¿Y ahora qué le digo? : cómo responder preguntas difíciles
La natural curiosidad y el proceso de descubrimiento del mundo que rodea a los niños están en este tiempo exacerbados y adelantados por la cantidad de información y estímulos que están a su alcance, a través de lo que ven y también de lo que escuchan, y aunque los padres tengan controles para evitar programas o situaciones vinculados con temas difíciles para los que aún no están preparados, por su edad, es imposible mantenerlos en una burbuja de cristal. Hay ciertos temas que suelen llamar la atención de los pequeños y al no comprenderlos, su reacción es buscar respuestas en sus padres. Las áreas en las que se dan esas preguntas difíciles suelen ser la sexualidad, la muerte, el dinero, la religión, las relaciones familiares, con sus separaciones, divorcios, ruptura; los comportamientos, las diferencias físicas, las razas y las emociones.
Según la Dra. Mariana Czapski, especialista en psicología clínica argentina, en muchas ocasiones estas preguntas difíciles toman a los padres por sorpresa, los descolocan y puede existir una reacción que los lleve a eludirlas, pensando que es algo que pueden tratarlo después y que tal vez el menor lo olvide. La recomendación para evitar estas situaciones es adelantarse y con tiempo estar preparados para cuando los niños, tarde o temprano, escuchen o vean algo que les llame la atención y busquen a sus padres para tener información que los ayude a entender.
Consejos para los padres
Si bien no hay “una única respuesta” existen pautas generales a considerar:
Mantener la calma: Aunque las preguntas sorprenden y hasta incomoden, hay que tomarlas con naturalidad y controlarse para que el hijo sienta la apertura paternal ante cualquier cosa que quieran preguntar.
Escuchar atentamente la pregunta: Poner atención exactamente a lo que preguntan, para responder exactamente lo que te están consultando. Un error común es ir mucho más allá, llenar la respuesta con cantidad de información que el niño no está solicitando, y que en lugar de ayudarlo puede confundirlo.
Considera la edad y forma de ser del hijo: Ajusta tus respuestas de acuerdo a la edad y nivel de desarrollo del niño. Como padres, sabes cómo llegar mejor a ese hijo en otras situaciones, así que aplicas ese mismo estilo.
Utiliza un lenguaje claro y simple: Habla de manera directa, sin palabras complejas, utiliza el lenguaje con el que usualmente te manejas.
Enfatiza valores, empatía y respeto: Es bueno aprovechar el momento para ratificar los valores con los que estás criando a tu hijo y fundamentalmente el respeto y la empatía, fundamentales en este tipo de temas que llevan a esas preguntas difíciles.
Utiliza recursos adecuados: Si revisas estos temas previamente, puedes utilizar libros, videos o recursos educativos diseñados para abordar con los niños estas temáticas, que complementarán tu respuesta o explicación.
Un par de ejemplos
Te dejamos algunas referencias con la información frente a la pregunta, por supuesto debes adecuadaroa a la forma de hablar que los padres tienen con sus hijos:
¿Qué es un gay o una lesbiana? Alguien gay es un hombre que le gusta, se enamora y forma pareja con otro hombre. Y lesbiana es una mujer que le gusta, se enamora y forma pareja con otra mujer.
¿Qué significa acoso sexual? Explicarles que ningún adulto, ni otros niños, pueden pedirles que hagan cosas que ellos no quieren o simplemente los hagan sentir incómodos, a través de hechos o de palabras. Decirles que el cuerpo es privado y que nadie puede tocarlo o mirarlo. y mirarlo. Este tema debe tratarse con ellos desde que son pequeños como forma de prevención de situaciones de abuso
¿Qué es tener sexo? Cuando dos personas adultas se quieren, sienten ganas de abrazarse, de besarse, de acariciarse, y de estar juntos y solos, demostrándose el amor que se tienen.
Frente a la inseguridad
Frente al ambiente de inseguridad y violencia que vive el país y las preguntas complejas que puedan surgir frente sobre este tema, conversamos con Silvana Plaza, Master en Logopedia y directora de un centro de desarrollo verbal y nos dijo: “El “por qué” suele ser lo más común y luego, lo inevitable: “¿eso puede pasarnos a nosotros? Es complejo para los adultos brindar respuestas realistas pero al mismo tiempo evolutivamente adecuadas, en las que logremos brindar información al niño, oportunidades de reflexión, sin llegar a asustarlos o mantenerlos en un constante estado de alerta. Podemos utilizar cuentos u otros recursos para apoyar nuestro discurso. Enfocarse en lo que podemos hacer como ciudadanos para crear una comunidad más sana quita el foco de lo que está fuera de nuestro control, y le devuelve el poder al individuo. Acciones pequeñas de ciudadanía pueden ayudar a sanar esa relación. Si la preocupación escala o migra a otras áreas, y empieza a afectar la cotidianidad del niño, es recomendable buscar ayuda profesional, enfocándose en el desarrollo de herramientas en padres en primer lugar, y en segundo lugar, en dinámicas directas con el niño”.