Ecoansiedad & solastalgia: Efectos psicológicos por el deterioro ambiental
Grandes filósofos griegos y romanos, como Hipócrates, Aristóteles y Platón ya trataban sobre la influencia del clima en nuestra forma de vida y conducta, la lluvia era unida a la tristeza, y el excesivo calor fue aunado al malgenio o fastidio. Hoy contamos con psicología ambiental, disciplina que estudia cómo los seres humanos interactuamos, a nivel emocional y mental, con el entorno y la naturaleza que nos rodea. Para los entendidos en esta materia no es difícil imaginarse hasta qué punto el cambio climático está realizando un impacto radical en las vidas y comportamientos de pueblos que, durante milenios, han definido sus trabajos y costumbres en función directa de lo que siempre les había proporcionado su entorno.
Miedo crónico
En septiembre próximo, varios eventos de alto nivel global culminarán en la “Cumbre ODS 2023” de la Asamblea General de la ONU, que reunirá a los líderes mundiales para su firma de compromiso con las acciones transformadoras. De acuerdo a los estudios de la ONU, el cambio climático no solo está causando problemas devastadores medioambientales, sino que está afectando lentamente a la salud mental de muchísimas personas, en especial de niños, adolescentes y adultos jóvenes, en lo se denomina como ecoansiedad (eco-anxiety), y la solastalgia en los adultos mayores. Con datos de la Universidad Complutense de Madrid, realizado en 2021, revelaron que el 47% de los españoles, menores de 35 años, sufre algún grado de ecoansiedad y el 88% se siente preocupado por el cambio climático. En 2017, la Asociación Americana de Psicología (APA), tras varios estudios, definió la ecoansiedad como el miedo crónico ante la destrucción y contaminación medioambiental. Aunque aún no está incluida en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), su significado también fue explicado por psicólogo australiano, Glenn Albrecht, quien la define como "el sentimiento generalizado de que los fundamentos ecológicos, que soportan y generan la existencia de las especies en el planeta, están a punto de colapsar".
Para la psicóloga clínica, Daniela Cattán, “la ecoansiedad incluye diversas experiencias de preocupación, estrés y ansiedad asociadas a la crisis, cambio climático resultado de una vasta red de causas y consecuencias con implicaciones más o menos directas”. Para la profesional, estas serían las principales:
-Fenómenos extremos debidos al cambio climático que van en aumento, por ejemplo, el calor abrasador, huracanes, lluvias torrenciales, incendios forestales. “Lo que ocurre en el mundo también genera ansiedad y preocupación por la propia existencia”.
-Consecuencias para la tierra que pueden ser devastadoras, como sequías prolongadas, pérdida de biodiversidad, desertización.
-Consecuencias para la sociedad. Si el cambio es radical para tu fuente de trabajo, por ejemplo, si eres agricultor, extremas lluvias o sequías, producen entonces migraciones forzosas en pueblos pequeños por todo el mundo. Y al no existir esos abastos, una inseguridad alimentaria podría surgir en muchas partes del planeta.
-Todo lo mencionado incluso podría acarrear problemas de salud física (melanomas por exposición solar, malnutrición y obviamente estrés y depresión para quienes deben resolver su nuevo fututo). Para la psicóloga, los síntomas de la ecoansiedad son claros, “muy similares a otros tipos de ansiedad, con ataques de pánico o sentimientos cotidianos de estrés y desesperación. Sin embargo, están llegando a afectar a algunas decisiones concretas de la persona o la pareja. Algunas, por ejemplo, expresan inseguridades ante la idea de tener hijos por miedo al cambio climático y a la calidad de vida en el futuro”.
Ataques de pánico
Desde el 2005, el término solastalgia su utiliza para describir el estado de angustia provocado por las consecuencias de los desastrosos cambios medioambientales. Tiene su origen en los conceptos de desconsuelo y desolación. Literalmente, es el dolor o la enfermedad causada por la pérdida o sensación de aislamiento asociada al deteriorado estado actual del propio hogar o territorio. De tal manera que la solastalgia es la nostalgia por los lugares queridos que se han deteriorado o han sido dañados debido al cambio climático, mientras que la ecoansiedad es un pánico por lo que el cambio climático producirá. Así que mientras que la primera mira hacia el pasado, la segunda lo hace hacia el futuro. En 2021, en estudios realizados por el departamento de psicología de la Universidad de Columbia, realizado a más de 10.000 jóvenes, de entre 16 y 25 años, de 10 países diferentes se encontró en sus declaraciones: Sobre cómo se sentían respecto al cambio climático y el 67% aseguró que tristes, incapaces de manejar la rabia, impotentes y culpables ante la actual crisis climática. De acuerdo al estudio, este fenómeno podría ser una de las principales causas de síntomas graves y comportamientos autodestructivos como: ataques de pánico, trastorno de estrés postraumático (TEPT), agresividad, miedo a la muerte o ideación suicida, abuso de sustancias y depresión reactiva.
Hoy en día, preocuparse por el planeta y el cambio climático es un acto de responsabilidad de todos, y para entender la diferencia entre la preocupación sana y la ecoansiedad, la psicóloga Cattán nos asegura: “Algunas emociones que sentimos sobre el cambio climático pueden ser sobre los recursos, pero si los sentimos abrumadoramente se convierten en malestares para nuestro bienestar. Por ejemplo, la solastalgia nos hace lamentar la pérdida de cosas tal y como las conocíamos. La ira al ver tanta basura contaminante, en cambio, puede activar el comportamiento prosocial y llevarnos a adoptar una conducta más responsable. Y por último, la vergüenza y la culpa pueden obligarnos a reflexionar sobre esas acciones diarias que son perjudiciales para el medio ambiente y ayudarnos a construir un estilo de vida más sostenible. Sin embargo, si estas emociones te abruman y se imponen, su utilidad disminuye, pues contribuyen a aumentar los niveles de estrés hasta el punto de experimentar, precisamente la ecoansiedad. Es momento de buscar ayuda profesional”.
Acciones de autoayuda para calmar la ecoansiedad:
-Aprender ejercicios de respiración y relajamiento.
-Participar en iniciativas ecológicas.
-Poner en práctica pequeñas acciones diarias en favor del medio ambiente.
-Compartir tus propias preocupaciones en familia y amigos.
-Postear y difundir información real para fomentar la conciencia colectiva.
-Buscar tu propio contacto con la naturaleza, en la medida que te sea posible.
-Compartir tus sentimientos con un psicólogo/a, en especial si sientes que el malestar y la gestión de tus emociones va más allá de tu control.