Kayla Kosmalski, la primera joven con síndrome de Down en convertirse en Miss Simpatía en Estados Unidos

Redacción Hogar

Kayla Kosmalski, una joven de 18 años, ha marcado un hito histórico al convertirse en la primera aspirante a Miss Teen USA con síndrome de Down. Su participación en el prestigioso certamen, que se celebró la semana pasada en Los Ángeles, no solo capturó la atención del público, sino que también le valió el título de Miss Simpatía, un reconocimiento a su carisma y espíritu. Aunque el primer lugar fue para Addie Carver, Miss Mississippi, la verdadera victoria de Kayla radica en su capacidad para inspirar y desafiar las expectativas sociales.

"Quiero mostrarle al mundo que las personas con síndrome de Down pueden hacer cualquier cosa", declaró Kayla en una emotiva entrevista con la revista People. Su experiencia en el escenario fue, según ella, "increíble", y su entusiasmo contagioso reflejó su deseo de demostrar que los sueños grandes no tienen barreras. "Quiero mostrarle a las niñas que pueden soñar en grande", añadió, visiblemente emocionada, mientras compartía su visión de un mundo más inclusivo y lleno de oportunidades para todos.

El camino de Kayla hacia este momento no comenzó en Los Ángeles, sino meses antes, cuando fue coronada como Miss Delaware Teen en mayo. Este triunfo, que llegó en su último año de bachillerato, fue un momento decisivo en su vida. El jurado quedó cautivado por su gracia, encanto y una determinación que nunca se tambalea, características que le permitieron destacar y ganar el respeto de todos los presentes. Para Kayla, ser Miss Delaware Teen no solo fue un reconocimiento a su belleza externa, sino un paso vital hacia la visibilización y la demostración de que las personas con síndrome de Down pueden, y deben, cumplir sus sueños.

“Solo quiero decir que las personas con síndrome de Down pueden hacer cualquier cosa en sus vidas. Son lo que son... increíbles y el síndrome de Down no me detiene”, expresó Kayla con una sonrisa radiante mientras se dirigía al público desde el escenario. Sus palabras, llenas de confianza y amor propio, resonaron con fuerza, enviando un mensaje poderoso sobre la importancia de la autoaceptación y el empoderamiento.

Más allá de los concursos de belleza, Kayla es una joven con múltiples talentos. Desde los cinco años, ya había participado en competencias de este tipo, pero su vida no se limita a la pasarela. Es una deportista dedicada, practicando varios deportes, y una activista apasionada por los derechos y la inclusión de las personas con discapacidad. Su labor en este ámbito es impresionante: Kayla jugó un papel crucial en la aprobación de la ley Kosmalski, una legislación diseñada para apoyar a las personas con discapacidad, ayudándolas a alcanzar la independencia económica y a superar obstáculos legales y burocráticos.