Abuela de 96 años nunca tuvo juguetes y su nieta decidió regalarle peluches: "los besa y llora"

Redacción Hogar

Nélida Coppola tiene 96 años y acaba de hacer realidad un sueño para su niña interior. Y es que, cuando era pequeña, la Gran Depresión que azotó su país, Argentina, hizo que la economía de su familia tambaleara, por lo que con esfuerzo lograban llegar a fin de mes. Aquella situación hizo que la mujer nunca tuviera un juguete, pero ahora las cosas cambiaron.

Coppola creció como parte de la clase media trabajadora. Aunque tenía varios hermanos, siempre se divertía sola. No tenía juguetes más que una muñeca de trapo, pero soñaba con que algún día tendría más opciones para disfrutar.

Con los años vio crecer 12 nietos y cuidó a dos perros, algo que no siempre le dejaba tiempo disponible para ella misma. Paco y Monita, sus mascotas, eran su mayor compañía tras la muerte de su esposo. “Paco ya estaba grande, entonces le llevamos su segunda perrita, Monita, quien fue su gran compañera. Iba para todos lados con ella. El brillo en los ojos que tenía cuando la miraba no me lo olvido más”, dijo Milagro, una de las nietas de Nélida.

Cuando la peludita empezó a enfermar, Milagros decidió que le obsequiaría algo que siempre había anhelado: peluches. ”Yo ya veía venir la situación, no podía ver a mi abuela sufrir de nuevo, y me acordé de la forma en la que miraba mis peluches cuando era chiquita; lo mucho que le gustaban mis muñecas”, recordó Milagros.

La joven eligió el cumpleaños de su abuela para darle la sorpresa. Coppola no pudo evitar dejar caer varias lágrimas tras ver su obsequio. "Me dio uno de los abrazos más lindos que recibí en mi vida. Lo abrazaba, lo acariciaba, estaba tan agradecida, feliz, ella sentía que le había dado un compañero", comentó la nieta quien compartió la tierna historia en redes sociales.

“Mi abuela hoy cumple 96, cuando era chica no tuvo juguetes, entonces cada vez que pasábamos por una juguetería se quedaba viendo los peluches. Hace tres años que le regalo peluches de animales, y siempre que se los doy los besa y llora. Los acuesta en su cama y les habla. Los saluda cada vez que pasa por su cuarto y les da besos antes de dormir, hoy me decía ´sé qué tal vez soy un poco infantil, pero siento que son mis hijos´”, se lee en la cuenta de Milagros.