La dieta según tu enfermedad
La alimentación es fundamental en la prevención y recuperación de dolencias. Una experta nos explica por qué tu plan alimenticio debe variar dependiendo de cuál sea tu diagnóstico.
Una alimentación equilibrada y saludable permite tener un aporte adecuado de nutrientes en el organismo y de esta manera se previenen enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión arterial, síndrome metabólico, etc., nos dice la doctora Irene Alvarado, médico Nutrióloga, mientras explica cuáles son las enfermedades que requieren tener una dieta especial: “Todas aquellas que además de la medicación necesiten terapia nutricional que permita aliviar las molestias o complicaciones derivadas de la enfermedad”, asegura la experta.
Como ejemplos nos menciona: a un paciente con diabetes mellitus, que utiliza insulina, ya que debe controlar los carbohidratos a lo largo del día tanto en cantidad como en el tipo; o a alguien con gastritis o intolerancias, ya que debe llevar un plan alimentario personalizado para poder ayudarle a recibir todos los nutrientes a pesar de la eliminación de ciertos alimentos.
La experta asegura que es por esta razón que una de las preguntas de cajón luego de una consulta médica es “¿qué puedo comer?”, por ese motivo, la guía de un nutricionista puede ayudar en el tratamiento curativo, así como también en la prevención.
Enfermedades que requieren de una dieta estricta
Las patologías que necesitan un control más estricto tienen relación con el diagnóstico. Por ejemplo: un paciente con cardiopatía congestiva necesita un estricto control en cuanto a la ingesta de sodio; o alguien con una intervención bariátrica requerirá un esquema de alimentación para controlar porciones y nutrientes de acuerdo a cada etapa en el proceso de pérdida de peso.
¿Cómo saber qué alimentos se deben descartar?
El concepto de eliminar o suprimir alimentos no es correcto en la mayoría de los casos, comenta la doctora Alvarado, quien sugiere que lo importante es aprender a equilibrar los macronutrientes en la alimentación (proteínas 10 a 15%, carbohidratos 50 a 60% y grasas 25 a 30% de las calorías totales), así como también consumir con la frecuencia adecuada cada grupo alimentario, de tal manera que se aporten todas las vitaminas y minerales que el organismo necesita.
Problemas hormonales y nutrición
Cuando existen problemas como el síndrome de ovario poliquístico se presenta resistencia a la insulina y en este caso se buscará incorporar alimentos de bajo índice glucémico como frutas no tan dulces y preferiblemente con cáscara en el caso que corresponda, vegetales con bajo contenido de almidones, cereales de grano entero, y alimentos ricos en fibra.
El concepto de eliminar o suprimir alimentos no es correcto en la mayoría de los casos, comenta la doctora Alvarado.
También se buscará desde el punto de vista antropométrico que pierda peso en el caso de que exista sobrepeso u obesidad. En esos casos, un plan hipocalórico progresivo y controlado ayudará a mejorar. Por lo que se deben evitar azúcares refinados presentes en comidas rápidas, dulces y postres.
También es importante el aporte de grasas saludables como pescados tipo salmón, frutos secos sin sal añadida o aceite de oliva.
¿Y el sistema digestivo?
La doctora explica que cuando se padecen enfermedades como gastritis o colitis la alimentación debe fraccionarse, es decir los volúmenes deben ser más pequeños, los horarios deben ser los adecuados para las comidas y tienen que evitarse alimentos irritantes gástricos como el café, el té negro, las frituras, las comidas muy condimentadas y los alimentos procesados.
Además, desde el inicio se debe eliminar la ingesta de leguminosas (frijoles, lentejas, arvejas, etc.) y alimentos flatulentos (brócoli, coli or, col, sandía, melón).
Consejos importantes
Si padeces de alguna enferme- dad la doctora nos da las siguientes recomendaciones nutricionales para una pronta recuperación:
1. Come en los horarios adecuados, no te saltes comidas.
2. Distribuye adecuadamente los nutrientes (el plato debe tener porción de proteína, carbohidratos, grasas y fibra).
3. Ingiere frutas y vegetales a diario.
4. Prefiere el consumo de carnes magras, sin piel, ni grasas visibles.
5. Consume grasas saludables como el aceite de oliva crudo en las ensaladas o para cocinar, los frutos secos sin sal añadida y el aguacate.
Asesoría: Dra. Irene Alvarado, Médico Nutrióloga www.drairenealvarado.com