Midorexia: cuando te resistes a envejecer
“Nunca hay que envejecer...” dijo en su monólogo América Ferrara en la película “Barbie”, al hablar de los estándares que tiene la sociedad sobre las mujeres, y aunque suene a ficción no está lejos de la realidad, pues cada vez son más las que buscan lucir de 30 a los 50, razón por la que el término “midorexia” se ha vuelto muy común.
La psicóloga clínica María del Carmen Rodrigo nos explica que aunque la midorexia no se ha podido tipificar como un trastorno de personalidad o un cuadro psiquiátrico, sí se considera una afectación al reconocer la edad cronológica que se está viviendo. “Podríamos decir que es una búsqueda constante a no querer envejecer”, expresa.
Pero aunque pareciese una situación muy actual, ligada a las redes sociales y sus filtros, o a las celebridades que lucen como de treinta y tantos a sus más de cincuenta, como la cantante Jennifer López o la modelo Naomi Campbell; la psicóloga Libia Ordóñez explica que la antes llamada crisis de los 40 o síndrome de Peter Pan, existe desde siempre, la diferencia es que ahora hay mayor presión social, nuevos tratamientos estéticos y una mayor exposición debido a las redes sociales.
Combatiendo las arrugas
Para la médica estética Soledad Plaza de Peña, quien recibe en su consulta a mujeres cada vez más jóvenes que la buscan para eliminar arrugas, sin siquiera tenerlas aún, la midorexia es algo que ve día a día, por lo que muchas veces se tiene que negar a hacer tratamientos que ella sabe innecesarios.
Y es que ya no se trata solo de mujeres en etapas maduras, que buscan sentirse y verse bien, sino de un indiscriminado uso de botox y de ácido hialurónico, es por eso que ella se niega a poner de más, aunque sabe que pueden salir de su consulta y buscar a otros expertos que sí estén dispuestos a hacerlo.
“Cuando son pacientes que no gesticulan demasiado, que no fruncen mucho el entrecejo, ni se expresan mucho con el rostro, les sugiero que se esperen y que no empiecen a utilizar la toxina botulínica tan jóvenes, porque no lo necesitan y es que una vez que empiezas con el botox ya no quieres dejarlo, porque el efecto es tan bonito –las cejas se levantan un poquito, la mirada se abre, los ojos se lucen más- que una vez que empiezan no quieren parar”, comenta la experta, quien asegura analizar cada caso, pues también la estética está para ayudar, no solo a prevenir el envejecimiento prematuro que se visualiza en la piel, sino también en muchos casos a levantar la autoestima.
Lo que ella sí promueve es el uso de la estética con resultados que se vean naturales, pero que sean un acompañamiento a las buenas rutinas de cuidado de la piel y un estilo de vida saludable.
Pasando los límites
La psicóloga Ordóñez, quien está a favor del autocuidado, comenta que el problema surge cuando “confundimos estilo de vida saludable con rituales nocivos”, y señala que muchas veces estos comportamientos están ligados a los conceptos de belleza aprendidos, que vienen desde el hogar o lo que dicta la sociedad, pero sobre todo al valor que se le da a la belleza.
Libia destaca que no se puede dejar de tomar en cuenta que la cosmética, el fitness y los medicamentos antienvejecimiento son industrias que mueven muchísimo dinero en el mundo y es belleza y juventud lo que venden a través de campañas publicitarias y también a través de redes sociales y sus llamados influencers.
“Hoy es masivo el culto a la perfección y esta puede ser diferente para cada cultura”, señala la experta, quien reconoce que se trata de la búsqueda de la aprobación y pone como ejemplo algunas de las culturas asiáticas que desde la niñez enseñan que el blanqueamiento de la piel y el estar delgados es lo aceptable, por lo que las personas en general siguen esos cánones muchas veces sin preguntarse los motivos. Rodrigo concuerda y nos dice: “La cultura actual vende la idea de eterna juventud y esto alcanza a convertirse en un ideal bastante complejo de conseguir”.
Cuando ya es un problema
Por su parte, esta especialista asegura que se convierte en un problema cuando se cae en comportamientos que atentan contra la salud o son obsesivos. “Hacer un tipo de deporte que por desgaste sea prohibido o que al hacerlo en exceso cause algún tipo de lesión; adquirir casi compulsivamente los últimos dispositivos y apps para mantenerse en onda; vestirse de manera no apropiada para estar a la moda o simular la ropa de la juventud; mantener conductas obsesivas sobre cuidados de belleza facial, cabello, piel...”, son algunos de los ejemplos que esta psicóloga da sobre cuándo se puede percibir que ya estamos pasando los límites.
Rodrigo también señala que cuando la persona se enfoca solo en mantenerse joven y esto limita su relación con los demás ya es un indicio de que se debe buscar ayuda. Además, nos da la diferencia entre midorexia que es la necesidad de mantenerse joven y la gerascofobia que es la fobia a envejecer. “En la primera me enfoco en cómo me veo y en mantenerme igual en el tiempo, en la segunda pienso en los problemas que puede acarrear la vejez y puedo llegar a sufrir de angustia”, explica.
La máscara de la perfección
Ambas psicólogas explican que es importante trabajar la salud mental, tanto en mujeres como en hombres, pero todo debe iniciar en la infancia, porque según comenta la Psicóloga Ordoñez, quien también es consteladora familiar: “Las voces del sistema familiar están dentro nuestro” y son las palabras y los conceptos de belleza en el hogar los que hacen que aún adultos nuestro niño busque aprobación.
Y aunque los hombres también sufren la llamada “crisis de los 40” son las mujeres las que más lo padecen con más fuerza y según comenta la doctora Rodrigo esto se debe a las imposiciones sociales. “Para la mujer socialmente envejecer puede significar pérdida de estatus y belleza”, por lo que son muchas, las que como quiso expresar América Ferrara, buscan ponerse la máscara de la perfección sin importar todo lo que se puede sacrificar en el proceso.
¿Cuándo se necesita ir a terapia?
“Ir a terapia debería considerarse como ir al dentista, mínimo dos veces al año para saber cómo estoy y qué pasa conmigo” indica la psicóloga Rodrigo, quien finaliza diciendo “necesitamos terapia cuando no encontramos equilibrio en nuestros días, cuando un tema o situación comienza a perturbar otra área de nuestra vida”.
Por su parte, la psicóloga Ordoñez recomienda, además de buscar ayuda psicológica para sanar el niño interior, que puede ser la raíz de que no haya autoaceptación, hacerte preguntas: ¿de dónde nace esta idea? ¿Por qué quiero verme de esta u otra manera? Puede ser un ejercicio para que la persona se detenga y pueda pensar antes de tomar decisiones que ya no tienen vuelta atrás, como una operación estética.