Hipertensión, el asesino silencioso
La presión arterial alta no siempre presenta sintomatologías en todos los pacientes, por lo que la mayoría de la población no llega a ser diagnosticada a tiempo y los problemas que acarrea esta enfermedad pueden ser graves. Una especialista nos habla de cómo prevenirla y tratarla.
Infartos cerebrales, infartos cardíacos, arritmias, insuficiencia cardíaca, problemas renales son algunas de las complicaciones que pueden ser consecuencias de la hipertensión arterial, una enfermedad conocida como el asesino silencioso, ya que no suele dar sintomatología por lo que es importante que existan controles de salud, pues el tratar a tiempo puede evitar graves problemas a futuro.
La doctora, Priscila Zapata, cardióloga clínica, especialista en factores de riesgo cardiovasculares explica que cuando hablamos de hipertensión, que es cuando la presión de las arterias está aumentada, el corazón tiene que trabajar más por lo que al bombear más puede lesionarse, al igual que otros órganos como el cerebro, los ojos, los riñones y hasta los pulmones.
¿Cómo saber si hay problemas de presión?
La especialista indica que es importante hacer controles preventivos de salud, en los que se debe tomar la presión. Los valores normales son hasta 120 la presión sistólica y 80 la diastólica, tanto en hombres como en mujeres, cuando estas cifras suben mucho y no se trata de la llamada “presión de bata blanca” (cuando la presión sube por ansiedad de estar en cita médica) o de una agitación momentánea por actividad física, calor o estrés, es necesario hacer un seguimiento.
Puedes hacerlo desde casa, por ejemplo, tomando la presión varios días de la semana, en diferentes horarios, si es que los valores salen elevados cada vez es importante ir a consulta cardiológica para confirmar hipertensión.
Los estudios son los que ayudarán al especialista a determinar qué tipo de hipertensión arterial es. Existen dos que son:
Hipertensión primaria o esencial: es la más recurrente en la población y las causas tienen relación a: factores ambientales (ruido y contaminación), que pueden generar cambios metabólicos e inflamatorios en el cuerpo lo que modifica las arterias; malos hábitos alimenticios, como el consumo de alimentos procesados altos en sodio y en grasas malas; así como también el sobrepeso y la obesidad; aunque también puede deberse al factor genético y al proceso de envejecimiento.
Hipertensión secundaria: se da por condiciones específicas, por ejemplo, un embarazo en el que se presenta hipertensión gestacional; apnea del sueño; el consumo de medicamentos desinflamatorios con corticoides que elevan la presión e inclusive ciertos anticonceptivos, así como también la obesidad y sobrepeso, principalmente en personas jóvenes. Se le dice secundaria porque si se modifica la condición clínica, por ejemplo suspendiendo un medicamento, bajando de peso, o corrigiendo la apnea del sueño la presión mejora.
La especialista Zapata señala que luego de determinar la causa se debe saber la cifra con la que se diagnostica la hipertensión, si los valores son mayores o iguales a 140 en la sistólica, y mayores e iguales a 90 en la diastólica el paciente es hipertenso.
Existen estadios y etapas
Además la experta nos dice que existen estadios de la presión arterial alta, y señala que se pasa a una hipertensión grado 2 cuando los valores son de 160 a 179 sobre 100 a 109; y ya se habla de un grado 3, que es una emergencia hipertensiva cuando es mayor a 180 la sistólica e igual o mayor a 110 la diastólica.
Con respecto a las etapas, están la inicial que es cuando no hay órganos afectados y es la idónea para empezar tratamiento; la etapa dos cuando ya hay órganos comprometidos, por ejemplo el riñón y el corazón empiezan a cambiar de estructura; la etapa tres que es en la que suele haber un daño cardiovascular y el paciente puede llegar a pasar por infarto al corazón o cerebral, tener arterias tapadas, presentar un corazón hipertrófico (aumento del órgano), entre otros problemas; para las etapas cuatro y cinco los riñones están comprometidos, señala la doctora Zapata.
¿Cómo diagnosticar?
Existen diferentes tipos de diagnóstico, pero el principal y más básico es la toma de presión arterial. La experta señala que es importante hacerlo periódicamente, pues para prevenir esta enfermedad prácticamente “siempre hay que sospechar que se puede tener hipertensión”. También hay que tener en cuenta los factores de riesgo como, por ejemplo, si hay presión alta en la historia familiar, el grado de obesidad, el estilo de vida y la alimentación.
Luego vienen estudios como el electrocardiograma que evalúa el ritmo cardíaco, el monitor Holter, que es un equipo que registra la toma de presión durante 24 horas y también puede ser necesario un ecocardiograma para obtener información acerca de la forma, tamaño y fuerza del corazón, así como el grosor de las paredes y válvulas.
Síntomas y medicación
La especialista señala que puede no haber síntomas o estos pueden ser inespecíficos, los más comunes son dolor de cabeza, cansancio al caminar, molestias en el pecho ya sea haciendo una actividad o en reposo y en algunos casos hay sangrado de nariz.
Con respecto al tratamiento suelen ser pastillas simples o compuestas, eso dependerá del caso de cada paciente y la medicación suele darse de por vida, solo se suspende en los casos en que la hipertensión es secundaria y se da un revés en el diagnóstico.
Además, se recomienda mejorar el estilo de vida, disminuir el consumo de sal y realizar actividad física, ya que eso ayuda a mejorar y a disminuir el riesgo cardiovascular.
¿Cómo tomar la presión correctamente?
La doctora explica que para tomar bien la presión es importante extender el brazo horizontalmente, colocar el brazalete a la altura del corazón. Estar sentado con los pies en el suelo, sin cruzar las piernas y tener la vejiga vacía, es decir no tener ganas urgentes de ir al baño.