemonía que Pepe (director) ha logrado, de la que todos hemos aprendido mucho”, puntualizó. Actualmente el maestro es también parte de la obra infantil, “Caracol y colibrí”, expuesta en el Teatro Sánchez Aguilar.
Itzel Cuevas - La Reina Esmeralda
Con más de 40 años de experiencias en el teatro, la actriz recuerda a sus 18 años debutó en el escenario y desde ahí no ha parado. Ha sido un cúmulo de obras que le han brindado la oportunidad de obtener un palmarés de aplausos tanto en México como en España, y obviamente en Ecuador, donde incluso da cátedra sobre el arte en la Universidad Casa Grande.
Madre realizada de un varón; la actriz recuerda que “Sueño de una noche de verano” de William Shakespeare, realizada en México, fue una de sus obras más aplaudidas ante la enorme producción realizada con sinfónica, coros, bailarines acróbatas, escenografía y vestuarios. “Nuestra boda” y “La Edad de la ciruela” de Arístides Vargas fueron otras que marcaron su vida.
Desde joven, amando el arte, salió de México hacia España, donde se unió al Grupo Teatral Muégano, con quienes llegó a Ecuador. Guayaquil la cautivó, su gente, su gastronomía, y ese ‘calorcito’ perenne, la retuvieron tanto como las producciones que le fueron ofertando y en las que continúa. “Reconozco que es gracias a este país que puedo trabajar con alguien como Pepe (director), en España me hubiera resultado imposible, así como con Andrés Lima, aquí esos sueños se me han hecho realidad”, puntualizó sonriente.
Sobre la Obra
Cursan los meses finales de 1480. La Reina Esmeralda, con el Rey en constantes batallas, lidera a su pueblo. Madre de dos hijas pequeñas, una de dos años y otra recién nacida, ve con desatino el tener que concertarles matrimonio por conveniencia, títulos, terrenos y armadas a sus niñas. A la par, en el pueblo, Lucho es un leñador, hombre viudo con dos hijos pequeños, de cuatro y un año, a los que cansado de las leyes de la Reina, y de las constantes órdenes que recibe de las mujeres de la familia de su esposa, decide escapar con sus hijos hacia una isla desierta, donde por veinte años han estado y los tres en felicidad extrema, libre de las obligaciones del hogar que las mujeres suelen imponerles y que ellos no desean realizar.
La reina, con sus hijas, ya señoritas princesas, viajan justo a la boda concertada de una de ellas, cuando la Gran Armada Invencible es atacada. Cansadas del yugo patriarcal que las somete, la Reina y sus hijas deciden escapar de los hombres, siempre en guerra y plan de conquista, y se albergan en una isla que aseguran está desierta, y lo mejor, sin hombres que salgan con sus imposiciones.
Obvio pronto ellas descubren que no están solas y es aquí cuando, disfrazadas de soldados, buscan lograr ganarse la camaradería de los jóvenes nativos, algo que no será fácil por sus escasos modales y graves comentarios en contra los impuestos del reino, y quejas sobre los comportamientos femeninos; aún así esto les permitirá ir conociéndose y entre ambos grupos irá naciendo una graciosa amistad, repleta de divertidos enredos, que le dará origen a la ternura de entenderse.