Detectives revelan nueva información sobre el accidente en el que murió la princesa Diana

Redacción Hogar

El 31 de agosto de 1997, medios de todo el mundo informaron que un accidente automovilístico suscitado en Francia ocasionó la trágica muerte de Diana de Gales, quien se ganó el corazón de muchos por sus labores humanitarias, y cercanía con la sociedad. Aunque han pasado 25 años desde el suceso que le quitó la vida, las especulaciones en torno al caso continúan presentes en la mente de quienes conocen su historia.

El descenso de la ‘princesa del pueblo’ provocó una serie de investigaciones tanto en Francia como en Inglaterra, que pretendían recabar los detalles detrás del hecho que sacudió a la realeza. Sin embargo, a pesar de los rumores que acusaban a la corona, se determinó que la causa de muerte de Diana fue un accidente de tráfico fortuito, lo cual desestimó las teorías de conspiración contra de la familia de la reina Isabel II.

Tanto los juicios realizados a inicios de los 2000, como la información recopilada por profesionales, concluyeron que la tragedia que ocurrió al interior del túnel del Puente de Alma de París, en la que Lady Di falleció junto a su novio Dodi Al Fayed quien fue el hijo de un millonario egipcio, y el chofer del vehículo, fue ocasionado por una mezcla de factores: exceso de velocidad y embriaguez.

Henri Paul, quien iba al volante en la fatídica noche, no era un chofer profesional, y sumado a ello, se encontraba bajo los efectos del alcohol. El hombre en realidad pertenecía al personal de seguridad del hotel Ritz, propiedad de la familia de la pareja de Diana. El juez Hervé Stéphan, quien se encargó del caso en Francia, aseguró que “el conductor del coche estaba en estado de ebriedad y bajo el efecto de medicamentos incompatibles con alcohol. No estaba en posición de mantener el control del vehículo”.

Asimismo, se mencionó que Paul frecuentaba el uso de antidepresivos que, junto a varias copas que le dejaron 1,74 gramos de alcohol en la sangre (el triple de lo permitido), no lo hacían apto para manejar ningún vehículo. Además, no contaba con un permiso para llevar un automóvil tan grande como el que condujo la última noche que la princesa estuvo con vida.

Algo similar se mencionó en el veredicto del Tribunal Superior de Londres en 2008, puesto que tras las indagaciones dirigidas por sir John Stevens, jefe de Scotland Yard, el jurado estuvo de acuerdo en que la alta velocidad y “deterioro de la capacidad de discernimiento del conductor por el alcohol” provocaron el mortal accidente.

Pese a la información, Mohammed Al Fayed, padre de Dodi, insistió en que el descenso tanto de Diana como de su hijo fue orquestado por la familia real británica, puesto que, aparentemente, la princesa habría estado embarazada y pronto anunciaría su compromiso, lo cual, según afirmó, ocasionó incomodidad en la corona. “No podía aceptar que un musulmán egipcio pudiera convertirse en el padrastro del futuro rey de Inglaterra”, sin embargo, las investigaciones descartaron es posibilidad.

Además de las acusaciones contra la monarquía, los paparazzi que seguían y fotografiaban a Lady Di durante su paso por París también fueron señalados por el accidente, pero de acuerdo a la justicia francesa, no tuvieron culpa en el hecho. Aunque unos años más tarde dos de ellos fueron condenados a una pena simbólica de 1 euro (1 dólar) por violar el derecho a la intimidad y capturar el choque del automóvil en el que se transportaba Diana, todos quedaron libres de cargos ante el proceso judicial.

Pese a que han pasado más de dos décadas desde que la princesa de Gales falleció, las especulaciones sobre su partida continúa siendo un tema de debate, y ahora dos de los detectives que investigaron el hecho hablarán en el documental ‘Diana: Death In Paris’, sobre la recopilación de datos que se realizó en torno al caso.