“No escogí quedarme solo”
El sentimiento de soledad no elegida es una experiencia emocional de la que nadie se encuentra exento, pues surge de situaciones que están fuera de nuestro control. El experto en psicología, Dr. Javier Tubío, máster en Gerontología Clínica, asegura que el problema empieza cuando se cronifica y parece irreversible, pero que sí es posible hacer algo al respecto.
¿Qué puede provocar el sentimiento de soledad no elegida? Además de pérdidas personales o cambios repentinos de vida, el especialista dice que puede tratarse de una profunda insatisfacción con las relaciones que se mantienen, pero que la baja autoestima y falta de familiaridad les impide expresar cómo realmente les gustaría que fueran esos vínculos.
¿Quiénes son más propensos a experimentarlo? Los que padecen trastornos mentales, seguido de los adultos mayores que viven en grandes ciudades donde el diseño de sociedad hace que les cueste insertarse y establecer relaciones de calidad; y los adolescentes. Y existen otros factores, como el nivel económico, laboral y educativo, que pueden llevar a cualquier persona a aislarse por sentirse menos valioso.
¿Cuáles son las principales consecuencias? Experimentar sentimiento de soledad por largo tiempo termina incidiendo en la salud física, pues la persona aislada con baja autoestima y emociones negativas acaba perdiendo el interés por realizar actividades relacionadas con buenos hábitos, como hacer deporte, y terminan por convertirse en sedentarios, lo que representa un riesgo importante para la salud.
¿Cómo tratarlo con adolescentes en casa? Una buena práctica es hablarles de cómo nos sentimos nosotros o de cómo nos sentíamos a su edad cuando amigos nos decepcionaban, y preguntarles: “¿A ti te ha pasado alguna vez algo parecido con algún compañero? Yo me estoy sintiendo un poco solo también”, con el fin de empatizar, ponernos a su nivel y que poco a poco se abran, pero nunca afrontar la relación con el adolescente desde una posición jerárquica que lo haga pensar que vamos a culpabilizarlo”, explica el doctor.
¿Qué pasa con los adultos mayores? Las personas solteras de más de 65 años tienen hasta un 40% más de riesgo de padecer deterioro cognitivo y sintomatología asociada a la demencia que las que viven acompañadas o están casadas. Incluso tienen más riesgo que las personas viudas, pues estas, a pesar de haber pasado por el trauma de perder a su compañero de vida, ya estuvieron en pareja durante mucho tiempo, lo que les permite establecer relaciones con más facilidad.
El también catedrático de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) recomienda que lo más efectivo no es decirles “sal y haz cosas, relaciónate”, porque es un consejo que ya saben, lo que tenemos que hacer es recordarles que estar solo no es culpa de nadie, que no hay algo por lo que se tengan que avergonzar. Muchas veces no piden ayuda porque ni siquiera son conscientes de que alguien les pueda ayudar a salir de la soledad
¿Cómo abordar el sentimiento de soledad? Si te encuentras mal o sientes que estás sufriendo algún tipo de problema psicológico o mental, busca ayuda profesional lo más pronto posible, trabajar en ti mismo es la clave.
- Practica hábitos que sean beneficiosos para tu salud física y mental, así contarás con recursos para salir y romper el círculo vicioso.
- Si perdiste tu empleo o una relación amorosa, retoma poco a poco las riendas de tu rutina sin abandonar ni descuidar las conexiones que ya tenías establecidas con personas cercanas.
- Cuando encuentres a alguien valioso e importante en tu vida procura ser intencional en cultivar esa relación.
En adultos mayores: por nuestra familiaridad con internet, una forma práctica de ayudarlos es investigar cuáles son esos recursos, como una asociación de vecinos que realice talleres o actividades al aire libre, que quizás desconocen pero que les pueden ayudar a establecer relaciones con otras personas que están en situaciones similares.