Fotoprotección, ¿sabes de qué se trata?
La fotoprotección no es sinónimo de uso de una crema de protección solar, afirma de manera categórica la especialista María Fernanda Carvajal, dermatóloga de SOLCA Guayaquil. Nos explica que se trata de una serie de medidas que involucran cambios de hábitos que ayudan a tener un mejor control para evitar los efectos nocivos de la radiación solar.
Sabemos que el sol tiene muchos beneficios, pero también trae efectos negativos en la piel cuando es expuesta a la radiación ultravioleta, la más grave de esas consecuencias es el cáncer en la piel. Está comprobado que la radiación ultravioleta que reciben sin protección los niños, infantes y adolescentes, además del daño momentáneo en la piel con enrojecimiento o hasta llagas, puede pasarles una grave factura en su vida adulta, la más grave, el cáncer en la piel. Entonces, son los padres o cuidadores los responsables de evitar que situaciones así se presenten.
1. Edad y tipo de protector solar
La primera recomendación es evitar las horas de mayor fuerza de los rayos solares, entre las 11h00 y las 14h00. Luego, dejar claro que un bebé hasta los 6 meses no debe exponerse a la radiación solar directa ni aplicarse protectores solares. A partir de esa edad puede, con mucha cautela y moderación, usar un tipo particular de protector solar, sobre esto la especialista nos comenta: “Deben usar protectores solares minerales o filtros inorgánicos, que son aquellos que la piel no los absorbe, para explicarlo mejor, son los que dejan como una película externa en la piel, sobre la que los rayos solares rebotan. Tienen componentes como óxido de zinc o dióxido de titanio, que antes los hacía muy blanquinosos y espesos, pero ahora se los ha micronizado y con ello tienen una buena cosmética”. Este tipo de protectores son también recomendados para pieles sensibles, alérgicas y para las mujeres embarazadas. Aclaró que después de los 2 años, los niños podrían usar protectores solares que sí se absorben, pero su recomendación profesional es mantenerse mejor con los protectores minerales. Si el niño va a hacer deportes, en los que va a sudar, a nadar o estar en la playa o una piscina, entrando y saliendo del agua, debe comprarse un protector solar a prueba de agua.
Sobre los famosos FPS que vienen en varios números, la recomendación de la dermatóloga es que los valores de 30 y 50 funcionan perfectamente, no son necesarios los de 70, 80 o 100. “Es importantísimo ver el tema de la protección de la radiación ultravioleta UVB, sin embargo también debemos proteger nuestra piel de la radiación ultravioleta UVA, y esa protección está marcada con un signo “más” o también con la sigla UVA en un círculo, que da la seguridad que tiene la doble protección, para la radiación ultravioleta A y V. Inclusive ya existen protectores solares que van a poder cubrir otro tipo de radicaciones como la luz invisible y los infrarrojos, que es plus pero no es lo más importante”.
2. ¿Cómo aplicarlo?
El protector solar no va a cumplir con su función si no se lo aplica adecuadamente, tanto en la cantidad como en los refuerzos de aplicación. Hay que ponérselos 15 minutos antes de salir a estar expuesto al sol. “La cantidad es un vasito de shot para todo el cuerpo, 1 cucharadita para el rostro, 1 cucharadita para cada brazo, y 2 cucharaditas para el torso y 2 cucharaditas para las piernas, 1 para cada pierna. Cada 2 o 3 horas se debe aplicar nuevamente y en el caso de que haya mucho sudor o contacto con el agua, se debe secar al niño y volverle a aplicar cada 40 máximo 80 minutos, la misma cantidad inicial.
3. Ropa con protección solar
Hoy en día hay muchas marcas que tiene UPF que es la medida de protector solar pero en la ropa y que funciona bastante bien. “Con el uso de este tipo de ropa tenemos gran parte de la batalla ganada. Para los bebitos hay unos monitos de manga larga con pantaloncito largo y gorritos que les cubren bien las orejas y la parte de atrás de la nuca”. Para los niños son comunes las camisetas de cuello cerrado y mangas largas y se refuerza con bloqueador las partes expuestas que son la cara, las orejas y el cuello.
4. Días nublados y efecto espejo
El sol es el mismo en los días soleados que en los nublados, y sobre esto María del Carmen explica: “Lo que no sentimos en un día nublado es una menor sensación de calor, pero la radiación ultravioleta llega a nuestra piel casi igual, disminuye muy poco con las nubes, y por eso pasa a veces que al estar el día nublado se bajan las medidas de protección y terminamos con niños que a la noche están fucsia.
También recomienda tener en cuenta la altitud, pues cuando la radiación ultravioleta tiene que recorrer un camino menor, su injerencia es mayor, por eso, a veces en la sierra o cuando estamos en la nieve, el sol pega muchísimo más fuerte. por eso si nos vamos a Quito o nos vamos a la nieve, el sol nos va a pegar mucho más. “En la nieve, el asfalto, el mar y la arena pasa también que se refleja el sol, entonces recibimos esta radiación como en espejo, cada uno en sus proporciones”, puntualiza la profesional.
5. Quemaduras de sol, ¿qué hacer?
Los niños se recuperan muy rápido cuando no se han protegido bien del sol, por eso los padres o cuidadores los pueden ver en la noche muy rojos y en la mañana amanecer bien. “Si la quemadura produce piel roja pero sin ampollas, lo que se debe hidratar bastante la piel, con cremas que tengan aloe vera o centella asiática o cualquier hidratante, incluso se puede usar hidrocortisona para ayudar a bajar la inflamación pero en caso de que la quemadura tenga ampollas, es una quemadura más severa y hay que acudir al especialista”, explica la Dra. Carvajal.