Menopausia: Terapias hormonales Vs no hormonales
El fin de tus ciclos menstruales llegó y es hora de revisar los tratamientos disponibles para mantenerte bien. Una experta de la Clínica Mayo nos habla sobre las opciones que puedes hallar con tu especialista de cabecera
Sofocos, insomnio, sudoración nocturna, cambios en tu estado de ánimo, resequedad vaginal y metabolismo lento, son algunos de los síntomas que llegan con la menopausia y aunque puedas pensar que son parte del ciclo de vida y que debes soportarlos sin hacer nada, la doctora Jewel Kling, presidenta de la División de Salud de la Mujer de la Clínica Mayo, de Sottdale, Arizona, afirma que sí debes buscar tratamiento.
“Los sofocos y la sudoración nocturna pueden afectar la calidad de vida y la productividad laboral y doméstica de las mujeres”, comenta esta especialista y educadora en la salud femenina, quien a la vez explica que existen varios tratamientos disponibles para que, llegado el momento, la mujer no tenga que sufrir en silencio.
Sobre la edad a la que llega la menopausia la doctora Kling sostiene que según estudios puede producirse entre los 40 y los 50 años, la edad promedio en Estados Unidos es a los 51 años, siendo la población afrodescendiente, así como las mujeres de Centroamérica y las Latinas las que suelen ver los cambios del climaterio más pronto.
Reemplazo hormonal
Cuando inician los síntomas es importante que revises con tu especialista qué te conviene. La experta de la Clínica Mayo nos habla de las opciones y explica: "Los factores comunes que se consideran incluyen la edad, la salud subyacente, la gravedad de los síntomas, las preferencias, las opciones de tratamiento disponibles y, por supuesto, las consideraciones de costos. Un aspecto importante a tener en cuenta es si los posibles beneficios superan los posibles riesgos".
La terapia de reemplazo hormonal se trata de un medicamento con estrógenos que suele darse a las mujeres con útero y este tratamiento habitualmente incluye medicamentos con estrógenos más progestágenos para ayudar a prevenir el cáncer de endometrio.
Beneficios. Esta terapia hormonal puede aplicarse en pastillas, parches, geles o en aerosol y ayudan con los sofocos, la sudoración nocturna y los síntomas vulvovaginales.
Otros beneficios a largo plazo es que reducen los riesgos de fracturas tras la menopausia, la interrupción del sueño, alteraciones del estado de ánimo y la disminución de la satisfacción sexual.
Riesgos. La terapia oral sistémica con estrógenos o con estrógenos más progestágenos tiene sus peligros como la formación de coágulos en las piernas y los pulmones, así como también accidentes cerebrovasculares, pero la doctora Kling explica que esto depende de la edad a la que una mujer comienza la terapia hormonal. El riesgo disminuye para las mujeres menores de 60 años o que están dentro de los 10 años después del último periodo, así como también si se usan productos que se absorben a través de la piel (transdérmicos) como los parches, especialmente cuando se usan dosis bajas.
También puede existir riesgo de cáncer de mama, aunque la doctora Kling resalta que “los eventos graves de la terapia hormonal son poco frecuentes", dice la Dra. Kling. Además, explica que si se tratase de solamente de síntomas vaginales se pueden usar estrógenos por esta vía en baja dosis, ya que no presentan los mismos riesgos que la terapia con pastillas.
Terapias no hormonales
Para las mujeres que han sufrido o tienen historial genético de cáncer de mama, generalmente la terapia hormonal no es una opción, lo mismo sucede si tienen o han padecido otros tipos de cánceres vinculados con las hormonas, así como también problemas de coágulos sanguíneos. En estos casos se recomiendan las terapias no hormonales, aunque estas también pueden ser usadas por mujeres que desean evitar la terapia hormonal.
La especialista explica que hay diversas terapias no hormonales que abarcan desde técnicas de mente-cuerpo, así como medicamentos que dan alivio con pocos efectos secundarios o ninguno. Se ha demostrado que la paroxetina de baja dosis ayuda con síntomas como los sofocos y al parecer no provoca aumento de peso o causa efectos adversos en la sexualidad.
También dentro de las terapias no hormonales se puede recurrir a la pérdida de peso, en los casos que sea necesario, pues existe evidencia que de esta manera se pueden disminuir los sofocos y la sudoración. En algunos casos, según lo determine el especialista pertinente, los antidepresivos pueden ser adecuados para afrontar algunos síntomas.
Entre las técnicas de mente-cuerpo están la terapia cognitivo conductual y la hipnosis clínica, pero estas deben ser asesoradas por un experto. También el yoga, la meditación y la acupuntura han dado alivio a más de una paciente expone la doctora Kling, quien asegura que mantener un estilo de vida saludable (tener un peso adecuado, llevar una alimentación sana, hacer ejercicio) puede ser beneficiosos para mejorar la calidad de vida de las mujeres.
¿Cómo elegir?
La especialista explica que la elección está en manos de cada una, pero que deben tener en cuenta que aunque puedan existir riesgos estos deben ser analizados para lograr los beneficios pertinentes.